Cuento para literatura

Mundo Oscuro.

Era una noche muy oscura de esas donde las estrellas no brillan ni la luna se asoma y en donde mis más demoniacos pensamientos se ponen a volar, decidí salir de casa, quería una historia distinta algo que hiciera que esa noche fuese perfecta. Vivo en un lugar lleno de callejones oscuros, árboles viejos y mucha neblina, salí a caminar alrededor de las  12am sin rumbo, pero con un solo pensamiento “asesinar a alguien”, había probado con animales, animales de todo tipo, desde el pájaro más pequeño,  hasta un perro doméstico, pero sentía que esto ya no era suficiente atractivo para mí.

 ¿El matar animales me hacía un psicópata? Tal vez sí, no me importaba todo aquello solo trataba de callar esas voces que me repetían una y otra vez que debía matar a alguien... Pero por más que matara cualquier cosa que tuviera vida seguía sintiéndome de esta manera se estaba volviendo un hábito, ¿cómo podía parar? ¿En dónde podría encontrar esa paz que tanto anhelaba? En la preparatoria nadie tenía idea de esa faceta de mí, y nadie la tenía que saber, nunca se me quito la necesidad de experimentar con algo más, necesitaba de una presa fácil, que no me complicara las cosas.

En el colegio, nunca me sentí cómodo siempre veía a las personas con una perspectiva de víctimas. El día de inicio de clases había entrado una chica nueva, ella intentó hablarme pero yo me mostraba indiferente hasta que me di cuenta de que ella era la mejor víctima decidí hablarle paso el tiempo y decidí enamorarla para poder acabar con ella. Al cabo de varios meses planee como acabar con su vida y pero me di cuenta de que me estaba enamorado de ella. Me acerce y con ello mi deseo de matar; me encontraba caminando por los pasillos fijando mi vista en las placas con los números de mi nuevo salón de clases, yo era un chico alto, cabello negro, ojos verdes, atractivo a la vista de los demás alguien al cual nunca considerarían un psicópata, mi colegio está lleno de idiotas,  ninguno llega a comprender el dolor e impotencia que uno siente a veces,  estado observando algunas personas que serían una buena presa,  personas débiles, personas al cual no importaría mucha su ausencia,  personas tímidas que casi nadie conozca, pero esa chica tiene algo especial algo que no cualquier persona tiene al verla siento aún más esa necesidad de matar.

La fui enamorando y yo de ella, tenía algo que no veía en las demás personas ¿era su mirada?, ¿su sonrisa?, ¿su cuerpo?, ¿quizás su forma de ser? Pero ni lo más perfecto que pudiera tener me quitaban esta necesidad, estas ganas de quererla matar. Entre pláticas fuimos haciendo preguntas por nuestro pasado pero ¿realmente tenía que saber mi pasado? Mi pasado era oscuro, como mi presente mi padre fue un borracho drogadicto que golpeaba a mi madre, y mi madre era una persona depresiva que nunca tuvo el valor de huir de ese infiero, pero en fin tenía que inventar una historia perfecta para que no tuviera lastima alguna de mí. En cambio ella, ella era de buena familia, educada, con alto nivel económico. Una persona de esa clase jamás imaginaria tener a su lado a un asesino.

Paso el tiempo pero jamás me anime a declarar mis sentimientos hacia ella, pero mi plan para terminar con su vida iba quedando más que perfecto, no podía haber ningún detalle ese plan tenía que ser perfecto. Hasta ese momento tenía mil ideas de como matarla ¿asfixiada?, ¿ahogada?, ¿mutilada? ¿De un balazo? ¿Sumergirla en ácido, para no dejar rastro? Realmente quería hacer todo esto, pero tantas ideas hicieron que me planteara algunas preguntas ¿hasta dónde puede soportar una persona?, ¿Cuánto dolor puede llegar a sentir una persona? Estas preguntas hicieron que la necesidad de matar aumentara aún más, y también provocaron que necesitara planear aún más asesinatos para probar cada una de las malditas formas posibles y llegar a saber cuál es la más dolorosa. Una noche de invierno estuve con ella era el momento perfecto para llevar acabo mi plan, pero no sabía que método utilizar con ella, por esa razón venía muy bien preparado, sogas, acido, una pistola, cinta, gasolina, como se diera el momento acabaría con ella.

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