EL INSTRUMENTO DEL ALMA: LA MÚSICA.

EL INSTRUMENTO DEL ALMA: LA MÚSICA.

Como realización humana, como expresión sublime del alma, como añoranza melodiosa, la música es el arte que acaba con el silencio, que se ubica en un contexto y que rompe las dimensiones del tiempo y el espacio cuando a través de ella se innova. Es "el arte de las musas" cuando según su definición tradicional es el arte de organizar sensible y lógicamente una combinación coherente de sonidos y silencios utilizando los principios fundamentales de la melodía, la armonía y el ritmo, mediante la intervención de complejos procesos psico-anímicos, que dan como resultado un todo revestido de elegancia, sutileza y belleza.

Es la música el canal unánime que presenta al mundo el universo mágico del interior del hombre. Si bien, se sabe que es el hombre su creador y su singular intérprete y que son todas sus múltiples experiencias las que le otorgan las herramientas necesarias para componer, organizar y transmitir con esplendor su propio interior. Así mismo, como prodigio de la naturaleza es la única que por combinaciones personales puede sacar a la luz todas las facetas y dimensiones que hasta para su propio creador resultan siendo inimaginables.

Como canal, revela de una forma mística y versátil el sentir, el pensar, las razones más profundas que existen en algún espacio nuestro y que, hasta entonces, no habían sido paseadas. De esta manera, puede ser útil para todos los que requieren un grado mayor de salud emocional, de entretenimiento, para los que desean innovar en la expresión, para los que sólo quieren contemplar y dejar el tiempo pasar y, para los que necesitan presentarse sincera y coherentemente. De igual forma, por su versatilidad tiene el porte para amoldarse a cualquier tiempo y espacio, satisfaciendo las necesidades de unos individuos y mostrando las cualidades, comportamientos y gustos que los caracterizan en general y que suele llamarse como cultura.

Es tal su magia y su aporte al arte que sólo lo es cuando se vale de lo normal para convertirlo en algo extraordinario. Pues, valiéndose de experiencias propias o ajenas es capaz de transformar en el hombre, en la naturaleza, lo desagradable en agradable, lo de carácter abstracto en concreto, lo complejo en natural, lo doloroso en medicina propia y hasta de reconquistar lo que ya estaba perdido. Con todas sus combinaciones y elementos le concede vida a lo inerte, pone en funcionamiento armonioso las capacidades, aptitudes y destrezas del hombre, demostrando así, que este con un orden dado y con un objetivo trazado, suele ser agradable e inspirador en cualquier circunstancia.

Por su parte presenta el universo interior del hombre cuando en su composición muestra a su creador lo inacabado que aún es, los ámbitos desconocidos de su ser, cuando a través de letras y melodías representa sus añoranzas y todos “los quisiera” que conforman sus ideales. De igual forma, cuando sus combinaciones perfectas son capaces de traspasar el mundo y el alma ajena, despertando nuevos sentimientos en sus perceptores. Cuando crea nuevos estados anímicos, cuando representa lo que se desea, cuando permite evocar sucesos que brindan bienestar y alegría en sus oyentes, es decir, cuando suscita experiencias estéticas inigualables en los oyentes.

No obstante, siendo la música esto y mucho más, ¿Qué se puede pensar de los que a través de ella sólo expresan ira, venganza, amor por lo “oscuro” y satisfacción en el placer desenfrenado?. Sí se considera que esta es un reflejo del alma, es atrevido pero válido afirmar que estas son sus emociones y sus pasiones y pues, el ser humano no puede dar de lo que no tiene. Sin embargo, es necesario conocer el contexto histórico-social en que estos sujetos se han desempeñado,no sea que lo que lo expresan sea considerado como la moda.

Al fin, son tantas las experiencias gratas

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