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Antropología Histórica Voluntario en Tarahumara – Carlos Muñoz Muñoz


Enviado por   •  5 de Agosto de 2019  •  Síntesis  •  566 Palabras (3 Páginas)  •  119 Visitas

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Eulogio Daniel Montalvo Alanís

Antropología Histórica

Voluntario en Tarahumara – Carlos Muñoz Muñoz

La Tarahumara es parte de mi vida. Estuve año y medio entre sus barranca y los tarahumares que se denominan a sí mismos “rarámuris”.

Trabajé como profesor voluntario en colaboración con los misioneros Jesuitas en Sisoguichi, en el norte de la Tarahumara y en Chinatú en el extremo sur.

Muchos han escrito de la Tarahumara, y muchos más seguirán escribiendo. No me arredra saber esto, pues hay un dicho que dice: “Cada quien habla de la feria como le fue en ella”, y el poeta Campoamor escribió: “Todo es según el color del cristal con que se mira”.

Así que con todo respeto aquí están mis apuntes al parecer intrascendentes del tiempo, año y medio, a mediados del siglo XX en que fui colaborador voluntario con los Jesuitas y los rarámuris, cuando los voluntarios eran algo difícil de encontrar.

Con el Padre Blanco y el Hermano León caminábamos a prisa subiendo los cerros hacia el oriente o al norte del valle de Sisoguichi que se extiende a lo largo del río. Seguíamos alguna vereda que ellos debían saberse de memoria. Les dio gusto encontrarme de compañero en tan ardua diversión.

En la casa de Norogachi me dan un cuarto que debe ser para los huéspedes, pues encuentro sobre el escritorio y la mesa libros y papeles con apuntes de tarahumar y de todo de otros padres que están en otros lados. Tengo calentón y buenas cobijas de lana. Los tarahumaras no se preocupan de hacer sus cobijas bonitas, sino muy gruesas para esta clase de fríos.

Acompaño en el altar de la iglesia de Creel al obispo que celebra la misa a las 7:30 de la mañana. Después desayunamos en la casa de las Madres. A las 11:30 arrancamos la camioneta con rumbo a Sisoguichi cruzando arroyos bien congelados porque estamos a varios grados bajo cero.

Hoy es día de los Santos Reyes, que aunque no eran reyes así les dicen y sus huesos están en la catedral de Colonia en Alemania. Aquí es día de fiesta y no trabajamos. Dedico el día a lavar mi ropa y al aseo del baño y de mi cuarto.

En Sisoguichi hay fiesta, pues los colonos, o sea los habitantes del pueblito, le ofrecen una cena al obispo en el edificio de la zapatería.

Comienzo a hablarles a mis alumnos del problema de México con Guatemala porque Guatemala apresó varios camaroneros mexicanos. Les dibujo del mapa de Guatemala con gises de colores. Todos copian el mapa y lo iluminan. Todo el día hablamos de esto. Todavía no iba yo a Guatemala, pero no sé por qué, por cual premonición, ya le tenía cariño.

Una noche, después de cena, los towises andan con antorchas en la orilla del río frente a la casa. Las luces se reflejan en el agua. Andan pescando, cosa que todos ellos deben saber aunque depende de habilidad y suerte.

  • Poremás: estrellas fugaces o meteoritos.

Cada día es un día transcurrido en compañía y al cuidado de estos niños, retoños de los indios rarámuris, que dispersos por la inmensa serranía, me habrán visto pasar con sus hijos por entre las rendijas de las rocas y peñascos sin que yo lo adivine. Cuando visitan a sus niños se mantienen ocultos a distancia, llamándolos solo ellos saben cómo, sin darme la cara, ni saludarme, ni hablar conmigo.

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