EL PARTIDO DE MI VIDA

EL PARTIDO DE MI VIDA

Todo comienza con un chico llamado Matías Roberts (Tincho), que es un apasionado del fútbol, ese deporte hacía feliz su vida. Así como era bueno en el fútbol le costaba bastante aprender en la escuela, aunque lo intentara y era para eso que sus amigos Matt y Jesie; ellos eran sus únicos acompañantes, además de sus padres y su hermanita Lucy. El fútbol lo satisfacía, él era uno con el balón cada vez que tenía la pelota en sus pies brillaba, parecía que estuviera Maradona, Pelé, Johan Cruyff, todos en uno. Él jugaba en el Club Atlético Fénix, aunque no era fan de ese equipo ni de ningún otro equipo porque él no veía fútbol, sino que lo jugaba y disfrutaba y mucho.

Se estaba por disputar la final del campeonato, iba a enfrentarse Fénix contra Peñarol, ambos equipos estaban con los mismos puntos en la tabla.

Ya era el día de la final, ambos equipos estaban calentando en el césped, pero faltaba el delantero estrella de Fénix, Tincho, sin él este partido estaba muy difícil de ganar. Resultó que Tincho se encontraba encerrado en el baño de su casa y sus padres ni su hermana se encontraban allí, hasta que Jesie lo fue a buscar a su casa, y como no tenía la llave de su casa tuvieron que romper la ventana del baño y así pudieron salir y dirigirse a la final, así Mati podría jugar su partido. Al llegar a la cancha lo pusieron de titular y en un centro que tiró el colocó un golazo al ángulo, pero ese no sería el único gol que hizo, también metió un gol después de una gran jugada del equipo. Después un compañero de equipo convirtió un penal y así el partido terminó tres a cero, después del partido levantaron a Tincho por los aires y el equipo gritaba:

- ¡Campeones, campeones, campeones! – Así muchas veces hasta despedirse entre ellos.

Lo que no esperaba Matías de ese día sería que el entrenador de la sub trece de Uruguay lo vería jugar e iría al otro día a su casa para llevárselo a jugar a la selección. Cuando Antonio conversó con los padres de Matías, lo pensaron varias veces antes de aceptar. El padre del chico no quería, aunque la madre pensaba que sería una oportunidad única para él. El entrenador lo citó a que se presentará en el Complejo Celeste para practicar con sus nuevos compañeros.

Ya llegado el día del entrenamiento, estaba muy nervioso porque él sabía que sus compañeros iban a ser los mejores del país, y no se equivocó, porque cuando llegó al Complejo Celeste los encontró entrenando, todos eran el doble de lo que era él. Cuando se encontró con su nuevo técnico lo saludo y el director lo presentó con sus nuevos compañeros de equipo. Él no estaba tan seguro de que quedaría en el plantel para poder representar a su querida selección, cuando comenzó el entrenamiento y terminó de presentarse, un chico medio alto, con pelo casposo se presentó con Matías y le dijo:

-Hola, Matías, soy Gastón, pero podés decirme Tonga

 Mati le contesta:

-Hola, bueno vos podés decirme Tincho, si quieres.  Se puso tan nervioso que tartamudeo un poco después de despedirse de Gastón-.

Cuando inició el entrenamiento, se sintió mal, pero en un momento le llegó el balón por el aire y recordó todos los momentos felices que le brindaba su querido fútbol, y pensó los momentos que podría pasar si llevaba la camiseta de su querida selección la celeste del alma. No pensó en ir a otros países ni tener plata, autos o las otras cosas por las que los jugadores de hoy en día pensaban y por las que jugaban. Creía que si lo proponía y pensaba que podía sí lo lograría y fue en ese momento en el que su querida amiga Jesie llegó y cuando la observó se puso muy feliz y unos minutos después ella empezó a gritar el nombre de él y lo alentó  hasta quedarse sin voz. Fue en ese momento que la paró de pecho, la bajó, le dio un pase certero a Tonga, se lo devolvió, la levantó y fue algo inexplicable como se la clavó en un ángulo. Fue tan bueno que se alegró mucho, y cuando dirigió su mirada al técnico vio que estaba sonriendo y después de ese golazo convirtió dos más también dio una gran asistencia a Gastón.

Cuando finalizó esa gran práctica el técnico se dirigió a él, y le dijo:

- La verdad Tincho fue un éxito tu práctica, naciste con un talento inexplicable. ojalá termines jugando en las mayores de Uruguay. Qué tal si vamos a hacer el papeleo para que puedas jugar con la sub 15, y si seguís así podrás jugar el mundial que se acerca en unas pocas semanas.

El chico al oír eso se entusiasmó tanto que en las siguientes prácticas demostró todo lo que podía demostrar con la pelota.

 Habían pasado tres semanas desde su primera práctica, se había dado cuenta de que su familia lo estaba apoyando mucho, aunque no lo podían ver mucho porque practicaba casi siempre, su amiga era la que más lo acompañaba, ella nunca faltaba.

...