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KEI EL SALVADOR


Enviado por   •  22 de Febrero de 2019  •  Ensayos  •  2.013 Palabras (9 Páginas)  •  181 Visitas

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Universidad Juárez Autónoma de Tabasco

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División Académica

DAIA

Licenciatura

Lic. En Arquitectura

Modalidad a distancia

LECTURA Y REDACCIÓN

Profesor

Héctor Malvaez Tovar

Alumno

Campos Diaz Jesus Enrique

Cunduacán, Tabasco

06/12/2018

KEI EL SALVADOR

Había una vez en un pequeño pueblo de Rasputín, durante épocas de otoño en los adentro del bosque se ubicaba una sencilla pero hermosa cabaña y a simple vista se podía observar que tan acogedora era. Pero lo que más destacaba de aquel hogareño lugar era un fuerte llanto, pues para aquella familia había nacido quien sería la luz de sus vidas.

-Te llamaras Kei, mi hermoso niño-Dijo su madre con lágrimas.

Y así comenzaría una nueva historia en el pequeño pueblo de Rasputín, pues Kei sería su salvador para enfrentar a aquellos monstruos malignos que cada 10 años llegaban a atacar y destruir más de la mitad de su pueblo.

18 años después.

Ahí se encontraba el hermoso joven practicando formas de defensa así como de ataques, y diversas técnicas para manejar un cuchillo. Desde pequeño siempre ha soñado con ser el salvador de su pueblo y acabar con todos los monstruos que  los amenazaban con acabar sus vidas, aparte de tener un motivo más en especial que era su bella amada, aunque aún estaban algo jóvenes, querían pasar el resto de su vida juntos.

-Kei, cariño es hora de comer.-Hablo su madre.

-¡Ya voy mamá!

Ahí iba un joven dando pequeños saltitos correspondiendo al llamado de su madre, pues aunque tuviera 18 años, solía ser infantil y cariñoso, incluso él era muy apreciado en el pueblo ya que con tan solo mirarlo podías percibir un aura de paz y tranquilidad.

-Ya estoy aquí madre-Dijo mientras se quitaba su equipamiento.

-Tu padre no tarda y llega, así que por mientras ayudaba a poner la mesa.

-Claro madre.

Entre chistes absurdos y risas, acomodaron la mesa, le conto a su madre que tal iban sus técnicas y volvía a recalcar su sueño de ser el salvador del pueblo, y ¿Por qué no del mundo? Si, quizás algo exagerado, pero soñar no cuesta nada.

-Ya vine familia mía, ¡ah! Pero que delicioso huele.

.Adelante padre, te estamos esperando a ti.

Era la hora de la comida y contar un pequeño resumen de su día, después de hablar un poco sobre el trabajo de su padre, y el entrenamiento que realizaba Kei por sí mismo; su madre no se quedaría con la duda de preguntar por la joven de cabello castaño, aunque estos se conocieran desde pequeños quería saber si podrían realmente casarse en el futuro, pues su pequeño hijo estaba realmente ilusionado.

-Y dime Kei, ¿Cómo vas con Alicia?

-Ustedes saben que ella es una chica, que en resumen es increíble, últimamente las cosas han ido excelente, el otro día tuve la oportunidad de hablar formalmente con su padre…

-¿Qué dijo el señor Park? Él sabe que eres un buen muchacho.-Dijo su padre.

-Oh padre, el realmente me dijo que el hombre correcto para su hija soy yo, y que puede morir en paz sabiendo que estaré yo para cuidarla.

-¡Qué bueno hijo!-Exclamo su madre orgullosa.

-Lo sé mamá, y aprovechando este tema quería saber si la puedo invitar a comer mañana, hace tiempo que no viene debido a su trabajo, me dijo que mañana estaría libre.

-Claro que si…-Y justo en ese momento su madre se vio interrumpida por un fuerte estruendo. El suelo empezó a temblar y con ello fue suficiente para que se alarmaran, corrieron hacia la puerta principal y lentamente la abrieron pues el temblor había cesado.

Horrible sorpresa fue la que se llevaron, justo al momento de  que salieron pudieron apreciar a un enorme monstruo de color verde con tonos morados, y con ello empezaría los gritos desesperados de la gente. No podían reaccionar, pues se suponía que ellos venían cada diez años, y todo el pueblo siempre se preparaba en el noveno año.

-¡Adentro, rápido!

-¡¿Qué no se suponía que era cada diez años?!-Menciono Kei exaltado.

-No sé qué está ocurriendo, pero debemos de actuar rápido. Debemos salir por la puerta trasera e intentar llegar al refugio que se emplea en estos casos.

-De acuerdo-Kei empezó a tomar su equipamiento pues sabía de sobra que lo necesitaría. Iba a continuar hablando pero se dio cuenta que padre se estaba dirigiendo hacia la puerta principal.

-¿Papá que estás haciendo?

-Debes de irte ahora con tu madre Kei, yo iré con los demás insurgentes. Y conocer lo que originó una aparición antes de tiempo.

-Pero…-Se vio interrumpido por su padre.

-No es momento de cuestionar nada, váyanse ahora.

Entiendo que no debía de insistir más, se dio prisa a salir con su madre, y avanzar lo más rápido posible, los gritos iban aumentando, luego cayó en cuenta que todo había sido tan espontaneo que no pensó en ella. Sintió como su alma se iba en segundos, volteo a ver a su madre con pánico y esta instantáneamente entendió debido a que igual vino a su cabeza Alicia, no pudo más que observar como su hijo con la mirada le decía un claro “Perdóname mamá”, sabía que ella comprendía y era fuerte, no quedaba mucho para llegar al refugio así que sin dudar salió corriendo de vuelta al pueblo.

Cuando llego se llevó una gran sorpresa, ya no había solo un monstruo, rápidamente conto y dedujo que había como cuatro. Nunca había ocurrido algo así, pues las historias que le contaba a veces su padre o su madre, la cantidad máxima eran dos.

La primera vez que vivió esta pesadilla fue a sus cortos diez años, era tan pequeño que solo lloraba al observar un pequeño monstruito que se acercaba rápidamente hacia él y su madre. Por un momento en su mente cruzo la idea de que moriría así que agarro las fuerzas suficientes y empuño el cuchillo, que desde su quinto cumpleaños su padre le había regalado.

Y sin dudar un segundo más, corrió hacia aquel monstruito de color marrón, él debía defender lo que amaba y si esa era su primera vez no le importaría morir sabiendo que lo intento, pero empezó a sonar un llanto que él conocía perfectamente y era la pequeña Alicia diciéndole que se alejara con su voz entrecortada. No supo cómo, pero en un movimiento fugaz logro dar en el punto clave del monstruito, mirando en cámara lenta como iba cayendo, sintiéndose realmente feliz, había dejado de ser un cobarde, estaba empezando a cumplir su sueño y que mejor que siendo el salvador de las dos vidas que más amaba.

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