Casa noble de Water Deep

Annette von Droste II es la última heredera de la casa Droste, una honorable y antigua casa noble de Water Deep, que ha gozado por siglos de una buena fortuna, un poder político y militar en crecimiento, y una intachable historia de honor entre sus huestes.

Entre los antepasados de Annette se alzan varios héroes de guerra, altos cargos políticos, e incluso algún que otro gran artista reconocido. Lucien von Droste, fue el fundador de la casa, y el más notable de todos sus miembros. Las leyendas sobre este hombre son comunes entre los mas pequeños del clan, y cuentan como gracias a su sagaz astucia, gracia en combate, y su innata capacidad para el arte de la magia, logró amasar una fortuna en platino y una reputación de respeto en tan solo unos años, siendo la cúspide de sus esfuerzos la fundación de una casa noble bajo su propio nombre, legado, e ideales. En estas épocas de apogeo nadie imaginaria que la noble casa del gran “Lucien Endless Magic” se vería implicada por tanta calamidad.

Todo comenzó una década antes del nacimiento de Annette. Hace más de diez años que el ultimo dotado de magia de la familia, Tadeus von Droste, había vuelto de la batalla con poca conquista más que alguna lejana tierra muerta e historias de mal agüero, sucesos de inexplicable mala suerte que lo acompañaron en sus viajes. Se susurraba que la gracia que sus antepasados gozaron se había acabado, y que ahora la familia estaba maldita. Sin tesoros restantes, la familia ocultó que sus reservas se acababan inexorablemente con el paso de las estaciones para no sufrir el repudio de las otras casas nobles. Pudieron sobrevivir gracias a las ganancias que sus campos les aportaban, mientras intentaban mantener las pocas conexiones políticas les quedaban. Fue para sorpresa de todos, sin nuevos miembros agraciados con el don de la magia, sin recursos, ya casi incapaces de mantener su fachada publica, que cuando parecía que nada más podía ir mal, sus campos, de la nada, empezaron a morir. Las que antes eran hectáreas de saludable vegetación ahora se asemejaban a un valle seco. Un valle de muerte, donde nada podría cobrar vida de nuevo.

Fue Lorqinor von Droste, quien asumió el mando de la casa cuando todo esto ocurrió. Tal vez la nueva sangre no se vería afectada por la maldición que afligía a la familia. Forjó lazos comerciales con mercaderes de Neverwinter, vendiendo las ultimas reliquias que la familia poseía para asegurar unos años mas de supervivencia hasta que encuentren una solución a los males que les acechaban. La única reliquia que conservaron, fue el legendario estoque de Lucien, forjado en nada menos que La Forja de Almas.

Un año más tarde nacería Annette, la hija de Lorqinor y primera Droste en poseer el Don en años. El nacimiento de la niña fue especial, significaba no solo que la racha de mala suerte del clan había acabo, sino que ahora tenían una clara oportunidad de recuperar la gloria que antaño poseían. Los mercaderes de Neverwinter, contentos con los negocios realizados con la familia, al oír que la nueva heredera era tan prometedora, financiaron a la familia bajo la promesa de les proporcionarían un porcentaje de las ganancias que su nueva heredera genere en sus viajes. El mayor de estos mercaderes, Gundred Rockseeker, visitó en repetidas ocasiones a la familia y trajo regalos a la niña, fue sin lugar a duda uno de los mayores promotores del proyecto al ver los rasgos de Annette.

Annette, de niña, eventualmente experimento extraños sueños, visiones demasiado reales para pertenecer al reino onírico. De vez en cuando se veía atrapada por minutos, incluso horas dentro de estas visiones, donde un mundo siempre cambiante, y de cualidades sobrenaturales la envolvía. En una de sus exploraciones a lo largo del sueño, se encontró con un hombre alto, de pelo largo y oscuro, tez blanca y rasgos élficos. Siempre llevaba consigo una armadura dorada, ornamentada con telas y tapados bordados de un color azul y dorado, y a Cristal, una lanza de más de dos metros de largo hecha de nada menos que luz, dándole una apariencia inmaterial mientras fluctúa en el aire. Detrás de su cabeza, se extendía un aro de luz intensa, que adoptaba distintas formas rómbicas detrás de si mientras pequeñas estrellas brillantes volaban orbitando su figura. Se presento como “Kelek, el ultimo heraldo”, y a pesar de su brava apariencia, al hablar, lo hacia de manera tranquila y calmada, hablando con sabiduría y paciencia. Su imagen representaba serenidad, y fue el quien le enseño a Annette lo que realmente significaba hacer magia.

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