Heroe medieval en contraste con el actual
ff vmMonografía18 de Abril de 2020
2.872 Palabras (12 Páginas)363 Visitas
Desde la antigüedad, las sociedades han tenido muchos modelos a seguir que por su juicio moral han sido considerados héroes. Estos denominados héroes podían haber sido guerreros o hasta un simple ciudadano. Esta figura ha influido mucho, tanto para la ficción en libros y películas, como para la realidad de las personas. Inclusive, en el presente se conocen a los héroes del pasado. ¿Quién no ha oído hablar de Hércules o de la leyenda del famoso rey de Camelot, Arturo? Hoy en día, las empresas como Marvel y DC Comics nos han hecho ver a un héroe como alguien con superpoderes que combate contra el mal, como Superman o Spider-Man. También podemos escuchar la palabra “héroe” relacionada a personas que sacrificaron sus vidas con la intención de realizar un bien común. Pero al analizar los casos mencionados se presenta una incógnita: ¿Qué es un héroe y cómo las personas definen a uno?
Primero de todo, es necesario conocer los tipos de héroe que han existido a lo largo de la historia.
El primer poema épico de la literatura, el cual le pertenece a la cultura Sumeria, presenta a Gilgamesh, un odiado rey, el cual tiene grandes hazañas junto a su amigo Enkidu. Al morir su amigo, Gilgamesh busca la inmortalidad, finalmente descubriendo que esta es solo don exclusivo de los dioses.
Para la Antigua Roma y Grecia, los héroes estaban más caracterizados por las hazañas que tenían que por otros hechos. Estos héroes generalmente tenían procedencia divina o semidivina como Hércules, o también podían ser hijos de un rey como Teseo, hijo del rey Egeo, que gracias a su fuerza y valentía logró vencer al Minotauro el cual devoraba cada siete años siete jóvenes y siete doncellas por el tributo que Atenas le daba al rey de Creta.
En la época medieval, a través de los cantares de gesta, se hablaba de los héroes como aquellos que dominaban perfectamente las artes bélicas y aquellos que peleaban en nombre de la fe cristiana. Entre estos héroes están Rolando en la “Canción de Rolando” y Beowulf. Otro claro ejemplo de este tipo de héroe sería el Mío Cid, del cual se hablará en párrafos posteriores. Hay muy pocos casos en los que un héroe podía ser un rey. Este tenía ciertas cualidades como valentía, honor y justicia; el caso más conocido es el del rey Arturo, el cual es uno de los personajes más conocidos de la épica medieval.
En la actualidad existen varios tipos de héroe. Están los ciudadanos comunes que podemos ver en nuestra vida diaria, como un bombero, luego están aquellos creados para el entretenimiento y finalmente, los héroes de guerra como Francisco Bolognesi y Miguel Grau. Sin embargo, todos comparten la misma característica la cual es ayudar sin buscar nada a cambio.
Al ver todos los casos mencionados precedentemente, podemos darnos cuenta de que los héroes han sido representados de diversas formas dependiendo de la cultura de cada una de las comunidades. Este concepto ha tenido varios cambios y el concepto actual es el más acertado, ya que ahora el héroe es uno que ayuda desinteresadamente y puede ser cualquier persona sin que esta tenga que cumplir algún estereotipo.
Para poder argumentar lo dicho en el párrafo anterior, vamos a contrastar uno de los conceptos de héroe más conocidos hasta ahora, el héroe medieval, con el concepto actual.
Primero, es importante conocer cuál es la definición actual de héroe para después poder comparar este concepto con aquel de cómo se consideraban antes a los héroes.
Según la rae, la palabra héroe tiene varios significados. Primero de todo, el héroe sería una persona que realiza una acción muy abnegada en beneficio de una causa noble, pero otro de los significados define como héroe a alguien ilustre y famoso por sus hazañas o virtudes, o una persona a la que alguien convierte en objeto de su especial admiración.
Las ultimas dos definiciones son las más cercanas a aquella del héroe medieval. El héroe medieval, como fue dicho en párrafos anteriores, era aquel que, gracias a su fuerte dominio de las artes bélicas, junto a su valentía, lealtad al rey y fe hacia Dios (cristiano), defendía su patria, a su rey o hasta a una doncella. Este obtenía generalmente recompensas como riquezas, pero lo más importante para este era mantener su honor.
Los cantares de gesta eran poemas, que primero fueron narrados oralmente y después en versos, que contaban las hazañas de los héroes del Medioevo. Estos estaban basados en acontecimientos históricos que podían incluir personajes reales y a la vez personajes y eventos ficticios. Los protagonistas tenían virtudes que después serían modelo para el pueblo.
El cantar del Mio Cid habla del héroe medieval Rodrigo Díaz de Vivar, también conocido como Mio Cid o Cid Campeador. Este caballero, que vivió aproximadamente en el año 1048, al principio de este cantar de gesta, fue desterrado por su rey, el rey Alfonso VI, ya que lo calumniaron acusándolo de quedarse con parte de los tributos que el rey moro entregaba al rey, por este motivo fue obligado a dejar su hogar. Al pasar esto, el único objetivo del Cid es recuperar su honor y conseguir el perdón de su soberano. Esto, a lo largo del libro, lo consigue gracias a las características que posee, mencionadas con anterioridad al hablar del héroe medieval en general, mediante la conquista de las tierras de los moros, los cuales eran considerados en la Edad Media como infieles, para después enviarle regalos al rey mostrándole su lealtad a pesar del exilio.
"Mucho le agradezco esto a Cristo, Nuestro Señor: echado fui de la tierra, me quitaron el honor, con gran trabajo gané esto que poseo yo. Agradezco a Dios que el rey me haya vuelto a su favor y que me pida mis hijas para los dos de Carrión. Minaya, Pedro Bermúdez, decidme vosotros dos de estas bodas proyectadas cuál sea vuestra opinión".
En este fragmento podemos ver uno de los diálogos del Cid en el cual se muestra muy agradecido por haber conseguido el perdón del rey y por haber recuperado su honor. Junto a esto, se puede observar una de las más grandes características del caballero y esta sería su relación con la fe, ya que este (el caballero) muestra agradecimiento a Jesús y a Dios, mostrando así la gran fe que posee. Al igual que en esta obra, este caso se ve en la mayoría de las historias de caballeros medievales. Igualmente, en el fragmento se mencionan a los infantes de Carrión los cuales piden la mano de las hijas del Cid. Estos posteriormente maltratarían y abandonarían a las doncellas haciendo que el Cid se sienta deshonrado y este evento después llevaría a un duelo para poder recuperar el honor perdido, recalcando nuevamente lo importante que era para el héroe medieval esta cualidad.
Otro ejemplo de héroe en la literatura medieval es Tristán de “Tristán e Isolda”. Este héroe, como el Cid, busca mostrarle al rey, que en este caso es su tío, su amor hacia él y el respeto que le tiene. Esta situación se ve al inicio de la historia, cuando Tristán muestra su amor al rey al ser el único capaz de sacrificar su vida en un duelo contra el Morholt a cambio de anular los tributos que el rey Marcos debía dar al rey de Irlanda:
—¿Quién de entre vosotros, señores de Cornualles, quiere aceptar mi reto? […] Allí, vuestro caballero y yo combatiremos los dos solos, y el honor de haber intentado presentar batalla recaerá sobre toda su familia. […] Entonces Tristán se arrodilló a los pies del rey y le dijo: —Mi señor rey, si os place concederme este don, yo presentaré batalla.
También se logra ver esto cuando Tristán va a conquistar la mano de Isolda no por interés propio si no para demostrar que su cariño al rey Marcos es completamente desinteresado ya que este estaba siendo acusado por los caballeros, quienes lo envidiaban por su valor y por el gran amor que le profesaba al rey, de solo querer ser el sucesor del rey.
—Rey Marcos, obráis muy mal. ¿Acaso no veis que las sospechas de esos barones me avergüenzan? Pero de nada sirve la burla que habéis urdido: yo iré a buscar a la Bella de los Cabellos de Oro. Sabed que dicha búsqueda es peligrosa y que me resultará más difícil regresar de su país que de la isla en la que maté al Morholt. Pero quiero aventurar una vez más mí vida y mi cuerpo por vos, amado tío. A fin de que vuestros caballeros conozcan si os amo con amor leal, comprometo mi fe con este juramento: o moriré en la empresa o traeré a este castillo de Tintagel a la reina de rubios cabellos.
Para Tristán, como se ha visto en los párrafos mencionados anteriormente, lo que más importa es la imagen que este da a los demás como una persona con virtudes y honrada, y este muestra estas características mediante diversas acciones que requieren valentía y comportamientos éticos (aunque no lo logra realizar completamente debdo a su amor prohibido con Isolda). La actitud de Tristán solo se debe al interés propio de verse como una persona con honor y al mismo tiempo por amor al rey mas no por buscar el bien común.
...