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Redacción Periodística: Géneros Narrativos y Dialógicos

Tema 1 – El reportaje

1. ¿Qué es un reportaje?

1. Definición

La mayor parte de los autores coinciden en señalarlo como el género de mayor envergadura, no solo por su amplitud, sino por la cantidad de técnicas del Periodismo que combina, y por su afán en ahondar en los hechos y darlos a conocer mediante una prosa atractiva.

• Para Rivas es “el cuento de la realidad.” La libertad del reportaje termina donde acaba la realidad.
• Para Martín Vivaldi es un género esencialmente informativo, libre en cuanto al tema, objetivo en cuanto al modo, y redactado en estilo directo. El reportaje cuenta siempre un hecho de interés humano enmarcado en la actualidad.
• Según García Márquez, el reportaje es el cuento de lo pasado, un género periodístico para el que se necesita un narrador esclavo de la actualidad.
• Para Pilar Díezhandino, el reportaje satisface las necesidades informativas que la noticia no puede cubrir. Gracias a este género, el lector siente, ve y entiende lo narrado como si hubiera estado allí. Para lograr este propósito, el reportero debe salir de la redacción y acudir al lugar de los hechos, visitar el escenario, hablar con los personajes y buscar los datos. Y así, ofrecer al lector una narración con más libertad que cualquier otro texto.

Otros autores prefieren centrarse en la extensión. Todos coinciden en que esta es indeterminada (Una cara, dos páginas, un libro, etc.). Un reportaje nunca se define por su extensión. Es información pura y dura. Un texto que trasciende de la noticia y sirve para profundizar en ella o analizarla. No nace de la noticia, sino de la actualidad. Se trata del texto periodístico más exigente de todos. La información debe encararse con la mayor objetividad posible, y tienen gran importancia las anécdotas que son capaces de explicar y dotar de significado los acontecimientos. Es investigación, ya que indaga un tema actual, facilitando antecedentes, comparaciones, y posibles consecuencias futuras.

1.2 Lo que no es un reportaje

• Un comentario.
• Una encuesta.
• Un monólogo del periodista.
• Una descripción inanimada. Un reportaje es vida.
• Un relato que no contenga como mínimo un 80% de información recogida directamente por el propio periodista.

1.3 Funciones. ¿Para qué sirve un reportaje?

Un reportaje sirve para informar de otro modo, aclara acontecimientos. Va más allá del hecho y aporta vida, análisis, y documentación exhaustiva. Ofrece al lector la posibilidad de comprender el hecho a través de historias de casos concretos, y la consigue acercar gracias al dominio de la redacción. Además de informarse, el reportero incorpora el aspecto sensible de la información. Y para implicar al lector, debe llamar su atención.

1.4 La importancia de sorprender al lector

Se debe pensar en la novedad, en lo insólito. Esto se consigue estando alerta y teniendo curiosidad. El reportaje es un espectáculo que merece ser visto y contado. Un montaje de todo lo que el periodista ha visto, es decir, un encadenamiento de escenas dentro de una historia. Para ello, los elementos de un reportaje son los siguientes:

• Escenario.
• Personajes.
• Sonido. (Imagino que en un sentido narrativo)
• Acción.

Y el reportero realiza la puesta en escena. Es un espectáculo, pero sobrio, ya que el lector debe extraer sus propias conclusiones. Hace falta asombrar al lector y mantenerles sin aliento, retenerlos de una página a otra. Y por supuesto, el periodista también interviene en la historia, aunque pueda ser invisible.

1.5 Elementos para interesar al lector

• Fotografía/s.
• Titular.
• Sumarios.
• Destacados.
• Entrada, si se optara por ella.
• Ladillos.

Un reportaje se mira con los ojos antes de la lectura. Por ello, las ilustraciones, las infografías y los mapas también resultan de interés. Cualquier tema puede ser bueno, siempre que sea bueno el enfoque. Y siempre destacando la novedad, la emoción y el interés humano. Se debe tener en cuenta al público.

1. Proceso del reportaje

Para realizar un reportaje es necesario pasar por cinco etapas fundamentales:

1. Proyecto, tema y enfoque.

El reportero debe preguntarse qué hay que investigar. Y da igual lo que se elija, el tema siempre debe englobar la vida cotidiana en sus distintos aspectos. Todo es susceptible de convertirse en tema. Para ello, hay que educar la mirada y estar atento a la actualidad y la realidad. Lo ideal del tema elegido es que debe ser lo suficientemente específico para que resulte manejable, por la única razón de que debe ser leído por el mayor número de personas posible. Como el reportaje sirve para satisfacer necesidades informativas que la noticia no puede cubrir, sus ámbitos son diversos y múltiples. Puede nacer partiendo de hechos, noticias y acontecimientos individuales.

Primero hay que preguntarse por los antecedentes del hecho y su vinculación con otras noticias. Sus consecuencias y su grado de implicación con los lectores. Cuanto más interesantes sean las preguntas, más interesantes resultará el reportaje. Por ejemplo, un secuestro. Se puede partir de tendencias. Cambios en el modo de vestir, etcétera. Cualquier cambio en un hábito puede ser tema de un reportaje. Cuando se parte de situaciones, el periodista debe identificar las que más inquieten a la sociedad y que no suelen ser abordadas por los medios. En el caso de las personas, la importancia del reportaje dependerá, por supuesto, de la importancia del personaje elegido. También pueden elegirse animales u objetos. Pero siempre hay que tener extremo cuidado con no caer en la biografía o la entrevista. Los lugares deben ser interesantes desde el punto de vista político, económico, ecológico y turístico.

Ya estaría la idea, después toca el enfoque. Para este, se debe investigar al tema y preguntarse cuál es la finalidad del reportaje, a qué público va dirigido. Y hay que ser realista. Se puede apuntar alto, pero nunca perder conciencia de los límites, ya que un proyecto muy ambicioso puede retrasar la investigación. Resulta práctico poner el enfoque por escrito en forma de afirmación o pregunta. Determinará la búsqueda de información a través de fuentes documentales.

2.2 Investigación

No está de más revisar lo que ya se ha publicado para evitar ser repetitivo. La investigación es consustancial al reportaje y el Periodismo, aunqu la observación directa sea imprescindible. Una investigación se compone de:

5% Investigación de archivo y documental.

5% Investigación hemerográfica.

90% Investigación personal y viva en el lugar de los hechos.

         Porque nunca debe olvidarse que el periodista es un observador al servicio de los lectores, y se espera de él una alta capacidad perceptiva. Otro método que permite al periodista sumergirse en los hechos es participar en ellos. No es un simple observador, interfiere en la realidad. Según Günter Wallraff, autor de Cabeza de turco y Periodista indeseable, el periodista debe camuflar su identidad de tal modo que viva en las mismas condiciones que sus protagonistas. Pero esta forma de investigar es muy peligrosa. Puede entrañar daños físicos y problemas éticos y legales.

2.3 Fuentes presenciales

A la hora de elaborar un reportaje, la relación periodista-fuente no siempre es armoniosa. En algunas ocasiones, las propias fuentes se negarán a facilitar información. Y si te toca entrevistar a policías, ya puedes sacarte los ojos con una cuchara, si no mueres de viejo esperando a que respondan, no hay Dios que los haga hablar. Otras veces tratarán de convencer al reportero para ofrecer el enfoque que les interesa. E incluso pueden pedir el anonimato. A esos hay que darles un buen bofetón y enseñarles quién manda. Como norma general, hay que advertir a todos los personajes de que deben identificarse con nombre y apellidos. García Márquez, sobre las fuentes controvertidas, decía que los personajes nunca son buenos ni malos, sino hechos que ayudan al lector a extraer sus propias conclusiones.

1. Evaluación y selección de lo investigado

Es imposible abarcarlo todo, el lector puede abrumarse con datos sin importancia. En esta etapa, hay que seguir cinco pasos fundamentales:

• Evaluar la información básica. Es decir, todo lo que sean antecedentes que conecten al tema con una realidad más amplia.
• Revisar la actualidad. Y si se puede, aportar algo novedoso.
• Revisar los testimonios. Es la base del reportaje. Aportan la información y el detalle humano. Dan vida y color al texto. Sobre todo, hay que analizar si aportan una visión lo más completa posible del tema narrado.
• Revisar los ambientes. Hay dos fundamentales: físico y psicológico.

Y tras la revisión, toca coger el bisturí. Para facilitar la selección, es útil establecer una idea central y jerarquizar los datos. Una vez hecho, toca por último elegir qué estilo narrativo necesitan los lectores y las fotografías que ilustrarán el reportaje. Colocar en su sitio la información que irá en el recuadro.

2.5 Redacción del reportaje

Ha comenzado la redacción, siempre bajo prisa. Pero debe ser interesante, y para ello, hay que incluir tensión narrativa y originalidad en el enfoque. Y muchos contrastes. No es lo mismo explicar que mostrar, el reportaje enseña. Se muestran los hechos a través de las acciones, no de las explicaciones. La redacción tiene mucha influencia de las técnicas del cine, ya que se debe montar por escenas. Pero antes que nada, hay que hacer un esquema. En el deben quedar reflejadas las ideas que se desean transmitir y cómo se quieren expresar. Son muy importantes las anécdotas, resaltan lo insólito. Un reportaje no es un informe. Si se desea aportar datos, estadísticas o una cronología complicada, siempre dentro de un recuadro. La estructura es el esqueleto del reportaje. Antes de empezar a escribir, y a pesar de que se trate de un género con gran libertad estilística, se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:

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