Como Diagnosticar La Lectura Y Ecritura
ajonjolistar29 de Agosto de 2013
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¿Cómo diagnosticar los procesos de lectura y escritura?
Generalidades de la Evaluación
La prueba se divide en dos etapas, una etapa de escritura y una de lectura. Invariablemente deberá de ser aplicada de modo inicial la prueba de escritura. Esta prueba de escritura comprende el dictado de palabras, enunciados y escritura libre.
Cada evaluación consta de siete palabras que pertenecen a un mismo campo semántico, es decir que se encuentran relacionadas entre si de acuerdo a su significado. Estas palabras o grupos de palabras pueden ser modificados de acuerdo a contextos sociales específicos, es decir, si en una comunidad específica el nombre utilizado en el listado de palabras no tiene mucho significado para el grupo a evaluar podría cambiarse de palabra e incluso de campo semántica. Si el cocodrilo fuese una especie animal no conocida, ni de forma referencial en una comunidad deberá de buscarse otra palabra con las mismas características silábicas pero que sea un mejor referente de acuerdo a la cultura del lugar. Así pues, “al-me-ja” esta formada por tres sílabas la primera formada por vocal y consonante, así que se podría sustituir por “ár-bo-les” por ejemplo, “pa-to”, por “pi-no”, etc.
A partir de la segunda evaluación, deberán ser incluidas dos palabras del dictado anterior con el fin de poder comparar con precisión el avance de los alumnos. En relación al dictado de oraciones, las primeras dos oraciones deben ser simples y posteriormente se deben ir complejizando.
Un ejemplo de una oración simple seria:
“El perro ladra.” / “El caballo corre rápido.”
Por último en la etapa de escritura libre habrá que pedir a los alumnos que escriban lo que quieran sobre un tema específico. Por ejemplo:
- “Escribe algo sobre el animal que más te gusta o escribe algo sobre tu escuela”.
El tema debe ser un tema con el cual el alumno se pueda sentir identificado y que conozca bien; no podemos pedirle al alumno de ciudad que escriba sobre las vacas o la siembra, ni a un alumno de una zona rural sobre los museos o los aeropuertos.
Antes de iniciar nuestra evaluación debemos preparar el ambiente, los materiales y prever posibles situaciones:
TIEMPO
• Mínimo 15 minutos
• Máximo 45 minutos por alumno
ESPACIO
• Suficiente
• Iluminado, preferentemente con luz natural
• Ventilado
• Sin abecedarios pegados
• Evitar distractores como música, otros niños en el mismo espacio, ruido excesivo, etc.
DEL NIÑO
• Previo almuerzo o desayuno
• Buen estado de salud
• Descansado
• Al inicio de clases
• Antes de una actividad física vigorosa
PARA INICIAR
• Establecer contacto con el niño
• Mostrar interés en él
• Brindar confianza
• Sonreír de modo constante
• Mostrar interés en lo que nos comente
MATERIAL
• Hojas blancas
• Lápices
• Formatos
• Sacapuntas
• Borrador
• Láminas de lectura
Programación de la Evaluación y Seguimiento
La primera y segunda evaluación deberá de hacerse uno a uno. Es decir de persona a persona, se estima que en promedio el tiempo de aplicación será de entre 20 y 30 minutos por niño. Es importante prever este tiempo para fin de poder realizar todas las evaluaciones. De acuerdo a la experiencia adquirida durante el proceso de trabajo de esta metodología sugerimos iniciar el proceso antes del inicio de clases para la primera evaluación, y la segunda de ser posible antes de salir a vacaciones de diciembre. Para preparar el proceso se debe convocar a una reunión en junio o julio con los padres de familia de alumnos que ingresan a primer y segundo grado de primaria. Para organizar y capacitar a un grupo de aplicación de las evaluaciones al inicio de clases.
De ser posible, es prudente citar a los alumnos de primero y segundo unos días antes del ingreso a clase para iniciar con las aplicaciones evaluatorias para que una vez iniciado el ciclo escolar contar con los datos y resultados de la evaluación inicial y permitir al maestro planear de mejor manera su intervención.
Durante el proceso de capacitación es importante brindar confianza a los padres de familia e involucrarlos en el proceso, con la intención de promover la participación, y el compromiso con la escuela de sus hijos. Una vez acordado quienes serán los padres de familia que participaran en el proceso, se convoca a dos reuniones de capacitación. Los padres deberán determinar el horario y lugar para el mismo de acuerdo a sus posibilidades. El objetivo de la capacitación es aprender a aplicar los formatos de evaluación de forma correcta, así como dar un panorama claro y escueto de las etapas del proceso de lectoescritura por las cuales pasa cada alumno en su aprendizaje. Se pretende que además de apoyar en aplicar la prueba, identifiquen en cuál etapa del proceso se encuentran sus propios hijos, y adquieran conocimientos y herramientas para el apoyo en el proceso de lectoescritura de sus hijos.
Los espacios con los padres de familia deben ser por definición agradables y productivos. Generando relaciones cordiales y de confianza para que después nos permitan una mejor interacción e intercambio.
En la capacitación, además de los contenidos planeados, se establece un cronograma de aplicación de los instrumentos para la claridad y seguimiento del proceso. Se sugiere de tres a cuatro aplicaciones por año escolar. La primera al inicio del ciclo escolar o al ingreso de un alumno. La segunda entre enero o febrero. La última al final del ciclo escolar. Deberán de hacerse acuerdos pertinentes para tener reuniones de capacitación y de aplicación en cada una de las evaluaciones. En el caso de que el grupo de padres sea el mismo, se sugiere ampliar el programa, en cuanto a los conocimientos del aprendizaje de la lectoescritura; igual modo se puede aprovechar para recuperar y socializar las experiencias y problemas presentados durante las evaluaciones anteriores.
Las capacitaciones deben ser breves e intencionadas a lograr que los padres puedan llevarlos a cabo de modo correcto, evitando alteraciones significativas en los resultados de las mismas.
Administración de la Prueba
Uno de los mayores problemas con los que se enfrentan los aplicadores es la resistencia de los niños a escribir. Al percibir que están a prueba o que se evaluará su desempeño, el alumno normalmente tiende a rechazar la situación e intenta dar las respuestas que el aplicador espera en lugar de concentrarse en su propia experiencia de lectoescritura. Por esta razón es conveniente presentar esta evaluación como un juego o como una tarea en la cual nos van a ayudar ellos.
Se sugiere que cuando llega el alumno lo primero que debemos hacer es preguntar su nombre de pila para establecer un mínimo de confianza. Preguntarle algunas cosas como
- “¿Quien es tu maestra?”
- “¿Qué te gusta hacer?”,
- “¿A que equipo de FUT le vas?”, etc.
Debemos platicar un poco con ellos y luego explicar que los hemos llamado para hacer un trabajo, pero para poder hacerlo necesitamos que ellos nos ayuden. Una vez hecho esto se le explica que la ayuda consiste en que nosotros les vamos a decir unas palabras y ellos van a tener que escribirlas. En muchas ocasiones el niño responde:
-“pero yo todavía no se escribir.”
En ese momento debemos de brindarle mayor confianza diciéndole
- “Mira no te preocupes no es tan difícil como tu crees, vas a ver como si vas a poder muy bien.”
Enseguida se le pide que en la hoja en blanco escriba su nombre. En su mayoría los niños de estas edades ya lo escriben de un modo u otro, al hacerlo habrá que alentarlo diciéndole algo así como:
- “Ya vez, no que no sabias escribir, mira que bien escribiste tu nombre aquí”, “lo hiciste perfecto”, etc.
Este es un momento muy importante de la aplicación de la prueba, fundamental para el buen desempeño del alumno. Es absolutamente necesario, para brindarle confianza y colabore con la misma.
Al inicio del dictado se debe explicar que campo semántico, o grupo de palabras, va a tratar el dictado, por ejemplo:
- “Les voy a dictar nombres de animales.”
En caso de no ser el primer dictado deberemos agregar:
- “En esta ocasión además te voy a dictar dos palabras que ya escribimos la vez pasada.”
Cada palabra deberá de ser dictada de forma clara y precisa sin separar sonidos o silabear. Debemos cuidar nuestra entonación e indicaciones. Cuando el niño pregunte si se escribe de cierta manera una palabra específica y ya la ha escrito solo hay que pedirle que nos diga que escribió y si repite la palabra que le hemos dictado solo decir que lo hizo muy bien. En caso que mencione otra palabra distinta debemos pedirle que escriba la palabra correcta. En el caso de que aún no haya escrito la palabra indicada y nos pregunte algo así como:
-“¿Con
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