El vendedor mas grande del mundo.
zeusmorResumen3 de Marzo de 2016
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Resumen “El vendedor más grande del mundo”
Hafid tardo frente al espejo, al darse vuelta dijo “solo los ojos conservan su juventud”, camino por un pasillo de mármol pasando entre columnas de ónix y enormes palmeras que crecían plácidamente en vasijas de bronce. Paso por un jardín cercado y entro a su almacén en donde lo esperaba su tenedor de libros, Erasmo, quien lo saludo un tanto inseguro.
Hafid continuo caminado con Erasmo que estaba un tanto preocupado por la solicitud de su amo de reunirse en ese lugar, más adelante Hafid se detiene contemplando las mercancías que eran sacadas de los vagones de carga y contadas en puestos separados; había lana, lino fino, pergaminos, alfombras, piedras preciosas, basalto de Egipto, pinturas de Roma y estatuas de Grecia.
Después de unos instantes Hafid pregunta a Erasmo “¿Cuánta riqueza hay ahora acumulada en nuestro tesoro?” a lo cual Erasmo respondió que no estaba seguro, pero que aproximadamente siete millones de talentos de oro, a parte alrededor de tres millones de talentos de oro si se consideraba todos los almacenes.
Asintiendo con la cabeza, Hafid dio la orden de no comprar más mercancía e iniciar el proceso para convertir todo lo que era suyo en oro dejando al tenedor de libros impactado y sin poder decir una sola palabra, cuando recobro el habla cuestiono que no entendía el porqué de esta orden si el año había sido el más productivo y que cada uno de los emporios reportaba aumentos en las ventas en comparación al año anterior.
Hafid tomando la mano de Erasmo le dice “¿Es tu memoria lo suficientemente vivida para recordar la primera orden que recibiste de mi cuando comenzaste a trabajar para mi hace ya muchos años?” Frunciendo un poco el ceño e iluminándose su rostro respondió –Me encargó que sacara todos los años la mitad de las ganancias de nuestro tesoro y las repartiera entre los pobres. ¿Y no me consideraste en aquella época un hambre de negocio necio? –Abrigue grandes recelos señor. Extendiendo sus manos hacia las plataformas de carga Hafid dijo ¿Estás dispuesto a admitir que tu preocupación carecía de fundamentos?
Pidiendo a Erasmo que tuviera fe en sus planes hasta que le explicara. Diciendo que era viejo y sus necesidades sencillas y habiendo se quedado sin su esposa Lisha, era su deseo distribuir su riqueza entre la gente de la ciudad, guardando solamente lo suficiente para una vida sin preocupaciones. Además de repartir el inventario pidió a Erasmo preparar los documentos de propiedad de los emporios ya que la sedería a los actuales administradores y además de esto dijo que diera a estos gerentes 5.000 talentos de oro por sus años de servicio.
Erasmo quería hablar pero las manos en alto de Hafid se lo impidieron, a lo que Hafid dijo ¿Te parece desagradable esta tares?
Erasmo respondió que no, únicamente que aún no comprendía la razón y que sus palabras eran de una persona a la cual le quedaban los días contados. Hafid sabía que Erasmo no pensaba el sí mismo aun cuando el impero estaba por ser disuelto ya que habían sido amigos por mucho años. Abrazando a su amigo le dijo que quería que inmediatamente transfiriera 50.000 talentos de oro a su nombre y que le daría el almacén y el palacio, solo le pedía que se quedara con el hasta que cumpliera un promesa que había hecho hace muchos años ya que después de eso estaría listo para reunirse con su amada Lisha.
Erasmo pensaba que no merecía todo lo que le estaba dando, Hafid le dice que su amistad es su mayor bien que ha aprendido a el arte de vivir, no solo por el sino por los demás también, haciendo lo el hombre entre los hombre, le dice que se apresure a cumplir sus órdenes ya que el reloj de arena de su vida está casi lleno. Estando inquieto por la procesa que su amo tiene por cumplir, Erasmo le dice que no porque no le cuenta sobre ella, Hafid asiente y dice que cuando vuelva de cumplir las órdenes que recibió le enseñara algo que solo compartió con su esposa en más de 30 años.
En una caravana fuertemente resguardada partió poco tiempo después llevando certificados de propiedad y oro para los administradores, los cuales recibieron con asombro y en silencio la noticia de la jubilación de Hafid y de sus regalos. Habiendo echo la última parada Erasmo con gran tristeza envía la noticia de que el imperio más poderoso de su época había quedado disuelto, que el almacén estaba vacío y que los emporios no ondeaban más la banderas de Hafid.
El mensajero regreso con la orden de que Erasmo se reuniera con su señor de inmediato, al verlo Hafid cuestiono si la tarea se había realizado a lo cual le dijo que si, le dijo que lo siguiera por las escaleras de mármol, en donde se dio cuenta de que el guarda que siempre estaba en ese lugar no se encontraba ahí, ascendieron hasta una puerta de roble que Hafid abrió con una llave que saco de su cinto, al entran Erasmo no puede ver bien ya que la luz es demasiado baja solo entra un pequeño rayo de luz que se reposa en un cofre pequeño.
Hafid le pregunta a su amigo si se encuentra decepcionado al ver lo que hay en esa habitación ya que a lo largo de tres décadas han surgido miles de rumores, algunos como que hay barriles llenos de diamantes, lingotes de oro o animales salvajes y aves raras e incluso un comerciante de alfombras llego a insinuar que tenía unas colección de concubinas.
Luego de unos instantes ambos frente al cofre se sientan, Hafid desata correas de cuero y procede a abrir el cofre, Erasmo mira sobre el hombro de su amigo quedando asombrado al solo encontrar pergaminos, los cuales explica Hafid tienen el en si el secreto para acumular una fortuna aún más inmensa que la de él, diciendo que cada todos con excepción de uno tiene una ley o una verdad fundamental a fin de dominar el arte de las ventas. Y que el primer pergamino enseña la mejor manera de aprender lo que hay en los otros.
Era invierno en el monte de los olivos, descansaba la enorme caravana de Pathros y dentro de su tienda se le observaba dando vueltas, hasta que le hace señas a Hafid, su camellero, para que se acerque pidiendo que explique su petición y los motivos que tiene para hacerla, pero Hafid solo le pide ser un vendedor ya que en continuas oportunidades a escuchado que no hay ningún negocio o profesión que ofrezca oportunidades de alcanzar riqueza como la de un vendedor. Se sentía capaz ya que había escuchado a Pathros decir a Caleb que era considerado un tonto, que podría vender cualquier cosa si aprendía los principios y las leyes del arte de vender. Así que Hafid cuestionaba a su señor ¿no puedo yo también adquirir estos conocimientos?
Pathros sospecha que es solo ambición por tener riquezas lo que mueve la petición de Hafid, e insiste en preguntarle a por que es que desea convertirse en un vendedor, él insiste en palabras del propio Pathros al decirle que lo ha oído decir que hay que proveer a la familia, pero sigue cuestionado hasta que el joven Hafid sonrojado confiesa que conoció a la hija de Calneh.
“Ah sí, ahora sí que surge la verdad. El amor, y no los nobles ideales, ha cambiado a mi camellero en un poderoso soldado dispuesto a combatir al mundo. Calneh es un hombre muy rico. ¿Su hija y el camellero? ¡Nunca! ¿Pero su hija y un mercader rico, joven y bien parecido…? Ah, eso sí que es otro asunto. Muy bien, mi joven soldado, te ayudaré para que comiences tu carrera de vendedor”. Sin más el joven Hafid se arrodilla a los pies de Pathros y lo sujeta del mando queriendo agradecer la acción de su señor.
Pathros da los primero consejos y advertencias a su camellero, en principio debe demostrar a él y a si mismo que puede con la labor de vendedor ya que no es un trabajo fácil pasara días y noche alejado de familia y amigo, los obstáculos son necesarios para el éxito explica Pathros ya que para alcanzar el éxito hay que pasar por muchas batallas y derrotas.
Se le encomienda a Hafid la venta de un manto muy valioso a lo cual se encamina a la ciudad de Belén para comenzar su vida como vendedor. Pathros le dice:
“No pondré a nadie para que ocupe tu cargo hasta que regreses. Si descubres que no tienes estómago para esta profesión, lo comprenderé y no debes pensar que te ha ocurrido una desgracia. Nunca te avergüences de emprender algo aunque fracases, porque aquel que no ha fracasado nunca, no ha intentado tampoco nada. A tu regreso te interrogaré largamente respecto de tus experiencias. Luego entonces decidiré de qué manera continuaré ayudándote para que tus sueños estrafalarios se cumplan”.
“El fracaso no te sobrecogerá nunca si tu determinación para alcanzar el éxito es lo suficientemente poderosa”.
Habían pasado ya cuatro días de que Hafid se encontraba en Belén y aun no podía vender el manto que se le había entregado, con un pan a medio comer pensaba en por qué no le compraban el manto si era verdad que no se podría vender nada ahí, luego vino a su mente Lisha la hija de Calneh, entonces su animó se levantó y se propuso al día siguiente vender el manto.
Mientras caminaba hacia la cueva donde se encontraba su animal vio que una luz tenue salía de ella, pensando que sería algún ladrón se apresuró a llegar, pero encontró a una pareja cuidando de un pequeño bebe recién nacido, al ver que los mantos con lo que cubrían al bebe eran demasiado viejo, sus pirando envolvió al pequeño con el manto que el llevaba para su venta, la madre le dio un beso en la mejilla, al salir de la cueva observando la estrella más resplandeciente que había visto y se encamino hacia donde la caravana con los ojos llenos de lágrimas.
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