ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Antologia de poetas


Enviado por   •  19 de Febrero de 2023  •  Monografías  •  1.659 Palabras (7 Páginas)  •  117 Visitas

Página 1 de 7

[pic 1]

Nombre del estudiante: Bárbara Quiyono

Nombre del trabajo: ANTOLOGÍA DE POETAS y Corrido.

Fecha de entrega:

Campus: REYNOSA

Carrera /Prepa: PREPARATORIA

Semestre/Cuatrimestre: 4 SEMESTRE GRUPO A

Nombre del maestro: PATRICIA BLANCO

ÍNDICE

  1. Asunción de ti –Mario Benedetti-

  1. No dormía: vagaba en ese limbo Gustavo Adolfo Bécquer-  
  1. Puedo escribir los versos más tristes –Pablo Neruda-
  1. A la espera de la oscuridad -Alejandra Pizarnik-
  1. Hay una languidez de la vida –Emily Dickinson-
  1. Destinos –Rosario Castellanos-
  1. Donde habite el olvido –Luis Cernuda-
  1. 1964 –Jorge Luis Borges-
  1. Interludio –Amy Lowell-
  1. El angel –William Blake-

Asunción de ti de Mario Benedetti


Quién hubiera creído que se hallaba
Sola en el aire, oculta,
Tu mirada.
Quién hubiera creído esa terrible
Ocasión de nacer puesta al alcance
De mi suerte y mis ojos,
Y que tú y yo iríamos, despojados
De todo bien, de todo mal, de todo,
A arrojarnos en el mismo silencio,
A inclinarnos sobre la misma fuente
Para vernos y vernos
Mutuamente espiados en el fondo,
Temblando desde el agua,
Descubriendo, pretendiendo alcanzar
Quién eras tú detrás de esa cortina,
Quién era yo detrás de mí.
Y todavía no hemos visto nada.
Espero que alguien venga, inexorable,
Siempre temo y espero,
Y acabe por nombrarnos en un signo,
Por situarnos en alguna estación
Por dejarnos allí, como dos gritos
De asombro.
Pero nunca será. Tú no eres ésa,
Yo no soy ése, ésos, los que fuimos
Antes de ser nosotros.
Eras sí pero ahora
Suenas un poco a mí.
Era sí pero ahora
Vengo un poco a ti.
No demasiado, solamente un toque,
Acaso un leve rasgo familiar,
Pero que fuerce a todos a abarcarnos
A ti y a mí cuando nos piensen solos.
[pic 2][pic 3][pic 4]

No dormía: vagaba en ese limbo de Gustavo Adolfo Bécquer

No dormía: vagaba en ese limbo
En que cambian de forma los objetos,
Misteriosos espacios que separan
La vigilia del sueño.

Las ideas que en ronda silenciosa
Daban vueltas en torno a mi cerebro,
Poco a poco en su danza se movían
Con un compás más lento.

De la luz que entra al alma por los ojos
Los párpados velaban el reflejo;
Mas otra luz el mundo de visiones
Alumbraba por dentro.

En este punto resonó en mi oído
Un rumor semejante al que en el templo
Vaga confuso al terminar los fieles
Con un Amén sus rezos.

Y oí como una voz delgada y triste
Que por mi nombre me llamó a lo lejos,
¡Y sentí olor de cirios apagados,
De humedad y de incienso!

Entró la noche y del olvido en brazos
Caí cual piedra en su profundo seno.
Dormí y al despertar exclamé: —¡Alguno
Que yo quería ha muerto!
[pic 5][pic 6][pic 7]


Puedo escribir los versos más tristes  de Pablo Neruda

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo "La noche está estrellada,
Y titilan, azules, los astros, a lo lejos".
[pic 8]

El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
[pic 9]

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso no es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
[pic 10]

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor y es tan largo el olvido.
Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque este sea el último dolor que ella me causa,
Y estos sean los últimos versos que yo le escribo.


A la espera de la oscuridad de Alejandra Pizarnik

Ese instante que no se olvida
Tan vacío devuelto por las sombras
Tan vacío rechazado por los relojes
Ese pobre instante adoptado por mi ternura
Desnudo desnudo de sangre de alas
Sin ojos para recordar angustias de antaño
Sin labios para recoger el zumo de las violencias
Perdidas en el canto de los helados campanarios.
[pic 11]

Ampáralo niña ciega de alma
Ponle tus cabellos escarchados por el fuego
Abrázalo pequeña estatua de terror.
Señálale el mundo convulsionado a tus pies
A tus pies donde mueren las golondrinas
Tiritantes de pavor frente al futuro
Dile que los suspiros del mar
Humedecen las únicas palabras
Por las que vale vivir.
[pic 12]

Pero ese instante sudoroso de nada
Acurrucado en la cueva del destino
Sin manos para decir nunca
Sin manos para regalar mariposas
A los niños muertos.


[pic 13]

Hay una languidez de la vida de Emily Dickinson

Hay una languidez de la vida
Más inminente que la pena,
Es sucesora de la pena
Cuando el alma ha sufrido
Todo lo que puede.
[pic 14]

Una somnolencia difusa,
Un ofuscamiento como neblina
Envuelve tu conciencia,
Una neblina que conduce a un despeñadero.

El cirujano no se inmuta ante el dolor,
Su hábito es severo,
Pero él sabe que ha cesado de sentir
La criatura que yace ahí.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (11.3 Kb)   pdf (689.7 Kb)   docx (558.1 Kb)  
Leer 6 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com