¨EL PRINCIPITO¨ del Autor: Antoine de Saint-Exupéry

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¨EL PRINCIPITO¨

del Autor:

 Antoine de Saint-Exupéry

 (1900-1944)

INTRODUCCIÓN

Todo comenzó, cuando un niño de seis años descubrió una grandiosa imagen en donde se podía ver a una boa comiéndose a una fiera.

Inmediatamente dibujó la imagen a la vez que, imaginándose sobre la vida de la jungla se propuso hacer otro dibujo, y al terminarlo se lo mostro a unas personas mayores, preguntándoles si les daba miedo, y ellos le respondían que un sombrero daba miedo, el niño les decía que no era un sombrero, sino una boa digiriendo a un elefante.

Los adultos le recomendaron que mejor se dedicara a estudiar otra cosa como: la geografía, historia, calculo y gramática.

Desilusionado porque ellos no comprendían los dibujos de la misma manera que él, decidió abandonar sus aspiraciones de ser pintor, y busco otro oficio y fue así como aprendió a pilotar aviones. En el poco tiempo que ha volado por todo el mundo y que, gracias al haber estudiado geografía, podía distinguir un lugar de otro, así como evitar perderse principalmente cuando volaba de noche.

En una ocasión les mostro a sus amigos adultos su dibujo de la boa digiriendo un elefante, y se sorprendía que le dijeran que era un sombrero, desde ese entonces se abstuvo de volver a mostrar su dibujo a las personas mayores.

Aquel niñito creció y se convirtió en un hombre que pilotaba aviones. Y es por eso, que a partir de este momento le llamaremos: EL AVIADOR.

DESARROLLO

        Para comenzar^[a], EL AVIADOR nos cuenta, que durante un tiempo vivió solo y sin platicar con nadie más, hasta que hace seis años, cuando sobrevolaba el Sahara tuvo una avería con su avión, provocándole aterrizar en pleno desierto, como a unas mil millas del poblado más próximo. Como viajaba solo, él se tenía que hacer cargo de la reparación del motor lo más pronto posible, ya que solo contaba con agua como para sobrevivir durante ocho días.

Cuenta EL AVIADOR, que la primera noche durmió sobre la arena, consciente de que estabas completamente solo en el desierto, puesto que el poblado más cercano estaba como a mil millas de él.

Estaba amaneciendo, cuando de pronto, escucho una vocecita que le decía,

 ¡Por favor…píntame un cordero!

¿Eh? ...respondió el.

¡Píntame un cordero!

Sorprendido se puso de pie de un brinco, se froto los ojos y miro a su alrededor, hasta encontrarse con ese muchachito que lo veía, tal vez más sorprendido que él. ¿Qué haces aquí?, ^[b]Preguntó EL AVIADOR, sorprendido por aquella aparición. recordando que se encontraba, lejos, muy lejos de algún poblado, y que el muchachito ni siquiera aparentaba que hubiera hecho un recorrido tan largo.

¿Qué haces aquí? Pregunto nuevamente.

¡Por favor… píntame un cordero!

El VIADOR le respondió que no sabía dibujar, y el muchachito le contesto que no importaba, pero que le pintara un cordero.

El saco un papel y una pluma, y le hizo el único dibujo que sabía hacer, el de la boa digiriendo un elefante, y se sorprendió cuando el muchachito le dijo…que solo quería el dibujo de un cordero y no el de una boa comiéndose al elefante.

Le dibujó un cordero y no le gusto porque parecía enfermo, le hizo otro y dijo que no quería un carnero ya que le puso cuernos, le hizo otro y dijo que no porque estaba viejo, EL AVIADOR a punto de la desesperación porque ya quería reparar el motor le dibujó rápidamente una caja y le dijo que el cordero se encontraba dentro de ella, y el muchachito le dijo que estaba bonito y que ya se había quedado dormido.

Y fue así como EL AVIADOR conoció al PRINCIPITO.

EL PRINCIPITO era un muchachito que hacía muchas preguntas y esperaba a que se le respondieran todas y cada una de ellas, pero él no respondía ninguna pregunta que EL AVIADOR le hacía.

Y así fue como empezaron a conocerse entre ellos

EL PRINCIPITO al ver el aparato volador se imaginó que EL AVIADOR también había caído del cielo, y le pregunto que de cual planeta venía, a lo que EL AVIADOR dedujo que su amigo EL PRINCIPITO venia de otro planeta, y quiso saber más pero como sabía que él no le contestaria sus preguntas, comenzó a ofrecerle cosas (como una cuerda y una estaca para amarrar a su cordero) y así se enteró que su planeta era apenas más grande que una casa, haciéndole recordar aquel asteroide llamado B 612 descubierto en 1909 por un astrónomo turco y el cual estaba casi seguro que era de donde provenía EL PRINCIPITO.

Cada día, por medio de las reflexiones, EL AVIADOR aprendía cosas nuevas sobre el planeta, la partida o sobre el viaje del PRINCIPITO, así fue como aprendió sobre el problema de los baobabs, o sobre la disciplina de hacer sus tareas a tiempo, sobre la puesta de sol, que EL PRINCIPITO las podía tomar varias veces durante el día o las veces que él quisiera.

EL AVIADOR desesperado por arreglar su motor, se enfrasco en una discusión, sobre las flores y el porqué de sus espinas, porque él no sabía que EL PRINCIPITO tenía una a la cual la vio crecer desde que era una semilla y por eso le guardaba un respeto y cariño. Hasta que se enteró que no era la única en el mundo además de ser muy vanidosa y de demandarle mucho más tiempo del necesario.

Antes de que EL PRINCIPITO iniciara su viaje, limpio los volcanes y se despidió de su flor y se dispuso a recorrer los asteroides que se encontraban en esa región.

En el primero que visito, se encontró con un Rey que vivía solo en ese planeta y el que se puso contento al ver llegar al PRINCIPITO, porque ya tendría a alguien a quien gobernar, pero durante su estancia noto que el rey era muy autoritario, por lo que pronto decidió partir hacia otro planeta.

En el segundo planeta estaba habitado por un vanidoso, que creía que todas las personas tenían que ser sus admiradores, al principio le pareció divertido al PRINCIPITO, pero después de unos minutos ya se le hacía aburrido y monótono, por lo que tuvo que partir inmediatamente.

En el tercer planeta se encontró con un bebedor, el cual lo sumió en una gran melancolía, porque se enteró que bebía, para olvidar que sentía vergüenza porque era un bebedor, y sin poder entender el motivo, sin más se retiró dirigiéndose a otro planeta.

En el cuarto planeta había un hombre de negocios, quien no tenía tiempo ni para saludar a los que lo visitaban, se la pasaba contando las estrellas una y otra vez, y no paraba de decir que era un hombre serio, el PRINCIPITO al ver que no era tomado en cuenta aprovecho para marcharse de ese lugar.

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