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Análisis Literario Conde Lucanor Ejemplo XI


Enviado por   •  13 de Abril de 2017  •  Monografías  •  4.050 Palabras (17 Páginas)  •  2.062 Visitas

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El Infante Don Juan Manuel.

Don Juan Manuel fue mal llamado infante, ya que, no era hijo de un rey; fue hijo del infante don Manuel y de doña Beatriz de Saboya. Reconocido además por ser sobrino de Alfonso X el sabio[1]. Nació en Escalona (villa de la provincia de Toledo), en 1282 y murió en Córdoba, en 1348.

Quedó huérfano de padre a los dos años y de madre a los ocho. Sancho IV[2] queda como tutor. Su educación estuvo a cargo de preceptores y ayos a quienes Juan Manuel siempre guardó cariñoso respeto, recordando, en alguna ocasión a dos de ellos: Gómez Ferrandes y Alfonso García; quizás éstos volvieron a su memoria en la figura del consejero Patronio, dirá Pedro Barcia.  Su educación se basó en latín, historia, teología y derecho. Además alternaba sus estudios con ejercicios caballerescos de equitación y caza; de sus conocimientos de las disciplinas humanísticas quedan testimonio en los escritos manuelinos; de sus aprendizajes y recreos surgieron libros sobre el estado y oficio de caballería y un tratado cinegético (arte de la caza).

A los doce años, tras la muerte de Sancho IV, es nombrado Adelantado Mayor del reino de Murcia y comienza su guerra contra los moros.

Don Juan Manuel se casó tres veces.

En 1311 es nombrado Corregente de Castilla y tutor del príncipe heredero.

En 1318 hizo construir en Peñafiel, un monasterio de la orden dominica, de la que fue simpatizante y a quien confió la custodia de sus obras, en las que se advierte la influencia de los frailes predicadores.

Intervino en batallas y la riqueza de sus propiedades eran abundantes, poseía castillos y viñas. Tuvo una fuerte figura como político, inclusive más que el hijo de un rey. Su intrusión en los negocios de estado fue activa y discutida. Fue un típico hombre del Siglo XIV, centuria de tropelías, desmanes e intrigas entre las cuales la fuerza de las circunstancias obligaba en las negociaciones al empleo de una astucia sin reparos y una extrema cautela, las mismas que se revelan en los consejos y castigos de sus exemplos.

Obra Literaria.

Don Juan Manuel fue el primer escritor español con plena conciencia de ello, de su oficio, ya que, se preocupó por el perfeccionamiento y corrección de su obra y su posterior cuidado. Fue el primero que guardó celosamente el manuscrito de sus libros. Prueba también de su conciencia y orgullo de escritor son las numerosas citas y referencias a su propia obra.

La actividad literaria de don Juan Manuel presenta variadas facetas: poeta, historiógrafo, tratadista, apologista de sí mismo y, fundamentalmente, narrador. Si de su obra poética no conocemos nada, excepto los pareados que cierran los capítulos de El Conde Lucanor. Su producción que ha llegado hasta nosotros le convierte en el máximo prosista de la literatura de su siglo. Y a pesar de la inquietud constante por la transmisión fiel de sus escritos, no conocemos toda la obra de este autor. El códice que confió a la custodia de los dominicos de Peñafiel se perdió.

Toda su obra tiene como denominador común el didactismo, y en esto, se nos muestra como en otros aspectos, fiel continuador de las obra de su tío Alfonso el Sabio. Pero, si acentuado en su didactismo, también lo es el empeño político y social que recorre su obra; el perfil de escritor austero, moralizador va siendo cambiado por la figura emblemática de un  noble comprometido con  los problemas de la sociedad de su tiempo, y consciente de la crisis que atravesaba la clase social a la que pertenecía: una nobleza que iba perdiendo progresivamente sus privilegios y poder político frente a una burguesía cada vez más resuelta y agresiva. Don Juan Manuel se convierte así en el representante del mundo noble medieval que caminaba hacia su final. Pedro Barcia dice al respecto, sobre la obra El Conde Lucanor y su contexto histórico: Los grandes cambios que surgen en esta centuria, estimulan el florecimiento de una literatura aleccionadora y correctiva, cuando no satírica y crudamente realista. En efecto, la quiebra de las estructuras de una sociedad jerárquica caballeresca ante el avance predominante de la burguesía ciudadana, se ve acompañada por una distención en los modos de vida y costumbres; de allí la sátira que fustiga los oficios y los estados del mundo, la censura que reconviene y amonesta, la admonición moralizante que procura encauzar los engaños y extravíos humanos corrigiendo vicios y aconsejando virtudes. (pág. 13)      

El Conde Lucanor.

El Conde Lucanor fue escrito entre 1330 y 1335, se fecha como concluido este último año. Y representa el momento de mayor perfección del arte narrativo de Don Juan Manuel y es, sin duda, su obra más importante y por la que es reconocido universalmente.

El autor se refiere a su obra con diversos títulos: Libros de los enxemplos del Conde Lucanor et de Patronio, Libro del Conde, Libro de Patronio, Libro de los enxemplos, habiendo preferido, al parecer, el primero, aunque desde la primera edición en 1575 por Argote de Molina[3] ha prevalecido el de El Conde Lucanor y así se lo designa corrientemente.  

Don Juan Manuel dispuso en un códice todas sus obras, y celoso de la integridad y fidelidad de sus escritos, lo depositó para su custodia en el monasterio de Peñafiel. El códice se ha perdido y las copias más antiguas que han llegado a nosotros son del siglo XV. Lo que se conoce como El Conde Lucanor no es sino la primera parte de una obra más compleja.

Cuando Juan Manuel componía la obra pensaba sin duda en su fin, pero tenía conciencia de que estaba contando algo, de que era un narrador; de allí que lograra narraciones que pueden cobrar vida independiente, arrancándolas de su contexto y hacer de ellas una obra de mero pasatiempo, libre de toda carga moralizante y que tengan, así, vigencia actual.

Los temas que trata en toda su obra, y en concreto, en el Conde Lucanor, están del todo justificados no sólo por el público al que se dirige, sino también por su ideología personal y de clase. En la primera parte El Conde Lucanor es heredero de las colecciones de apólogos[4] y cuentos orientales. Oriental es su estructura, típico cuento de cuentos o novela de marco, donde en una ficción general se van enlazando relatos breves; género que ensarta series de ficciones que se suponen contadas para aleccionamiento o deleite por un personaje a otro.

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