ENSAYO SOBRE La competencia comunicativa en preescolar

La competencia comunicativa en el preescolar

El presente documento es un ensayo, que tiene como propósito dar cuenta de cómo se presenta la competencia comunicativa en el preescolar, por esta razón, se tocarán temas como la competencia comunicativa y la relación con la sociolingüística, la importancia de las interacciones en los niños para el desarrollo de la competencia comunicativa, las oportunidades que tienen para hablar en casa, y qué es lo que puede hacer el maestro. Todo esto en relación con el nivel de preescolar, pues es el que más nos interesa como futuras educadoras. Hablar de este tema es de gran importancia, ya que como futuras educadoras, debemos estar informadas de los componentes y usos de esta competencia. Pero antes de iniciar se intentará conceptualizar la competencia comunicativa.

La competencia comunicativa es aquella “capacidad cultural de las personas para expresar y comprender enunciados adecuados a intenciones diversas en las diferentes situaciones y contextos de la comunicación humana”. (Lomas, 2002, p. 12) Es decir, hace que las personas se comuniquen de manera eficaz en los distintos contextos culturales, básicamente es saber qué decir, cómo decirlo, con quién decirlo y cuándo callar, lo cual también se relaciona con la sociolingüística, pues dentro de la competencia comunicativa está el poseer la capacidad de producir y entender de manera adecuada aquellas expresiones lingüísticas que tienen lugar en los diferentes contextos, o dicho de otra manera, en las distintas “comunidades de habla”, donde diversos factores intervienen en sus usos lingüísticos, como por ejemplo, la relación que existe entre sus participantes, el momento en el que se presenta el acto comunicativo (tiempo y espacio), y las normas de interacción que regulan tal acto.

Todo esto llevado al preescolar, se podría decir que, si el objetivo del jardín de niños es el “desenmudecimiento” de los alumnos, uno de los objetivos principales de la educación en el deber ser, es que los estudiantes alcancen o desarrollen la competencia comunicativa para hablar eficazmente en las “comunidades de habla”. Pero lamentablemente esto muchas veces no es así, para algunos maestros, los niños al entrar a la escuela “ya saben hablar”, por lo que le restan importancia, centrándose más en conceptos gramaticales, reglas y normas de la escritura que los niños olvidan con facilidad y no le dan utilidad en su vida cotidiana pues no los ponen en práctica, sólo son aprendidos efímeramente incluso probablemente memorizados, con el único propósito de “pasar una materia” o un examen.

La lengua en la escuela se convierte a menudo en una retahíla de contenidos académicos que casi nada tienen que ver con el uso habitual que de esa herramienta de comunicación que es el lenguaje se hace fuera de los muros escolares. (Lomas, 2002, p. 13)

Por esta razón, lo que no toman en cuenta los maestros es que no todos los niños tienen las mismas oportunidades en casa o fuera de los “muros escolares” para hablar y desarrollar la competencia comunicativa, es aquí donde entra la educadora con un principio de equidad, dando más oportunidades para hablar a los que menos tienen pues a hablar se aprende hablando, y si se quiere hablar eficazmente se deben tener muchas oportunidades para hablar, ya que no basta con “saber hablar” en la comunidad de habla a la que pertenecemos sino ir más allá.

Una manera de contribuir a la competencia comunicativa en el preescolar es brindándoles a los niños un andamiaje, el cual es un tipo de ayuda que el adulto brinda a los niños, en el que cumple con un rol de “guía” o un mediador que, a través de la Zona de Desarrollo Próximo, que consiste en ayudar al niño a pasar de la zona de desarrollo real a la potencial mediante un andamiaje, pueda impulsarlos a un nivel superior.  Lo cual, en cuanto a la competencia comunicativa, el niño podrá desarrollarla de mejor manera con la ayuda de un adulto, en este caso la educadora.

Por consiguiente, en el trabajo de la educadora, las expansiones del lenguaje deben estar siempre presente, y deben también ser bien usadas, ya que, si se utilizan de forma correcta, serán un gran apoyo para los niños en su proceso de adquisición del lenguaje, contribuyendo a la competencia comunicativa. Debido a que los niños en el preescolar no suelen hablar mucho por ser muchas veces un proceso difícil para ellos el separarse por primera vez de sus padres o las personas con las que habitualmente están, sus respuestas son limitadas, por ejemplo, al realizarles preguntas ellos responden “sí, no o no sé”, o en otros casos, levantan los hombros o mueven la cabeza sin emitir palabras, lo que hace la educadora al utilizar las expansiones es tratar de ampliar sus respuestas y con base en esas nuevas respuestas hacer más preguntas.

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