El Desarrollo

LOS DELITOS DE EMPRESA EN ESPAÑA

Para aproximarnos al tema de la responsabilidad penal de los directivos, órganos y representantes de la empresa en el derecho, y fijar el conjunto de cuestiones problemáticas que suscita podemos partir del siguiente ejemplo:

Según la doctrina mayoritaria en España, el tipo de la defraudación tributaria del artículo 349 CP Español, es uno que pertenece a la categoría de los delitos especiales en razón de que el círculo de autores del mismo limitado a quienes poseen la cualidad de sujeto pasivo de la obligación tributaria a la que se refiere la concreta defraudación. En un supuesto de defraudación correspondiente al impuesto de sociedades en que por ejemplo, ah tenido lugar la elución del pago de la cuota tributaria en una cantidad superior 5 millones de pesetas, nos encontramos con la empresa (persona jurídica societaria) es el único sujeto en quien concurre aquella cualidad de sujeto pasivo de la obligación tributaria según la normativa del tributo.

La sociedad aparece en principio como portadora de la cualidad de la autoria que requiere el tipo de la defraudación tributaria.

Ahora bien con independencia de quien determinados sectores del ordenamiento de la imputación de efectos jurídicos y la aplicación de las consecuencias jurídicas pueden y deben efectuarse directamente a la persona jurídica en cuanto sujeto de derecho, lo cierto es que tales entes únicamente pueden expresar y ejecutar su voluntad a través de sus órganos y representantes. La acción típica de la defraudación , por ello, habrá sido materialmente ejecutada tanto en sus aspectos objetivos como subjetivos por las personas físicas que ocupan tales cargos. Al analizar el proceso de ejecución de la acción de defraudación de nuestro caso por los órganos y representantes de la sociedad, se comprueba que ah sido el resultado de la confluencia de la pluralidad de aspectos parciales y fragmentarios de varios de sujetos físicos, que han tomado parte en el proceso de cumplimento de la falsa declaración tributaria; y así, el responsable del departamento comercial de la empresa ah dado instrucciones a un empleado para que confeccione algunas facturas ficticias por compras que no han tenido lugar; posteriormente ah dado traslado de tales facturas al encargado de asesoría fiscal de la empresa, quien a su vez da instrucciones a un empleado subordinado de ese departamento para que de cumplimiento materialmente el impreso de la declaración tributaria, consigne el importe de aquella factura ficticia en el apartado correspondiente de los gastos deducibles; a continuación la falsa declaración es firmada por el director gerente de la empresa quien ya había dado instrucciones a los anteriores para que se actuara del modo descrito; otro empleado de la empresa es encargado de entregar la falsa declaración a la oficina tributaria correspondiente, y así lo hace produciéndose así el resultado típico de elusión de pago de tributos. Mientras tanto otros empleados se habían ocupado de transcribir los importes de las falsas facturas en los libros de contabilidad de los libros de la empresa y cuando la empresa esta sometida a un procedimiento de comprobación tributaria el jefe de contabilidad de la misma exhibe ante el auditor la falsa contabilidad avalada, además, por las facturas ficticias. Podrimos imaginar aun, para complicar mas el caso, de la sociedad en cuyo seno tiene lugar estos hechos, es una de la filiales de la gran empresa y que aquella defraudación se realiza siguiendo instrucciones de la dirección de la sociedad madre.

El profesor Gracia Martín en un ejemplo que citaremos a continuación expone y describe un caso típico a lo que el denomina Criminalidad de empresa, en la que la que incluye a Schunemann, a la suma de delitos económicos que se cometen a partir de una actuación para

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