Ejemplo de los Analisis literario Martin Fierro
Mayra GomezInforme18 de Abril de 2018
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José Hernández – MARTÍN FIERRO
Primera parte: 1872
Segunda parte: 1879
Alrededor de 1870 hay que notar la presencia de una nueva generación, que reacciona contra los hombres de la época constitucional. Importante grupo, cuya significación se ha visto con más frecuencia dentro de la línea longitudinal de “los gauchescos”, con sus etapas de precursores, culminación, ramas, etc.
Nos encontramos ante un notorio predominio del tema gauchesco que adquiere número, importancia y repercusión inusitadas.
Hay una reacción contra la generación anterior, si pensamos que estos hombres combaten a los de la generación que gobierna el país por esos años. Reacción que se produce en relación a una realidad social poco conocida o no resuelta desde Buenos Aires (el gaucho, el indio. También vinculado a los problemas que crea la naciente corriente inmigratoria europea y nuevas cuestiones político – económicas). El hecho de que la mayor parte de los hombres que dan sello a esta generación literaria vivan y hablen desde Buenos Aires no quita valor a la prédica ni a lo que significan como reacción contra el predominio de Buenos Aires.
En lo literario asistimos al paso lento del “color local” de los románticos hacia el problema y el carácter realista.
La presencia de esta generación literaria, apoyada en una lista nutrida de obras, se recorta sobre todo a través de una de ellas: el Martín Fierro. La nitidez de esta obra (y lo que la obra tiene de proyección intencionada del autor) no aparece tan firme en otras, aunque también hay líneas comunes que van desde lo elemental pintoresco del Fausto hasta el drama crudamente social que destaca precisamente el poema de Hernández.
El Martín Fierro reproduce la situación del antiguo gaucho cantor ante su auditorio.
En la primera parte esa función es asumida por el narrador protagonista cuya voz inicia el relato, pero no es la única, ya que éste se organiza a través de un proceso de enunciación que implica la presencia de varios sujetos: Martín Fierro, Cruz y un narrador omnisciente que aparece para concluir el relato.
A partir de la voz de Martín Fierro se construye la autobiografía, que determina el esquema narrativo dividido en tres secuencias:
1º secuencia: envío a la frontera
2º secuencia: enfrentamiento con la partida
3º secuencia: exilio
El texto está enmarcado por el preludio (canto I) por un lado y el cierre del texto con la voz del narrador omnisciente por el otro. Es el típico marco de los diálogos del género. El narrador final cuenta el pasaje de una frontera, afirma la verdad de lo contado, generaliza, erige otro destinatario y dirige el sentido final del texto.
Entre estos dos marcos se desarrolla la narración de los hechos.
El canto II se constituye en la representación de una Edad de Oro; es una mirada nostálgica hacia el pasado, cuando el gaucho vivía en libertad y el trabajo era una fiesta. La función de este canto es la de contrastar ese pasado feliz con el presente desdichado, resaltando su situación actual.
En los dos primeros cantos se presenta el gaucho en general y en el canto III comienza la historia de Martín Fierro, cuyas penurias representan las de todos sus congéneres. Hay un permanente vaivén de lo individual a lo general, lo que refuerza el sentido de crítica social. Esto convierte a su discurso en fuertemente modalizado
(50)
Sosegao vivía en mi rancho
Como el pájaro en su nido,
Allí mis hijos queridos
Iban creciendo a mi lao
(…)
Sólo queda al desgraciao
Lamentar el bien perdido
El tiempo del enunciado es lineal, los sucesos se van presentando cronológicamente a medida que ocurren, aunque las únicas marcas temporales son las que precisan el periodo pasado en la frontera:
(60)
El Juez nos jue a proclamar
Y nos dijo muchas veces:
“Muchachos, a los seis meses
Los van a ir a revelar”
(168)
Volvía al cabo de tres años
De tanto sufrir al ñudo…
Luego de su regreso el tiempo se hace impreciso:
(189)
Y ansina me vide pronto
Obligao a andar juyendo
(192)
“Supe una vez por desgracia
Que había un baile por allí”
“La ida” en su conjunto se organiza alrededor de un canto central, una especie de agujero negro con un vacío: es el desafío de Fierro a la mujer y al hombre negros.
El canto VII ocupa el centro mismo del texto. A su izquierda, en la primera parte, se sitúan los desafíos del cantor a sus rivales y los desafíos del enemigo indio al soldado y de éste al inmigrante enganchado que está de guardia. A la derecha del canto VII, en la segunda parte, se encuentran los desafíos de Fierro como desertor, sin uso, sin lugar, sin mujer ni hijos; la lengua del que lo ha perdido todo y se enfrenta con los otros gauchos. En el canto VII aparece por primera vez el horror del cuerpo sin uso, sobre el que se dictó la ley diferencial:
“De carta de más me vía
Sin saber a donde dirme;
Mas dijeron que era vago
Y entraron a perseguirme”
En el canto IX se relata el enfrentamiento con la partida. La aparición de Cruz se inserta en la historia como una exigencia de la acción, en medio de la pelea con la partida.
Éste es el momento culminante de “La ida”, donde Cruz reconoce en Fierro a un “valiente” y deserta para unirse a él. El momento de la alianza entre los iguales es el punto de mayor violencia de la ida. En las biografías orales la transgresión de la ley aparece como individual; ahora, con la asociación de Fierro y Cruz, cambia el carácter del enfrentamiento, que se dirige al conjunto de la “civilización”.
La simple indicación “Cruz” al empezar el canto X señala el cambio de narrador y sirve para iniciar otro relato personal. La autobiografía de este narrador es similar a la de Fierro y también puede dividirse en tres secuencias: acusación; enfrentamiento y exilio, aunque su desarrollo es menos extenso.
Las vicisitudes sufridas por ambos los asemejan: pérdida de casa y familia, dos muertes, vida de gaucho matrero; esto hace que sus reclamos por la situación del gaucho sean idénticos.
(364)
Hace mucho que sufrimos
La suerte reculativa:
Trabaja el gaucho y no arriba,
Porque a lo mejor del caso,
Lo levantan de un sogazo
Sin dejarle ni saliva.
En el último canto se produce un nuevo cambio de voz: habla Martín Fierro, proponiendo ir a vivir con los indios.
La esperanza de una vida mejor le hace concebir una visión idealizada de las tolderías.
Un narrador omnisciente concluye el relato, contando en tercera persona la partida de Cruz y Fierro hacia el desierto.
Este narrador sintetiza en las dos últimas estrofas lo que ha sido una constante en todo el texto: la denuncia social, que constituye el fin último de la utilización de la forma autobiográfica.
La situación desdichada del gaucho, la falta de libertad, las injusticias a las que se ve sometido, son significados emergentes de la narración de las autobiografías de Fierro y Cruz.
Estos significados se refuerzan al ser expresados por otra voz que no es la de los protagonistas. Al mismo tiempo, este narrador apela al lector usando un pronombre de segunda persona:
(394) “Cada gaucho que usté ve”
Y una forma verbal de segunda persona:
(395) “Pero ponga su esperanza”
El texto manifiesta aquí claramente su función perlocutiva y su intención de movilizar al lector.
La segunda parte presenta diferencias con la primera y se manifiestan en varios aspectos de la construcción, especialmente en la presencia de numerosos personajes reunidos en un mismo espacio. En La vuelta, junto con las historias, proliferan las descripciones de ámbitos, los cuadros de costumbres y los refranes. Esta dilatación de la materia narrativa entraña una modificación con respecto al carácter económico de La ida.
Pero existen, por sobre estas diferencias, dos núcleos irreductibles que sellan la unidad entre ambas partes:
1)La articulación de un sistema de oposiciones, sintetizado en la inversión de la oposición civilización/barbarie que en el texto se encarna en otros términos:
Gauchos/puebleros
Criollos/gringos
Inorantes/ estruídos
Campaña/ ciudad
2)La denuncia sobre la condición social del gaucho.
Una característica de esta segunda parte es la polifonía. Aparecen aquí una multitud de voces que se organizan, como en la primera parte, alrededor de la isotopía aglutinante de la autobiografía.
Hijo Mayor
Martín Fierro
Hijo Segundo - -> Viejo Vizcacha
Introduce también otras voces:
el Alcalde, el Juez y otros que hablan
de Vizcacha con verbos introductorios
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