El Currículum Por Competencias

El currículum por competencias, una calificación desacreditada.

Salvador Esquivel Espíndola

Cada una de las tareas escolares, resultan de suma importancia, ya que de ellas depende el buen funcionamiento institucional; sin embargo, es prioritario reconocer que dentro de estas tareas deben resaltar las pertenecientes al ámbito pedagógico; es decir, no se debe permitir que el ámbito administrativo escolar sea más importante que el primero. Por ello, es importante centrar la importancia de la evaluación curricular.

Si por currículum se entiende todo aquello que la escuela se propone explícitamente enseñar; es decir, la totalidad de la propuesta educativa; debemos incluir tanto las intenciones (documentadas o no) como también las acciones que efectivamente se llevan a la práctica.

Por lo tanto, a ver de Gimeno (1998) evaluar el currículum supone poner a consideración y juicio de valor, el conjunto de experiencias diseñadas en una institución escolar para contribuir al aprendizaje de los alumnos; lo que incluye objetivos, contenidos, actividades, recursos, métodos, tiempos, espacios, etc. Pero tal como señalan Bertoni- Poggi-Teobaldo (1996), debemos diferenciar entre currículum enseñado y currículum aprendido de manera tal que podamos evaluar de un modo más eficaz y legítimo los procesos pedagógicos que se desarrollan en la escuela. De esta manera, la escuela podrá validar y justificar la incorporación de nuevos conocimientos al currículum, viéndose en la necesidad de dar cuenta de los procesos que han favorecido u obstaculizado dichos aprendizajes.

Sin embargo, una de las premisas que se han manejado es ¿Qué evaluar? Tenemos de cierta manera, la parte cuantitativa de la evaluación, en donde se valoran, de manera numérica los avances del alumno; lo que finalmente determina si el alumno es o no acreditado. Y por otro lado, tenemos la parte cualitativa, en donde se valoran, no sólo sus conocimientos, sino sus habilidades, actitudes, capacidades; en síntesis, una evaluación por competencias.

Con lo anterior, actualmente se pretende dar mayor peso a la evaluación por competencias, dando mayor peso a cada una de sus características, que a la memorización de los contenidos para dar una calificación sin tomar en cuenta los procesos; al ser la primera más integral porque para ella el objeto de la evaluación no debe estar centrado en una sola dimensión del estudiante, sino que debe cubrir sus diferentes dimensiones: conocimientos, operaciones intelectivas, habilidades, afectividad, actitudes y valores. Además del estudiante se debe evaluar: La eficacia de los métodos pedagógicos y los recursos didácticos, el desempeño profesional de los docentes y directivos; no obstante, he aquí donde se puede considerar la problemática del ¿qué evaluar?; cuando a la sociedad; padres de familia y alumnos; lo que realmente les interesa es el número que indica “acreditado” o “no acreditado”.

Al ser sometido a valoración, el currículum debe; entre sus características, satisfacer a las demandas sociales, de lo contrario, lleva el riesgo de considerarse como obsoleto o carente de sentido, siendo esta parte, la que realmente debe de considerarse ¿Cómo evaluar un currículum por competencias si lo que le interesa al alumno y al padre de familia es la calificación, sin importar si fueron o no significativos los conocimientos para el alumno?

REFERENCIAS

Bertoni, A.; Poggi, M.; Teobaldo, M. (1996): Evaluación. "Nuevos significados para una práctica compleja". Kapelusz, Buenos Aires. En http://www.terras.edu.ar/biblioteca/12/ECPI_Bertoni_Unidad_3.pdf

Gimeno S, J. (1998) El currículum evaluado, en El currículum, una reflexión sobre la práctica. Morata, Madrid.

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