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Análisis de la obra Sab de Gertrudis de Avellaneda


Enviado por   •  16 de Marzo de 2021  •  Reseñas  •  1.514 Palabras (7 Páginas)  •  928 Visitas

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Reporte de lectura: Sab

Gertrudis Gómez de Avellaneda

1841

Recuperado de: Biblioteca virtual universal (2003)

Alitzel Guadalupe Escamilla Haas

“Sab, como lo bueno y lo bonito de Cuba: El romanticismo como medio de denuncia”

El romanticismo: ¿Qué quiso decir en la obra?

Como bien sabemos, la obra nos relata un triángulo amoroso, que bien podría ser un cuadrado, entre el esclavo, la dos jóvenes primas y el caballero inglés; claro está, que aunque este sentimiento de amor funesto inunde la obra,  no hay que dejarse engañar y pensar que éste es algún tipo de drama puramente romántico, debido a que como hemos visto en obras anteriores, el romanticismo latinoamericano utiliza su carácter emocional como una fachada para el realismo, es decir, para ocultar la estructura profunda, la cual se presentaba a modo de objetivo actancial  o de denuncia.

En este caso, la autora se pronuncia contra los nuevos métodos capitalistas y a esta naturaleza incrustada en los individuos. Esto se puede ver cuando describe al padre del joven inglés, e incluso, cuando describe a este personaje en sí mismo: “El inglés observó un instante el firmamento y repitió la orden de traerle su caballo [...]ni los ruegos de su amada podían hacerle vacilar: porque educado  según las reglas de codicia y especulación, rodeado desde su infancia por una atmósfera  mercantil” (p. 20) o “pues además de los atractivos personales de Carlota no era Enrique indiferente a las riquezas, y estaba demasiado adoctrinado en el espíritu mercantil y especulador de su padre.” (p. 14).

En entonces que Avellaneda presenta al capitalismo como el nuevo orden del mundo, pues ahora lo que cuenta es el dinero, y como se pudo ver, Enrique encarna perfectamente el modelo de burguesía capitalista, la cual desplaza a la nobleza -familia de B.- y solo le interesan los bienes; como en el caso del matrimonio entre Carlota y Enrique, ya que él solo estaba interesado en el capital económico que ella podía ofrecerle.

Por supuesto, cabe recalcar la crítica que la autora realiza sobre la situación de los indígenas a través del personaje de la vieja Martina. De Avellaneda ejerce un juicio sobre la sociedad española arrasó con las culturas originarias meramente para fines económicos y expansionistas, acabando con la Cuba prehispánica.

¿Quién es Sab?

Por otro lado, tenemos al personaje de Sab, quien no sólo es el héroe romántico de la obra, sino que también es uno encarna uno de los roles más interesantes de esta novela. Al inicio de la historia, el mulato es presentado de una manera bastante peculiar: “Era el recién llegado un joven de alta estatura y regulares proporciones, pero de una fisonomía particular [...] Su rostro presentaba un compuesto singular en que se descubría el cruzamiento de dos razas diversas, y en que se amalgamaban, por decirlo así, los rasgos de la casta africana con los de la europea, sin ser no obstante un mulato perfecto” (p. 4); es así como Sab no es presentado como un esclavo cualquiera, e incluso, de una forma muy optimista, podría verse como la representación del  “nuevo ciudadano americano” producto del mestizaje.

No obstante, Sab no sólo llama la atención por su físico, sino también por ser un individuo que posee un vasto conocimiento, ya que fue educado junto con Carlota, la primogénita de la familia. Es entonces que se observa como él es presentado como un hombre intelectual y políticamente consciente, pero al mismo tiempo, representa lo negro, y en simbiosis de ambas naturalezas, podemos tomarlo como la posibilidad de lo que un negro de la época podría llegar a ser si se le dieran más herramientas, o, mejor dicho, si ya no fueran esclavos como tal, y ejercieran otro tipo de rol, como el de obreros.

Sab, ¿una novela antiesclavista?

Este es un tema bastante controversial, ya que no puede catalogarse como tal a esta novela como “antiesclavista”, ya que presenta varios momentos en los cuales se intenta blanquear a Sab: “Teresa! ¡Entonces recordé también que era vástago de una raza envilecida! ¡Entonces recordé que era mulato y esclavo...! Entonces mi corazón abrasado de amor y de celos, palpitó también por primera  vez de indignación, y maldije a la naturaleza que me condenó a una existencia de nulidad y  oprobio” (p.64) o “No -pensaba Teresa-, no debías haber nacido  esclavo..., el corazón que sabe amar así no es un corazón vulgar.”; es como si se nos quisiera decir que Sab debió haber nacido blanco, porque tales sentimientos no podían ser solo de un simple esclavo; en otras palabras, se nos plantea que si el mulato fuera de tez blanca, o si pudiera cambiar de posición -cuerpo- con Enrique, podría lograr sus deseos.

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