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Croquis en la arena Instituto superior del profesorado Dr. Joaquín V. Gonzalez


Enviado por   •  2 de Octubre de 2018  •  Trabajos  •  1.794 Palabras (8 Páginas)  •  136 Visitas

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Modernismo bifronte:

Una mirada crítica desde el siglo XXI

Lucas Agustín Sánchez

Instituto superior del profesorado Dr. Joaquín V. Gonzalez

El siguiente ensayo se centrará en la representación de la mujer en el modernismo, la ambigüedad que existe en esta representación, relación que los autores erigen entre la amada y el poeta, y la imposibilidad de consumar aquellos amores.

Inevitablemente el análisis se hará con una mirada crítica construida por el presente (S. XXI). Para ser más específicos en el año 2018, con un feminismo en boga que esta cambiando la conciencia colectiva de manera radical.

Finalizando el siglo XIX y a comienzos del siglo XX las naciones latinoamericanas atraviesan un cambio de paradigma político y económico, la idea de emancipación y desapego del viejo continente, para así crear una identidad “regional”, se ve reflejada en el arte, es allí que nace el modernismo como voz literaria para representar este cambio.

Claro que podría decirse que existen contradicciones en el proceso de emancipación cuando el caballo de batalla del modernismo era tener una ferviente visión cosmopolita (más que nada fijando la visión en ideas de la cultura europea) tomando ideas, como por ejemplo, del parnasianismo francés, el simbolismo, el decadentismo, etc., pero para los modernistas esto significaba construir una nueva identidad.

Con todos estos cambios aparecen los nuevos sujetos decadentes de la cultura, los homosexuales, los discapacitados, los enfermos terminales, la tendencia a lo femenino, la mujer. Todo aquel sujeto o sujeta que no sea funcional a los nuevos medios de producción se verá desplazado de cualquier oportunidad para escalar posiciones en el estatus, según las plantea el mismo capitalismo machista y recalcitrante. La mujer en este caso representa al eslabón que se encarga de parir y criar individuos productivos para el sistema. Por eso se la desplaza al cumplimiento de esta única función, si tuvieran la autonomía de su cuerpo y la posibilidad de tomar decisiones sobre el mismo, representaría una amenaza para el sistema. “[…]aparece como potencial corruptora del proyecto de formación nacional” (Abreu: 2005, 1)

Este desplazamiento se ve reflejado en la literatura modernista, la mujer ocupa un rol central en el modernismo, su representación en las obras, podríamos decir, es bifronte. Se la ve como objeto de deseo, de una belleza inmaculada, frágil y exótica, pero también se la coloca como foco causante de tragedias para el hombre, dotadas de una sexualidad demoniaca. Algunos autores amalgaman estos dos modelos de mujer gracias al excelente uso de la técnica, por un lado, está la mujer cosificada, digna de apreciar y comparable con los más bellos objetos y acontecimientos del mundo y de la historia, y, por otro lado, aparece la mujer y su naturaleza propensa a corromper al hombre, otorgándoles, por ejemplo, el nombre de mujeres causantes de tragedias en la mitología griega. Veamos dos ejemplos: “[…] su rostro, rosado y halagüeño/como una rosa roja que fuera flor de lis.” (Rubén Darío: 1888, 1).

Aquí al poeta le parece pertinente comparar el color y lo terso de estas flores con el rostro de Carolina.

“Cuando a medianoche sus notas arranque/y en arpegios áureos gima Filomela” (Rubén Darío: 1896, 5)

En esta cita, el poeta le otorga a Eulalia la personalidad o el destino de Filomela. Filomela, es violada por su cuñado, Tereo de Tracia, al quedar éste deslumbrado por su belleza. Más tarde en el relato, Filomela y su hermana Procne, llevan a cabo la venganza contra Tereo, quienes le dan de comer a su propio hijo. Queda demostrada la ambivalencia con la que se observaba a la mujer. Rubén Darío con un verso corto pero cargado de significado coloca a Eulalia como objeto sexual, con el propósito de causar placer en el hombre, a pesar de sus quejas, camuflando con su excelso uso de la técnica los gemidos de la violación y a su vez colocándola como causante de la tragedia de un rey, quitándole la posibilidad de trascender por medio de la descendencia.

Hay una intención de demonizar y/o mitificar a la mujer en su totalidad, verla quizás, como una “semi-diosa” con la que se anhela un idilio imposible, pero también con miedo por lo que pueda generar su naturaleza destructora.

Aparece así la figuración de la mujer como femme-fatale, aquella mujer dotada de una sexualidad jactanciosa y que se vale de sus atributos físicos para atraer al hombre y debilitarlo con histeria y seducción, haciendo notar

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