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Ensayo De Aves Sin Nido


Enviado por   •  9 de Diciembre de 2012  •  3.600 Palabras (15 Páginas)  •  4.453 Visitas

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Efraín Rivas Flores

SPAN 590

Prof. Elia Hatfield

2 de octubre de 2012

Aves sin nido: La tragedia de un pueblo explotado

En aves sin nido, Clorinda Matto de Turner, narra los acontecimientos de una sociedad pueblerina que reside en las afueras de la capital peruana en la cual se desata una serie de tragedias hacia los habitantes más vulnerable, que en este caso, es la gente indígena. La obra de Matto de Turner es una obra que representa la máxima corrupción e inmoralidad por parte

de representantes religiosos y gubernamentales. Ambos, la religión católica y líderes del gobierno ejercen el poder absoluto, que como resultado, se desencadena un sinfín de tragedias que afectan mayormente a la población indígena. El amor, tema principal de la novela, hace presente de principio a final, pero además, se dan en sí temas secundarios como la pobreza, la hipocresía y el heroísmo femenino. Aves si nido es una narración realista ya que relata los acontecimientos de los pueblos indígenas de América Latina que sufrieron y siguen soportando los atropellos de un gobierno corrupto y una religión que ha dado mucho de que hablar.

La misma Clorinda de Matto hace hincapié en el prólogo, “Si la historia es el espejo donde las generaciones por venir han de contemplar la imagen de las generaciones que fueron, la novela tiene que ser la fotografía que estereotipe los vicios y las virtudes de un pueblo, con la consiguiente moraleja correctiva para aquéllos y el homenaje de admiración para estas” (Matto: Proemio, Párrafo 1. Loc. 78).

El tema del amor se mantiene a flote en el espacio de la novela. Clorinda de Matto relata un amor puro que prevalece en las parejas de buen corazón. Además, el amor hacia el prójimo también hace presente. El amor que representa un buen ciudadano por el prójimo, es lo que mantiene al pueblo luchando contra las adversidades manifestadas por los malhechores.

Por un lado está el amor de dos jóvenes, Manuel y Margarita. Es un amor imposible por el hecho de que ambos son hijos de un mismo padre, antiguo cura, don Pedro de Miranda y Claro (Matto: Capítulo 1. Loc. 111). Ellos son dos personajes de almas enamoradas que desean superar los obstáculos y son la viva representación de un amor puro. Esto se manifiesta cuando Manuel va a la casa de los Marín a tomar el chocolate. “Cuando asomó Manuel a la puerta de posición con ligereza y su primera mirada se dirigió a la alcoba, donde sin duda, estaba Lucia.

–margarita ¡alma de mi alma!, yo vengo por ti – dijo Manuel tomando la mano de la niña y sentándose a su lado - ¿De veras y sabrá mi madrina? – Replicó ella, -todos sabrán; tú…vas a ser mía – dijo el joven clavando su mirada en los ojos de Margarita a la vez que llevaba la mano de esta a sus labios.

-¿Pero tú me quieres…? ¡Margarita…! ¿Tú me quieres…?! Respóndeme por dios! –insistió Manuel dominando por la ansiedad de los ojos: su mirada lo devoraba todo. Y la beso…

-¡Margarita, por esta, te juro que mi primer beso de amor no ha de mancharte…! ¡Guárdala, querida mía; el ágata tiene la virtud fortifica el corazón…! (Matto: 2da parte. capítulo 32. Loc. 3260). El amor imposible de Margarita y Manuel se puede interpretar como la tragedia mayor por ser hijos del mismo cura. Esto, sin dura, fue el resultado de las injusticias que cometieron los hombres en poder hacia el grupo marginado, y particularmente, a la mujer.

El amor de la mujer también tiene un papel importante en la novela de Matto de Turner. La mujer lucha contra los más despiadados de la sociedad con el fin de proteger aquellos que la rodean y que además ama. Marcela es un ejemplo de ello. Ella hace todo lo imposible para proteger a sus dos hijas, Margarita y Rosalía. Ella se mantuvo alejada de la iglesia para que sus hijas no pasaran lo que ella misma vivió con el cura Pedro de Miranda y Claro. Podemos inferir su alejamiento de la iglesia cuando Marcela va a pagarle al cura lo que debe a la iglesia, “¿De dónde me haz sacado, bribona, esta chica tan guapa y tan rolliza? – es pues, mi hija, tata curay – respondió Marcela. -¿Y cómo no la conozco yo? –preguntó el cura Pascual agarrando con los tres dedos de la derecha el carrillo izquierdo de la muchacha. – Es que vengo poco a esta estancia por no haber cumplido con nuestra deuda, y por esto no la reconoces, tata curay, a la huahua” (Matto: 1ra parte. capítulo 1. Loc.606). El hecho de no asistir a la iglesia, no únicamente era por la duda, sino por la protección de sus criaturas. “! Quien sabe también la suerte que a mí me espera, porque las mujeres que entran de mita salen…mirando al suelo! (Matto: 1ra parte. capítulo 2. Loc.179). Fue tan grande el amor que Marcela tuvo por sus hijas que antes de fallecer no las dejó solas. Ella buscó un apoyo que “resultó siendo la hospitalidad de los esposos Marín, a través del apadrinamiento “(Segura: 5).

Doña Petronila es otro personaje dentro de la novela que ha representa el amor de madre.

Ella no quería que su hijo tuviera una vida como la de su padrastro, Sebastián Pancorbo. Manuel, hijo de Petronila, es enviado a la capital con la ayuda de su madre para recibir una buena educación. Él regresa a Killac al lado de su madre. Ya no es el mismo niño que salió de Killac, ahora es un hombre que se caracteriza moderno y de buenos principios morales. Manuel es el reflejo de amor que ejerció doña Petronila. Se afirma ese amor de madre en una charla que tiene Manuel con don Fernando, “-Usted sabe que la madre de familia es el sol de la casa, cuyo color busca el corazón; tras de mi madre, -¡Oh, cruelmente! ¡Alma de ángel en corazón de mujer…! ¡Pobre madre mía…!” (Matto: 2da parte. capítulo 16. Loc. 2318).

A pesar de los insultos y atropellos que recibía Petronila de don Sebastián, ella se mantuvo fuerte ante su hijo porque no quería que su hijo reflejara el modo de su padrastro. Era el “amor de madre, sacrificio de mujer” que guiaba a Petronila llevar a su hijo por un camino mejor (Matto: 2da parte. capítulo 5. Loc. 1749).

Lucia es otra más que se suma al tema del amor. Perturbada por las injusticias que se llevaban acabo en el pueblo hacia la gente indígena, la lleva a tomar la decisión de enfrentarse a los hombres en poder. Es la caridad amorosa de su persona que conduce a Marcela, esposa de Juan Yupanqui, pedirle ayuda para pagar las deudas de la iglesia, “en nombre de la Virgen señoracha, ampara el día de hoy a toda una familia desgraciada”. Y como “Lucía vivamente interesada en conocer a fondo a las costumbres de los indios”,

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