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¿Qué es esa cosa llamada Arqueología Histórica?


Enviado por   •  2 de Agosto de 2019  •  Reseñas  •  1.410 Palabras (6 Páginas)  •  244 Visitas

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¿Qué es esa cosa llamada Arqueología Histórica?

Montón Subías, Sandra. 2015. ¿Qué es esa cosa llamada arqueología histórica? Complutum, 26(1) : 11-35

Sandra Montón Subías en egresada en Licenciatura en Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona, ​​España. Realizó un Doctorado en Historia en la Universidad Autónoma de Barcelona y finalmente comenzó a investigar en la Universidad Autónoma de Barcelona, ​​estudiando los procesos de complejidad emergente en las sociedades mediterráneas de la Edad del Bronce. Desde entonces, he trabajado en la Universidad de Atenas, en el Instituto McDonald de Investigación Arqueológica, en la Universidad de Cambridge, en la Universidad Autónoma de Barcelona, ​​en la Universidad Pompeu Fabra, en la Universidad de California Santa Cruz, en el noroeste Universidad, en la Universidad Nacional de Taiwán, en la Universidad de Guam, en el Instituto Arqueológico Alemán / Comisión Romano-Germánica en Frankfurt y en la Universidad de Oslo.

La arqueología histórica en su sentido cronológicamente restringido, en tanto que estudio de los procesos que dieron lugar a la formación del mundo moderno y a su evolución posterior, va cobrando paulatinamente fuerza en la academia. Este artículo escrito por Sandra Montón Subías para la revista Complutum, tiene el objetivo de contribuir a generar más debates al respecto, revisando como se sitúa la arqueología histórica española en el panorama internacional y algunas de sus particularidades más significativas. Al hacerlo, incide en los lazos que unen la arqueología histórica y la prehistoria desde sus orígenes, tanto en lo que se refiere a la demarcación ontológica, epistemológica y metodológicas como a la influencia de inquietudes de la arqueología histórica en la prehistórica.

Para comenzar, la autora divide el documento en seis diferentes apartados que le permitirán organizar mejor la información que irá desarrollando, para comenzar. La autora parte de la instrucción para contextualizar la problemática de la arqueología histórica

Montón, parte de 1776, en donde Adam Chalmers publica el libro “¿Qué es esa cosa llamada ciencia?”, documento que sirvió como introducción a los puntos de vista modernos sobre la naturaleza de la ciencia, en el mismo se puede observar cómo se explican diversas concepciones y posturas teóricas a la hora de abordar el estudio de la arqueología histórica, partiendo fundamentalmente de la pregunta que aparece en el título de este. Teniendo en cuenta el extenso debate y complejos encuentros entre académicos con el fin de consensuar definiciones en las ciencias sociales y humanidades, podemos observar como hay distintos conceptos sobre la arqueología histórica, en algunos individuos genera cierto sentimiento de sorpresa y en otros, una asociación a investigaciones de periodos que cuentan con fuentes escritas. El autor para del punto de vista cronológico para establecer dos definiciones bastante debatidas, una amplia y otra restringida.

Posteriormente, Montón pasa a desarrollar el contexto que permitió el surgimiento de esta corriente denominada Arqueología histórica, empezando con la forma en la cual la arqueología española se sitúa dentro del debate internacional haciendo énfasis en características significativas, aunque no tenga gran presencia en la academia. Y el reciente interés por el estudio del colonialismo hispano portugués de la época moderna, un área que ilustra bien la relación que puede establecerse entra la arqueología histórica y la prehistoria.

Luego, la autora decide abordar el desarrollo de esta corriente historiográfica en otros espacios, partiendo de Estados Unidos, en donde la arqueología histórica y la prehistoria han convivido en estrecha relación desde sus orígenes hasta el punto de estar entrelazada, esta cercanía fue tal, que cualquier discusión conceptual inevitablemente llevaba al estudio de la otra, así lo explicito Bernard L. Fontana, autor que cita Montón para sustentar su explicación de esta estrecha relación ya mencionada.

Montón, resaltan el siguiente apartado en su texto: Concepciones de la arqueología histórica, aquí explica la coexisten en la actualidad de dos grandes nociones de la arqueología histórica, la primera engloba el estudio de cualquier cultura que cuente con un registro escrito, y la segunda, que se limita a los procesos de interacción que entre diferentes pueblos se iniciaron con la expansión europea por el mundo a finales de la baja edad media. El termino arqueología histórica empezó a generalizarse en Estados Unidos; una primera experiencia de este suceso fue un curso impartido por Jhon L. Cotter en la Universidad de Pensilvania para el año de 1966, denominado arqueología histórica, posteriormente, se celebraron conferencias a lo largo del país trabajando la misma temática: el enfoque conceptual, metodológico y campo de acción. Sus intereses se circunscribieron inicialmente al periodo de contacto entre europeos y nativos americanos, en las excavaciones de lugares euroamericanos emblemáticos. Originalmente esta arqueología de los sitios históricos fue una empresa política de afirmación nacional, por lo que buscaron nuevas evidencias materiales para corroborar o dimensionar acontecimientos ya conocidos y así construir un patrimonio arqueológico sobre los orígenes de la nación americana. Se estableció una distinción entre el estudio arqueológico de la presencia europea en el continente americano y los pueblos nativos anteriores a ella. La arqueología norteamericana estableció vínculos estrechos con la antropología cultural desde sus inicios, la concepción del propio objeto de estudio tuvo mucho que ver en eso, se podía pasar de una disciplina a otra con facilidad, ya que los descendientes de algunos pueblos del pasado estudiaban a partir de sus restos materiales y así podrían acercar el pasado al presente, en este contexto se crea una sociedad de arqueología histórica en la Asociación de Antropología Americana, en ese momento se empieza a generar un debate sobre la filiación histórica o antropológica de la arqueología histórica, alcanzando su punto más enaltecido, aunque sin llegar a un consenso.

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