Del Azucar Blanca Y Cosas Peores
Patty6520 de Junio de 2013
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DEL AZÚCAR BLANCA Y COSAS PEORES,
por Marcus de Oliveira, D. Ay.
El azúcar refinado se obtiene mediante un proceso químico múltiple del jugo de caña de azúcar o remolacha, eliminando en dicho procedimiento todos los nutrientes y la fibra de la planta.
Sobre las causas que ocasiona los estados de ánimo alterados se han barajado varias versiones que psicólogos, psiquiatras y médicos de todo tipo le atribuyen a diferentes causas y motivos. En esta ocasión yo quisiera hablar de los estados de ánimo alterados y su profunda relación con el consumo de azúcar refinado y endulzantes artificiales.
¿CÓMO ACTÚA EN EL CUERPO?
Cada vez que ingerimos un mínimo de una o dos cucharaditas de azúcar, el cuerpo entra en desequilibrio y nuestro organismo empieza a desmineralizarse. Cuando esto sucede día tras día, mes tras mes y posiblemente por el resto de la vida, el cuerpo se desgasta de una manera severa, y llega un momento que esta profundamente agotado de devolver al cuerpo a su equilibrio. Lo que sucede con el azúcar refinado es que tenemos la mala creencia de que sirve como una fuente para aportar energía y que es vital para las funciones cerebrales. Es cierto que el cuerpo necesita glucosa para sus funciones, más no del azúcar refinado sino de la glucosa contenida en las frutas, algunas verduras y alimentos orgánicos.
No exageramos al decir que, cuando ingerimos un refresco, un dulce, un pastel o cualquier alimento que contenga azúcar refinado, la primera reacción del organismo es igual al de una droga estimulante: al principio uno se siente eufórico y dominado por cierta energía nerviosa debido a que el cerebro reacciona instantáneamente a latigazos.
Podemos notar esto principalmente en los niños que no tienen una alimentación adecuada y se “llenan” o consumen sin moderación dulces, pasteles y golosinas, por esa razón son hiperquinéticos. Puede que estén demasiado activos y “llenos de energía,” de momento, de hecho hasta incontrolables con hiperquinesis, y si no quieres niños así quítales todo tipo de producto con azúcar camuflado.
Al pasar el efecto, el organismo se confronta con graves consecuencias ya sea uno niño o adulto. No te explicaremos todo lo que ocurre en tu organismo porque es un proceso complejo de bioquímica. Nos limitamos a decir lo que este alimento provoca cada vez que lo consumes, especialmente en los estados emocionales.
Antes hay que decir que la gran mayoría desconoce lo que el azúcar refinado (o sacarosa) realmente ocasiona. La mala información o la información tergiversada nos hacen creer que no es tan mala y que, de hecho, la necesitamos. Esto es absolutamente falso, el cuerpo no necesita ni siquiera un gramo de ella, lo que necesita el cuerpo son carbohidratos y una alimentación orgánica, lo más natural posible. Toma en cuenta que si existe una mala cultura de lo que es el azúcar refinada es porque la mayoría de los alimentos que se venden en el mercado contienen azúcar refinada blanca, ya sea como conservador, como elemento endulzante o de otras formas enmascaradas.
El consumo de azúcar de ese tipo provoca principalmente que la sangre eleve su temperatura, engendrando obstrucciones de todo tipo, infecciones, alergias, afecta a la digestión (fermenta rápidamente el bolo alimenticio y en un proceso químico se produce alcohol, que daña al hígado; por eso, es conveniente no combinar alimentos azucarados con la comida. Es como si hubieras consumido alcohol en la comida aunque no lo hayas consumido), causa desnutrición, aumento de peso, debilitación del sistema inmunológico. Pero sobre todo trastorna el metabolismo del calcio en donde además de robarle el calcio a huesos y dientes, desequilibra severamente el sistema nervioso.
La ansiedad y la mayoría de los trastornos emocionales son causados la mayor parte de las veces por algo que a lo mejor parecía tan inofensivo como un refresco o un dulce procesado.
La ingestión de azúcar provoca a tal grado un daño en el sistema emocional que es causante en la mayoría de los casos de pereza, fatiga, niños hiperactivos, inhabilidad para concentrarse y aprender, vicio, infelicidad, insomnio, diabetes, ansiedad, miedo, y depresión entre otras. Si a esto se le suma además una mala dieta, las consecuencias pueden ser realmente severas y trascendentes en nuestra salud emocional.
Si padeces estados de ánimo irritables, depresivos, perezosos, y ansiosos, prueba a quitar de tu dieta todos los productos que contengan azúcar refinado durante tres o cuatro meses y verás como indiscutiblemente tu estado de ánimo se revitaliza y sanea con toda seguridad.
Ningún conocimiento sirve si no te sirve, y para que te funcione debes experimentar cada cosa que te digan, comprobarlo con tu misma experiencia, y luego tu ser el mejor juez, en este caso, el mejor beneficiario.
Siendo el azúcar una sustancia con efectos adictivos, es comprensible que, si intentas dejarla o disminuirla, el cuerpo te la pida y se te siga antojando. Es necesario que emplees toda tu voluntad y respeto por tu cuerpo para ir discriminando de tu dieta los alimentos que la contengan y que tu cuerpo se acostumbre a la nueva dieta. Hay expertos en este tema que afirman que dejar el azúcar es como dejar de fumar, y para aquellos más “azucarados” resulta casi tan difícil como dejar una droga.
Los refrescos son agresivos para sus dientes. Si reduce la cantidad que toma, practica buenos hábitos de higiene oral y busca ayuda de su dentista, puede contra-restar los efectos y disfrutar de una mejor salud bucal.
Los refrescos surgen como una de las fuentes más importantes para las picaduras de dientes, afectando a gente de todas las edades. Tanto los ácidos como los azúcares ácidos provenientes de estas bebidas debilitan el esmalte dental, contribuyendo a la formación de la caries y cáncer en los huesos. En casos extremos, el esmalte debilitado combinado con un cepillado inapropiado, con rechinar los dientes o con otras condiciones, pueden llevar a la pérdida de uno o más dientes.
Las bebidas libres de azúcar, que son solo el 14% del consumo total de refrescos, son menos dañinas. Sin embargo, son ácidas y potencialmente pueden causar problemas.
Entre 1977 y 1997 el consumo de refrescos con gas ha subido 61% en adultos y más del doble entre jóvenes y adolescentes, lo que convierte a estos productos en la principal fuente de azúcares añadidos para los ciudadanos de México, un país en el que existen más de diez millones de diabéticos tipo 2.
Científicos de la Universidad de Harvard (Boston) publican en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA) el mensaje de advertencia: las mujeres que toman una lata de refresco al día tienen hasta 83% más de probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 que aquellas que lo hacen menos de una vez al mes.
Sus conclusiones proceden de una muestra de más de 140,000 mujeres pertenecientes al Nurses' Health Study II, un gran estudio clínico que evalúa periódicamente a un grupo de enfermeras para conocer su estado de salud. Se eligió a 91,000 de ellas para estudiar la aparición de esta enfermedad y más de 51,000 para ver cómo influía el consumo de estos productos en su peso.
El azúcar también se extrae de las remolachas. Las remolachas se cortan en trozos después de lavarlas y luego se lixivian. Para dejar limpio el líquido que contiene el azúcar, se le añade cal. En este momento, la reacción alcalina destruye casi todas las vitaminas. En el líquido, mezclado con cal viva, se introduce dióxido de carbono, para así precipitar la cal. El líquido “saturado” se conduce hacia las bombas de filtración que separan las el líquido azucarado de las impurezas. Tras otro tratamiento con sulfato de calcio, por el cual el ácido sulfúrico lo decolora hasta dejarlo casi blanco, se hierve el líquido hasta que espesa. Una centrifugación permite separar el jarabe del azúcar crudo llamado melaza, un producto que contiene muchas sustancias que no son propias del azúcar.
La melaza se utiliza para preparar una sustancia similar al alcohol de quemar y para alimentar al ganado. En las refinerías, este azúcar crudo se ha de transformar todavía en azúcar común o de consumo, para lo cual ha de pasar por varios procesos más de limpieza con carbonato de calcio, de blanqueo con ácido sulfúrico, de filtración a través de carbón de huesos y de cocción hasta obtener los cristales.
El azúcar de color blanco que se vende y consume comúnmente, es sacarosa refinada. Su fórmula química es: C12H22O11.
Lo que normalmente suele ocurrir a toda persona que consume azúcar en forma cotidiana, es que sus niveles de glucosa se mantienen permanentemente por encima del nivel regular, es decir, rara vez se experimentará una baja hacia la auténtica normalidad en los niveles de glucosa. La mayoría de la población mundial literalmente vive bajo los efectos del azúcar sin saberlo y sin notarlo. Este desequilibrio permanente está siendo asociado con diversas enfermedades nerviosas, especialmente en los niños.
Mientras la glucosa es absorbida por la sangre, nos sentimos animados. Un estímulo rápido. Sin embargo, a este impulso energético le sigue una depresión, cuando el fondo se desprende del nivel de glucosa sanguínea. Estamos inquietos, cansados; necesitamos hacer un esfuerzo para movernos o incluso pensar. Hasta que se eleva de nuevo el nivel de glucosa. Podemos estar irritables, hechos un manojo de nervios, alterados. La gravedad de la crisis depende de la sobredosis de glucosa. Si continuamos tomando azúcar, una nueva crisis doble empieza siempre antes de terminarse la anterior. Las crisis acumulativas al final del día
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