LA CRONICA

LITERATURA COLOMBIANA

INTEGRANTES:

JESUS ALVAREZ FERNANDEZ

TEMA

LA CRONICA

TUTOR

ILENE ROJAS GARCIA

SEMESTRE

VIII

LICENCIATURA EN EDUCACION BASICA CON ENFASIS EN LENGUA CASTELLANA E INGLES

CORPORACION UNIVERSITARIA DEL CARIBE CECAR

EL GRAN ENCUENTRO INESPERADO

Para el año de 1994 un 24 de abril eran aproximadamente las 2:30 de la tarde, fuimos a un retiro espiritual con unos jóvenes de la iglesia, a una casa-finca ubicada en los alrededores de Arjona Bolívar.

Pensábamos que todo iba transcurrir bien. Era mi primera experiencia en un retiro, sentía curiosidad ya que otros habían ido y me hablaban maravillas. Pero en medio del camino se nos presentó un percance, el bus donde viajábamos entro por la circunvalar y no tomo la troncal. Nos dejó distante del punto de llegada. La tarde era calurosa con temperaturas de 40 grados y mi gorra era mi única aliada en todo el camino. Todos caminábamos en silencio, porque si abrías la boca te llenabas de gases, y el cansancio aumentaba. Me sentía tan agotado y fatigado para completar, se me había acabado el agua, y solo habíamos caminado 2 kilómetros.

El sudor se esparcía por todo mi rostro y mi cuerpo. Le pregunte al líder principal

- ¿Dónde está la casa- finca? Que no la veo - me respondió irónicamente

- Estamos a diez tabacos y medio.

El Gran hallazgo

Llevábamos tres horas de camino y subíamos y bajábamos lomas bien inclinadas.

Lo que no me esperaba era que en medio del camino encontráramos frutas silvestres, y cada cual comenzó a recoger. allí habían jóvenes como yo que llenaban sus camisas con guayabas y caimitos. En ese momento parecíamos niños alegres y sonrientes porque fue el momento que todos esperábamos para despejar el hambre y el cansancio, que sentíamos. Mi amigo Isaac comenzó a entrelazar palabras con migo ya que se sentía mas animado, por que había despedazado el hambre con cinco caimitos y diez guayabas.

Estaba oscureciendo y soplaba un viento suave y apacible, que refrescaba nuestros cuerpos y aun nuestras almas. Pero sucedió algo inesperado un grupo de jóvenes por venir entretenidos, se metieron por otro camino, y el líder principal llamado Evaristo, comenzó a llamarnos la atención diciendo:

- ¡Se los advertí cuando estábamos en la Iglesia, que nadie se podía quedar atrás, porque estos caminos son idénticos y se pueden extraviar!

- ¡Ahora tengo que salir a buscar a esos cabezones!, replico.

- Me esperan aquí un momento.

Pasaron 45 minutos cuando los jóvenes aparecieron. Evaristo Venía con una cara de ogro que no podía con ella, ya que no le había gustado que los jóvenes se hubiesen quedado atrás.

La Bestia con cuernos

Continuamos el camino, y los pájaros entonaban sus melodías, a nuestro alrededor, despidiendo el atardecer. Nos invadió la noche, tinieblas estrelladas de luciérnagas y grillos donde la luna plateada no se asomaba para guiarnos, por nuestro sendero. De repente escuchamos un estropicio, que quebraba la hierba y las ramas seca de los árboles, y todos nos quedamos atónitos y perplejos de tan espantoso ruido. Yo enmudecí; se me puso la piel de gallina. Posteriormente se escuchó un grito en el fondo oscuro pintado por las tinieblas que decía:” escóndanse”,“sálvese quien pueda”.Y todos se lanzaron a unos matorrales; menos yo. Evaristo el líder principal fue el primero en lanzarse y una rama seca le atravesó el pantalón; el suéter se lo partió, quedando su ropa como trapo de sacudir. Yo al ver

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