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EL ESCLAVO. FRANCISCO J. ANGEL REAL


Enviado por   •  11 de Febrero de 2017  •  Reseñas  •  1.506 Palabras (7 Páginas)  •  299 Visitas

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FRANCISCO J. ANGEL REAL (2001) PP. 269

ANAND DÍLVAR (2008). “EL ESCLAVO”. Col. Estanzuela, México D.F.: EL CAMINO ROJO EDICIONES.

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“EL ESCLAVO”

Esta historia se centra en la vida de un hombre, que tras haber quedado en estado de coma, aunque consiente, provocado por salir de una fiesta en el estado menos conveniente causado por el alcohol, las drogas y por las razones menos importantes, una discusión con su pareja y por la falta de entendimiento hacia él y sus ideales, sin que nadie se percatara de ello, el accidentado “vive” un martirio en la cama de un hospital sin poder escapar si quiera en sus sueños gracias a una especie de Rigor Mortis (efecto que impide cerrar los ojos) escuchando y viendo todo tipo de personas entrar y salir de su habitación, algunas buenas y algunas malas, pero sobre todo, aquel tiempo que pasa en ese cuarto de cuatro paredes frio y con olor a cloro, se da cuenta de que clase de vida se ha formado, el mismo.

El hombre despierta en una habitación de hospital, comienza a tomar conciencia de que su cuerpo no responde a las señales que su cerebro le enviaba a sus extremidades, de que en su inútil intento de articular una palabra estaba siendo obstaculizada por un ardor en su garganta acompañada de un ruido horrible que lastimaba sus oídos producido por una máquina de respiración artificial que describe como forzada, profunda y fuerte. Después de haber sido arrastrado por el inmenso dolor a una cueva oscura, volvió a ver esa luz neón que tanto impedía y hería sus pupilas; se encontraba en una guerra interna cuando un ruido impidió sus pensamientos, tras ese ruido se encontraba la verdad por la cual estaba allí, y también la prueba de que no estaba muerto como él creía, en la habitación entraron una mujer y un hombre con batas, fue ahí donde ellos se mofaron de él sin saber que aquel hombre estaba siendo testigo de ello. Hablaron de su accidente toxico y lo del trabajo que les había proporcionado, con lo ocupados que estaban gracias a su corto personal y material de la institución. El hombre no lo podía creer, pero poco a poco fue recuperando su memoria, recordando la pelea con Laura, la insistencia de su amigo Eduardo incitándolo a que probara aquella pastilla azul que lo tenía tumbado en su camilla. Pasaron los días, o al menos eso es lo que el sentía, pensaba como es que aquellos doctores se permitían el mantenerlo vivo, aun sin saber si algún día saldría de ese coma, cada noche rogaba el no despertar jamás para no tener que sufrir ese martirio, morir era su única solución, a todo lo que estaba viviendo, puesto que aquel hombre sufría un gran golpe de sentimientos encontrados, se sentía como una válvula a punto de explotar, dicho golpe estaba lleno de tristeza, enojo, nostalgia, arrepentimiento y decepción de sí mismo. Tras perderse en su sufrimiento escucho una extraña voz, la cual creía provenía de un ángel, recorrió su habitación con la mirada intentado encontrar de dónde provenía aquella voz, en cambio recibió una oleada de palabras desalentadoras pero ciertas porque en ellas describía la persona que realmente era, al no encontrar a la persona dueña de aquella voz, decidió bautizarla como su guía. Al no poder encontrar algún tipo de distracción en aquella habitación fría y con olor a cloro, por falta de movimiento, cada día al despertar y seguir apegado a la máquina que lo mantenía con vida, conversaba con su “guía” para para pasar el rato pero más que nada para no volverse loco por encontrarse en aquella situación tan despertante. Su “guía” comenzó a cuestionarlo y a ver su vida desde otro punto, lo hacía notar todo lo bueno o malo que el vivió, por qué él estaba en aquella situación, le hizo recordar lo que realmente era importante en la vida. Su otro tipo de distracción era su nueva enfermera ella amable y muy bonita parecía como si supiera y conociera el dolor que él sentía, ella hablaba con él porque creía que eso también sería un buen medicamento para su problema, le dijo su nombre, Esperanza, y cada día lo despedía diciendo que mañana volvería a visitarlo. Un día él se encontraba en debate con su “guía” como normal últimamente, de repente Esperanza entro por la puerta dándole buenas nuevas, sus padres habían sido localizados e informados sobre la situación, aunque a él no le emocionaba demasiado la idea porque sentía que no tiene el derecho de ver a sus padres después de lo que les había hecho pasar. Al siguiente día aquel cuarto frio se convirtió en un mar de lágrimas, su madre le pedía disculpas por no saber cuidarlo, y su padre que era un hombre de roble, fuerte, no resistió más y acompaño a su esposa en esa letanía de lágrimas y arrepentimientos; él no podía creer lo que estaba sucediendo, entonces su “guía” hiso su trabajo y le dijo: “el amor que no des hoy no lo darás nunca” aunque para él ya era demasiado tarde. Pero no solo recibió visitas de ellos, también se encontró con Laura, su novia. Lo él estaba tan feliz y tan arrepentido, quería decirle que lo sentía por todo lo que la había hecho pasar, pero Laura interrumpió sus arrepentimientos cuando dijo: “estoy embarazada” en ese momento él ya no quería morir, quería vivir, quería ver a Laura y a su bebe, para tener una vida con ellos, deseaba ahora con más ganas el seguir vivo y que se diera cuenta de que él podía oírlos, pero era imposible. Tras haber acabado la hora visita sus familiares se retiraron pero no si antes despedirse de él, jurando que el volverían en menos de lo que él pensaba. Amaneció y con ese amanecer surgió otro problema inesperado, su corazón se había detenido ese día, entonces el doctor siguiendo el protocolo dio aviso a sus familiares y sugirió la autorización de no intentar salvaron la próxima vez que su corazón fallara, esa noticia enfureció a su padre que se negaba a firmar aquellos papeles que le arrebatarían la vida a su hijo. Poco después de que ellos se encontraban a kilómetros del hospital aquel doctor y enfermera que se mofaron de él entraron a su habitación sigilosamente, como quien no quiere la cosa, una vez a dentro el doctor le pidió a la enfermera que desconectara al hombre, porque ya no tenía sentido dejarlo vivir solo estorbaba en ese lugar, además argumentaba que haciendo eso ellos podrían salvar una mujer que necesitaba un trasplante de riñón pero la razón más importante no era aquel trasplante de caridad si no, la recompensa monetaria extra que conllevaba, la enfermera siguió la instrucciones del doctor y comenzó bajando el primer interruptor de la máquina, lo que provoco que el ritmo de su corazón comenzara a disminuir haciendo sentir cansado, después de haber bajado el interruptor salieron de la habitación apresuradamente por unos pasos que se acercaban, dejándolo solo, en ese momento él pensó que era injusto, pero tal vez correcto, porque podría ser de ayuda para salvar a una vida. Paso otro día con eso otro interruptor bajado. Al siguiente día la misma enfermera lo visito para bajar el segundo interruptor, pero ahora con una duda en su rostro; él comprendió que moriría entonces comenzó a redactar en su mente una carta para su seres queridos y para el mismo; al terminar el sonido de la puerta abriéndose lo hiso racionar de nuevo, era su hermana menor Graciela y entre sus brazos sostenía a un pequeño bulto entonces dijo: “ya nació tu bebe… ¡es una hermosa bebe! ¡Levántate a verla por favor! le gritaba, él no lo podía creer era una bebe totalmente hermosa tenía sus ojitos  cerrados, su carita roja e hinchada, tenía una mano sobre la mejilla, para él era lo más hermoso que había visto, sin embargo su felicidad no duro mucho porque aquella odiosa enfermera estaba en el umbral de la puerta asombrada y asustada de que sus planes se vinieran abajo, comenzó a ordenar que salieran del cuarto y cuando él escucho eso intento con todas sus fuerzas moverse para no dejar ir a su hija, el deseaba tocarla aunque fuera una vez, sus intentos fueron un éxito se movió su hermana pidió llamar al doctor y a su familia, ahora todos sabían que él había vuelto, fue llevado a la sala de recuperación por la enfermera odiosa, irónico, ella estaba pálida y tímida, quería salir rápidamente de ahí pero él hombre la dejo estática cuando dijo: “Por cierto, ¿qué sucedió con la mujer que necesitaba los riñones?” solo se limitó a decir que se encontraba bien gracias a un trasplante que consiguieron y salió sin decir más. El resto es historia.

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