Cuento de tercer semestre

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Cuento Final.

Amelia es una joven de 18 años, piel blanca con un cabello rojizo y ojos oscuros, vive con su madre Elena López y su hermano Alejandro, su padre Alfredo Torres hasta hace poco vivía con ellos pero se descubrió una infidelidad que él tuvo y además que también tiene un hijo de la misma edad de Amelia llamado Alberto, lo que provoco el divorcio de sus padres cosa que ya se veía venir, pero lo que nadie se esperaba es que le diagnosticaran cáncer en la próstata a Alfredo, lo que hizo que los planes de Amelia por continuar con una carrera universitaria se desmoronaran ya que los gastos para tratarlo eran muy elevados y aún tenía que mantener a las 2 familias pero al parecer hasta la muerte se compadeció de él, ya que una noche el sufrió un infarto que lo llevo a la tumba.

Amelia era una joven muy capaz y valiente que a pesar de su mala fortuna aun así lucho por su sueño metiéndose a trabajar de secretaria de medio turno y estudiando por las noches su carrera universitaria, ya que a pesar de que su destino parecía terrible logro que se le diera una beca de 70% pero después de 5 años de arduo trabajo y mucho esfuerzo en sus estudios, a punto de recibir su título su destino le puso otra piedra enorme en su camino, cuando su madre le dijo que su hermano Alejandro había heredado cáncer de próstata de su padre, pero en este caso Alejandro había ignorado las señales y el cáncer ya estaba muy desarrollado y los doctores no le daban muchas esperanzas de vida y que la única forma de que hubiera una oportunidad de salvarlo sería siendo internado y operado, pero un mes antes de la operación, Alejandro falleció devastando por completo aquella familia de ahora 2 integrantes.

3 años pasaron después de la muerte de Alejandro, Amelia ahora tenía 26 años y era una psicóloga muy exitosa y reconocida, soltera por el momento y su madre vivía con ella, en una casa muy hermosa de color blanca, de dos pisos con ventanas grandes que parecía no guardar ni un secreto.

A Amelia por fin parecía que le sonreía el destino, hasta que una tarde en una visita al doctor se enteró de una horrible noticia de  una que le haría abrir los ojos para mostrarle que al destino le gustaba divertirse con ella, ya que el doctor al verla le dijo “Lamento decirle que el cáncer de próstata no solo lo heredo su hermano, si no que usted también lo heredo, aunque su cáncer no se le heredo de próstata obviamente, si no que su cáncer fue heredado como cáncer de mama y la única posibilidad de que se pueda salvar es con una operación lo más inmediatamente posible, aunque si le soy sincero no le aseguro que funcione y se erradique todo el cáncer”.

Amelia al volver a su casa le comento a su mama sobre lo ocurrido en el hospital y después de unas lágrimas derramadas por ambas llegaron a la conclusión de que a la mañana siguiente se internaría y tratarían de tomar un préstamo y vender algunas cosas para que ella se pudiera operar ya que el costo de la operación no era muy accesible.

A la mañana siguiente sucedió lo acordado fueron al hospital pero al entrar Amelia se desmayó y empezó a tener un ataque en el suelo, por lo que los enfermeros la levantaron de inmediato en una camilla y la tranquilizaron en el camino a la sala de operaciones, casi consiente Amelia veía todo borroso pero logro distinguir la voz de un hombre del doctor que le  decía, “Descuida todo saldrá bien te lo prometo”, Amelia reconocía la voz muy poco, pero aun así esa voz la tranquilizo e hizo que se durmiera con el efecto del tranquilizante para la operación.

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