Desarrollo social
JLAMTutorial5 de Marzo de 2012
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Desarrollo es Equidad:
Hacia un Enfoque de Justicia Distributiva para el Desarrollo.
Stanislao Maldonado Zambrano
Tema: Desarrollo Social
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
(smaldonadoz@universia.edu.pe)
Resumen Ejecutivo
Luego de la aplicación de las reformas estructurales inspiradas en el llamado “Consenso de Washington”, América Latina parece encontrarse nuevamente en el punto de partida. La promesa de bienestar asociada a las reformas no se ha cumplido, y son cada vez más los latinoamericanos que cuestionan el modelo de desarrollo vigente por no haber podido reducir los elevados niveles de pobreza y desigualdad que la caracterizan. En el presente trabajo argumentamos que las reformas no pudieron alterar el patrón de desarrollo seguido por la región debido a que no atacaron las marcadas disparidades distributivas que existen en el acceso a los recursos y activos sociales configurados en los contratos sociales de los países de la región. Debido a ello estas sociedades han seguido operando en un contexto de desorden social, teniendo severas restricciones para lograr tasas sostenidas de crecimiento económico y con enormes debilidades institucionales, expresadas éstas en un Estado endeble y un sistema democrático frágil. Por esta razón proponemos, a partir de la revisión de las teorías de la justicia distributiva de John Rawls, Ronald Dworkin, John E. Roemer y Amartya Sen, un marco de justicia distributiva que podría ser útil para la formulación de políticas de desarrollo que corrijan dicha inequidad en el contrato social. Este marco sugiere que las políticas de desarrollo podrían diseñarse a fin de asegurar: a) el acceso equitativo a los recursos y activos sociales, b) la nivelación de las oportunidades a disposición de los individuos y c) la implementación de mecanismos de protección para los individuos contra eventuales desventajas del entorno social al que se enfrentan.
Desarrollo es Equidad:
Hacia un Enfoque de Justicia Distributiva para el Desarrollo.
Stanislao Maldonado Zambrano
Tema: Desarrollo Social
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Facultad de Ciencias Económicas
Av. Universitaria s/n, Lima, Perú. Pabellón de Ciencias Económicas.
Teléfonos (51-1) 451-0888/452-5485
I. A Modo de Introducción
América Latina se encuentra en un momento de transición muy importante. Luego del proceso de reforma de orientación liberal, inspirada en el Consenso de Washington, la región parece encauzarse hacia un nuevo orden político, signado por la toma del poder por parte de sectores que, en la mayoría de los casos, tienen una orientación política radicalmente distinta a la predominante en la década pasada.
Este cambio en el péndulo político se debe, sin duda, al incumplimiento de la promesa de bienestar asociada a las reformas y a la frustración generada en la población del continente ante los magros resultados de un proceso por el cual se tuvo que pagar una “factura social” muy elevada. Por ello, no es de extrañar que la población latinoamericana se encuentre sumamente insatisfecha y molesta. Cada vez es más frecuente observar manifestaciones, movilizaciones, marchas y paros en pos del logro de una serie de reivindicaciones-comprensibles y justas-que ponen en jaque a los gobiernos y debilita más aun la endeble estructura institucional que los sostienen. Ya sea en Argentina, Bolivia, Ecuador o en el Perú, las masas parecen ya no estar dispuestas a esperar más tiempo a fin de que sus demandas sean atendidas, haciendo más agudos los problemas de gobernabilidad que caracterizan a los países de esta parte del mundo.
Este descontento general contrasta con los resultados macroeconómicos mostrados por casi todos los países de la región. La inflación, que tanto dolor de cabeza ocasionó durante los ochenta, ha sido controlada y el crecimiento, aunque modesto, se reactivó. Los equilibrios fiscales fueron restaurados a la par que se corrigieron una serie de deficiencias en el funcionamiento de los mercados.
Sin embargo, y a pesar de sus impactos positivos, la percepción general del latinoamericano promedio es que las reformas no llegaron a solucionar los problemas fundamentales de la región. Según la Encuesta Latinobarómetro, los habitantes de esta parte del planeta siguen considerando que los principales problemas que los aquejan se asocian con la desocupación (21%), la precariedad laboral (6%), la baja calidad de la educación (18%), los bajos salarios (8%), la pobreza (7%), y la corrupción (7%). Asimismo, al planteárseles la simple pregunta sobre si creían que estaban viviendo mejor o peor que sus padres, solamente el 17% señaló que mejor. El resto, la gran mayoría, consideraba que su situación había desmejorado.
No debe sorprendernos entonces el gran consenso alcanzado respecto a la necesidad de reemplazar el modelo de desarrollo seguido por la región durante la década pasada. Sin embargo, no parece existir la misma claridad con respecto a cuales serian los principios que habrían de guiar el diseño y la implementación de un nuevo modelo de desarrollo a seguir. Y no cabe duda que estamos bastante lejos aún de lograrlo.
La incertidumbre al respecto es muy significativa. Esta se explica por que al parecer la región ya ha probado casi todos los caminos para alcanzar el desarrollo sin obtener los resultados esperados. Durante el último medio siglo se experimentó con dos enfoques casi contrapuestos (estructuralismo y neoliberalismo), ambos con distintas combinaciones estado-mercado y visiones diferentes de la sociedad, sin que se resuelva la extendida pobreza y la elevada desigualdad distributiva que la caracteriza. Ello invita a plantear que ninguna de las estrategias anteriormente mencionadas atacó los factores estructurales que permiten la reproducción del capitalismo subdesarrollado de la región.
Pero, ¿cuáles son esos factores? En el presente documento defenderé la tesis de que la senda de desarrollo que sigue una sociedad depende del carácter equitativo de las pautas distributivas del contrato social que la sustenta. Así, bajo esta perspectiva, el desarrollo de las sociedades, esto es, la capacidad de lograr tasas de crecimiento estables que aseguren el aumento de la riqueza de la sociedad conjuntamente con el reconocimiento y respeto al ejercicio de las libertades humanas fundamentales, dependen básicamente del grado de equidad de la sociedad, esto es, la equidad de su contrato social.
Si tener un contrato social equitativo y justo es un factor fundamental para el desarrollo de una sociedad, resulta siendo relevante indagar acerca de las condiciones que nos han de permitir articular contratos sociales de esta naturaleza. A partir de la revisión de las principales teorías sobre la justicia distributiva proponemos un conjunto de principios que podrían asegurarnos, desde nuestra perspectiva, alcanzar esto último.
II. La Desigualdad como Causa Ultima del Subdesarrollo
2.1. Contratos Sociales y Sendas de Desarrollo
De aquí en adelante, cuando hablamos del grado de equidad de una sociedad nos estaremos refiriendo a la forma en que en su respectivo contrato social se define la distribución de cargas y beneficios entre los miembros del sistema social . La suma de arreglos sociales que subyacen al contrato social regulan el conjunto de deberes y responsabilidades asignadas a los individuos así como establecen el conjunto de derechos que permiten el acceso, control y disfrute de los recursos y activos sociales. La totalidad de estos activos sociales, en complemento con los activos naturales, permiten a los individuos participar en diversos intercambios sociales que consideran valiosos.
Los Activos Sociales y los Activos Naturales.
Las dotaciones de los individuos están compuestas por dos grandes clases de activos: los activos sociales y los activos naturales. A su vez, entre los activos sociales debemos considerar a 3 tipos de activos: los activos económicos, los políticos y los culturales. El conjunto de estos activos constituye la dotación de activos. Provistos de estos activos, los individuos participan en los diversos procesos sociales relacionados con la organización económica (sistemas productivos y mercados), el ordenamiento político-institucional y la cultura (Figueroa, Altamirano y Sulmont 1996) .
La distribución de éstos activos entre los individuos depende de las pautas distributivas establecidas en el contrato social. Si dichas pautas aseguran un acceso equitativo o inequitativo a los recursos dependerá de las condiciones históricas en las que dichos contratos sociales fueron configurados y en los factores que permiten su recreación. Es decir, la historia cuenta.
Colonización y Subdesarrollo
En los últimos años los economistas y teóricos políticos han encontrado evidencia que sugiere que los países que “nacieron” como producto de procesos de colonización han encontrado severas dificultades para asegurar el acceso al bienestar de sus respectivas poblaciones. En estos países fueron implantados regímenes coloniales que establecieron marcadas diferencias en el control y acceso a los recursos entre dominadores y dominados, derivándose en la conformación de sociedades multiculturales y multiétnicas en las cuales se establecieron contratos sociales cuyas pautas distributivas eran marcadamente inequitativas. La desigual distribución de los activos entre los diversos grupos étnicos y culturales ha derivado en la generación de procesos de exclusión social que se han reproducido a través del tiempo .
La conquista trajo consigo
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