Celebraciones Históricas... Y Cosas Peores.

Autor: Anónimo nos relata sobre celebraciones históricas… y cosas peores.

El 2010 viene plagado de celebraciones, tantas que será necesario el año siguiente y un libro de Historia para poder asimilar tanto ajetreo.

Se supone que debe estar dedicado a recordar hechos pasados, también para halagar a los hombres ilustres de nuestra historia si más rodeos se trata nada más y nada menos que el centenario de la Revolución Mexicana, de los 150 años de la fundación del Instituto Campechano y del bicentenario de la celebración de la Independencia, ¡Puros pesos pesados señores! Recalcando en mí interés no se suscita a escribir reseñas sino a expresar una opinión, ensayar proponer o dar una pequeña crítica en lo que se considera que “hacemos” cuando “celebramos” dichos acontecimientos.

Se trata de dicha actitud que bien se puede confundirse con el patriotismo, si no que fuera porque aún existen quiénes pueden distinguir una parranda de un acto solemne de celebración histórica, sin embargo ser patriota: persona que tiene amor a su patria y procura siempre su bien.

Es ahí el efecto, ser patriota implica algo más que recordar que hay que comprar las “chelas” con anticipación para la noche del 15 y madrugada del 16 de septiembre y es que hemos convertido lo que fue una auténtica lucha cruenta y larga con un propósito mayor al beneficio egoísta realizando dichas fiestas de proporciones industriales que de juntarse los años que llevamos de hacerlo, superan por mucho el mismo proceso de independencia. Lo que si sería estupendo, es que para variar, estemos conscientes de lo que realmente estamos celebrando y no pretendemos excusar en méritos ajenos para saciar nuestras necesidades de ocio.

Me encantaría que encuestáramos horas antes de dar inicio al festejo e incluso días antes, a cuanto sujeto podamos sobre sus conocimiento generales sobre las

Causas que motivaron la independencia, la participación de estos magníficos personajes como el cura Miguel Hidalgo y Costilla, la importancia de la lucha que sostuvo José María Morelos a la muerte de su mentor. Me conformaría con los resultados que dicha encuesta nos arrojen buenas respuestas no sería mucho pedir.

Lo mismo sucede con un desfile que lejos de evocar un sentimiento nacionalista, provoca un mal sentimiento por parte de todas aquellas personas que emblandecen el desfile, el cual mucho desconocen y seguramente poco entienden se trata del desfile alusivo al 20 de noviembre.

Sinceramente se puede asegurar que los que desfilan ese día, no están pensando en la dictadura de Porfirio Díaz, ni en el descontento que se provocó por su misma persistencia en el gobierno, tampoco creo que se tengan en la mente aquella lucha de Madero por restablecer un sistema democrático. Lo que sí es seguro es que tengan en su

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