Fahrenheit 451: Una Sociedad Adormecida

Fahrenheit 451: una sociedad adormecida

Fahrenheit 451 es una novela de Ray Bradbury del año 1956 en la que se plantea una sociedad en el futuro que está adormecida, es una sociedad que no piensa, en la que no se permite leer libros y las máquinas controlan todo.

En primer lugar, la educación está orientada a que los estudiantes no piensen, que no se cuestionen absolutamente nada, y por lo tanto, las actividades de la escuela son proyección de imágenes y de películas, y deportes. Clarisse le comenta a Montag por qué no quiere ir a la escuela:

“… Una hora de clase de tv, una hora de baloncesto, de pelota de base o de carreras, […] Pero ha de saber que nunca hacemos preguntas o, por lo menos, la mayoría no las hace; no hacen más que largarte respuestas…”

Crean seres que repiten información, que no se preguntan nada y que no son capaces de pensar por sí solos, por lo tanto, son más fáciles de manipular. Además los saturan demasiado hasta el punto que se vuelven violentos al terminar el día, como dice Clarisa:

“Nos fatigan tanto que, al terminar el día, sólo somos capaces de acostarnos, ir a un Parque de Atracciones para empujar a la gente, romper cristales en el Rompedor de Ventanas o triturar automóviles en el aplasta coches”

Por lo tanto, parte de la violencia está ligada a la forma en que los educan, entre otras cosas, como tener que hacer algo que les produzca adrenalina, para remplazar el deseo o la necesidad de tener proyectos de vida.

En segundo lugar, los medios de comunicación los manejan todo el tiempo ya que las personas están prácticamente todo el día en frente de las pantallas gigantes, recibiendo mucha información, sin tiempo de analizar si es correcta o no. Como Beatty le dice a Montag:

“Atibórralos de datos no combustibles, lánzales encima tantos hechos que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a información. Entonces tendrán la sensación de que piensan, tendrán la impresión de que se mueven sin moverse. Y serán felices”

Beatty explica lo que hacen perfectamente, de este modo, terminan sin retener nada de esa información.

Por último, en cuanto a la forma en que se maneja la cultura, los libros y la literatura están prohibidos, los libros son quemados, ya que los harían pensar y les mostrarían otras posibles formas de vida. A medida que pasó el tiempo, se fueron reduciendo los libros con la llegada de la tecnología hasta desaparecer. En las Universidades se le dio más importancia al deporte de modo que no tengan acceso a “ninguna materia delicada como la Filosofía o la Sociología para que empiecen a atar cabos” como aclara Beatty en su conversación con el protagonista.

Con respecto al arte, en los museos solo hay cuadros abstractos, para que cuando los vean no tengan que pensar, que no los entiendan ni necesiten hacerlo: si no conocen otro tipo de arte, no podrían entenderlo.

Por la tanto, esta sociedad se encuentra adormecida por la forma en que los educan, ya que les brindan información, pero no dejan que pregunten; porque los medios de comunicación los manejan, pues les dan mucha información sin dejarles tiempo para que la reelaboren y la cuestionen. Esto junto a la prohibición de los libros hace que se encuentren así, seres que se creen “felices”, que no piensan, no se cuestionan nada y no desarrollan vínculos profundos con nadie

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