EL VENDEDOR MAS GRANDE DEL MUNDO..
benjamin1998Ensayo14 de Mayo de 2017
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TECNOLÓGICO DE ESTUDIOS SUPERIORES
DE ECATEPEC
TITULO:
EL VENDEDOR MAS GRANDE DEL MUNDO
MATERIA:
FUNDAMENTOS DE INVESTIGACIÓN
DEL MORAL LUNA BENJAMIN
INGENIERÍA MECÁNICA
2017-1
3 de Abril de 2017
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN 3
OBJETIVO 4
EL VENDEDOR MÁS GRANDE DEL MUNDO 5
CONCLUSIÓN 13
INTRODUCCIÓN
Este libro presenta a Hafid el personaje principal el cual es un camellero que desea mejorar su calidad así que le pide a su jefe Pathros la oportunidad de iniciarse en el mundo de las ventas, y este le da un manto y un asno con la orden de que se dirigiera a Belén para venderlo, cuando llega a Belén no tiene éxito y cuando decide regresar en la cueva donde tenía a su animal y le regala el manto a un recién nacido sin saber quién era aquel bebé.
Pathros le dice a Hafid que una estrella lo siguió desde Belén y le curó la ceguera. Dos semanas después llamaron a Hafid para presentarse ante Pathros y este estaba moribundo, en ese momento le entregó el cofre con los 10 pergaminos los cuales contienen los secretos para ser un gran vendedor
Cuando ya era un hombre anciano y viejo se le presentó un joven que le explicó quién era aquel bebé de la cueva.
OBJETIVO
Hacer consciencia en él lector y reflexionar acerca de cada una de las importantes enseñanzas que deja este libro para así aplicarlas en la vida diaria y lograr mejorar la calidad de vida además de alcanzar todas las metas que han sido propuestas a lo largo de su vida y esparcir estos conocimientos a las demás personas para que también puedan superarse.
EL VENDEDOR MÁS GRANDE DEL MUNDO
Hafid era el vendedor más grande del mundo, vivía en un hermoso e inmenso palacio adornado con las más hermosas decoraciones, sus pisos eran de mármol, columnas de ónice negro, el techo brillaba por la plata y el oro, mesas esculpidas en madera de ciprés y marfil, los sofás y divanes poseían incrustaciones de carey y las paredes tenían piedras preciosas.
Cada día recibía enormes cantidades de objetos para vender y así lograr amasar más fortuna.
Erasmo era su principal tenedor de libros, un día le habló después de recibir un cargamento le preguntó cuáles eran sus ganancias totales hasta ese momento le dio la orden de que vendiera todo y repartiera sus bienes entre los pobres y sus trabajadores, a Erasmo le dio 50,000 talentos de oro y su palacio.
Hafid sabía que Erasmo tenía la ambición de ser vendedor entonces le iba a dejar su tesoro más preciado. Cuando Erasmo terminó la tarea encomendada de venderlo todo Hafid lo llamó y le dijo que debía de enseñarle un tesoro el cual valía mucho más que toda su riqueza junta, Hafid lo llevó a una sala en la cual durante todos los años que llevaban juntos nunca había entrado y de la cual se decían muchos rumores los cuales ninguno eran ciertos, en esa sala guardaba un cofre de madera en el cual se encontraban unos pergaminos dentro, Erasmo no entendía la importancia del contenido que guardaba el cofre entonces Hafid le explicó que esos pergaminos se encontraba el secreto del arte de vender Erasmo lo comprendió todo. Hafid le dijo a Erasmo que hizo una promesa de entregar los pergaminos cuando una señal le fuera mostrada y que esa señal no había llegado, Erasmo preguntó si seguía esperando que esa señal llegara, Hafid respondió que sí entonces pregunto a Erasmo si se quedaría con él hasta que aquel día llegara, Erasmo estrechó la mano de su señor en señal de afirmación. Hafid se retiró lentamente hasta una cúpula que sobrepasaba los techos de Damasco y entonces le vino a la memoria cuando él era joven.
Hafid de joven era el camellero de Pathros, cierto día se decidió a hablar con él para decirle que no estaba conforme con su vida, que deseaba aspirar a algo más como su jefe, ser un gran vendedor. Pathros consideró la propuesta de Hafid por ser un buen empleado y como un hijo, así que le dio la oportunidad de comenzar con su carrera de vendedor, pero antes le dejó muy claro que el objetivo en la vida de cualquier vendedor no tiene que ser únicamente las riquezas materiales, más bien la única meta podrían ser las riquezas del corazón. Le dijo que esa ambición que tenía que la debía de aprovechar el dinero para satisfacer las necesidades de su familia, y que todavía no la tenía, aunque luego pensó en la hija de Calneh y que sería imposible que ella se fijase en un camellero.
No se lo iba a poner fácil, le dijo que se presentara ante los vagones de la mercancía nada más amaneciera y allí le entregarían uno de los más hermosos mantos del mundo, le dijo que cogiera el manto y un asno y que partiera hacia Belén ya que ninguno de sus comerciantes vendía jamás allí porque la gente era muy pobre, sin embargo, Pathros había vendido centenares ahí antes.
Hafid llevaba varios días en Belén y no lograba vender el manto, incluso había perdido la fe. Al día siguiente se levantó y siguió intentando, pero tampoco tuvo éxito.
Cuando se dispuso a regresar a la caravana con Pathros se dirigió a la cueva donde tenía a su animal, antes de llegar vio que de la cueva salía una luz y se apresuró a llegar esperando que no hubiera un ladrón dentro, cuando entró a la cueva observó a una pareja que acababa de tener a su bebé, Hafid quedó atónito ante tal evento, él bebe estaba cubierto por los ligeros mantos del padre y de la madre, de las alforjas del asno sacó el manto y con él envolvió al bebé quitando los mantos de sus padres y devolviéndoselos.
Cuando iba en camino hacia la caravana de Pathros en su mente imaginaba lo que le diría a Pathros para que no lo regañara por no traer el manto consigo y tampoco una paga por el mismo, ya una vez con Pathros este y le preguntó a Hafid si no le había ocurrido algo extraordinario en Belén ya que una estrella había aparecido en el cielo desde que él salió de Belén y lo había seguido a la caravana.
Estaba emocionado por el regreso de Hafid y hacia preguntas sobre cómo le había ido, cuáles eran sus experiencias en eso observó que en las alforjas del asno no se encontraba el manto, Pathros se enorgulleció. Con la cabeza abajo Hafid le confesó a Pathros que fracasó y contó la historia completa de lo sucedido en aquella cueva con el bebé.
Pathros vio a Hafid y le dijo que su viaje no había fracasado ya que aquella luz le había curado de la ceguera, le pidió que volviera a cuidar de los animales de los vendedores en lo que regresaban al cuartel. Cuando regresaron al cuartel al cabo de dos semanas Hafid estaba durmiendo y le pidieron que se presentara ante Pathros, este se encontraba moribundo, y le pregunto a Hafid si seguía deseando ser vendedor a lo que este respondió afirmativamente, Pathros le pidió que sacara el cofre que se encontraba bajo su cama, le comentó que él era antes más humilde que un camellero y que salvó a un viajero de oriente a lo que este como gesto de gratitud respondió cuidado de Pathros y durante el siguiente año le enseñaron acerca del arte de vender y le entregaron el cofre y en el venían 50 talentos de oro y una carta con dos condiciones la primera era que por siempre repartiera la mitad de sus ganancias a los pobres y la segunda, que nunca revelara el contenido de los pergaminos hasta que se le presentara una señal la cual le iba a mostrar que ya era el momento de entregar los pergaminos y a quien entregárselos, Hafid no comprendió aquella historia entonces Pathros le confesó que él era el sucesor de los pergaminos y que aquella estrella que lo siguió desde Belén era la señal.
Pathros entrego a Hafid el cofre junto con 100 talentos de oro, le dijo que comprara un abastecimiento de alfombras y que fuera a Damasco. Así Pathros se despidió de él, y le dijo que no lo iba a volver a ver jamás.
Llegó a Damasco y sintió miedo, al ir solo y sin la protección de Pathros; lo primero que hizo al llegar allí fue buscar posada, pagó un mes por adelantado y dejó su mula. Ya en su habitación puso el cofre al pie del catre y miró por la ventana reflexionando acerca de los vendedores que acababa de ver a su llegada a Damasco y se sintió intimidado por ellos ya que eran mejor en el arte de vender que él y sollozando se quedó dormido.
Pergamino l
“Me formaré buenos hábitos y seré el esclavo de esos hábitos”.
Es el primer paso para lograr lo que nos proponemos; somos esclavos de los hábitos que nos formamos y estos deben ser por lo tanto buenos hábitos. Para formar un hábito deberá repetirlo siempre. “porque cuando un acto se hace fácil mediante la repetición constante se convierte en un placer realizarlo, y si es un placer realizarlo corresponde a la naturaleza del hombre el realizarlo con frecuencia. Cuando lo hago con frecuencia se convierte en un hábito y yo me convierto en su esclavo y puesto que éste es un buen hábito, ésta es mi voluntad”.
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