LA PRÁCTICA DE LA CIRCUNCISION

Aunque la circuncisión es tomada como un acto de devoción religiosa, no es necesario que se realice, teniendo en cuenta que puede traer consecuencias de salud graves. La circuncisión es una operación que dura normalmente alrededor de 20 o 30 minutos y que consiste en cortar el prepucio que protege el glande del pene. Tuvo su origen aproximadamente en el año 1719 a.c cuando el patriarca Abraham fue circuncidado por una orden divina.

Si fue un pacto de Dios y Abraham ¿Debemos actualmente cumplirlo?, Así lo creen muchos musulmanes y judíos basándose en el fragmento de la Biblia que dice: “Y el varón incircunciso, el que no hubiere circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona será cortada de su pueblo; ha violado mi pacto” (Génesis 17:14). Pero muchas personas no admiten simplemente esta declaración bíblica teniendo en cuenta que la circuncisión fue solo un símbolo, porque según ellos en realidad lo que debe estar circunciso es el corazón: “Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón” (Romanos 2:28-29).

Por mi parte yo defiendo la teoría de estas últimas personas, es cierto que la circuncisión es un mandamiento de Dios, pero fue del pasado, de un tiempo que ya no es necesario ejecutar. La Biblia nos enseña que la vida se divide en dos tiempos: la ley y la gracia; en el momento que Jesús fue crucificado, tomo vinagre y dijo: “consumado es” (Juan 19: 30). El término “consumado” significa que algo ha terminado, por ende que ha llegado a su fin. A partir de ahí Jesús nos da a entender que el tiempo de la ley ya fue cumplido, que de ahora en adelante empieza un nuevo tiempo, y es en el cual estamos ahora: el tiempo de la gracia.

Muchas personas guardan la ley porque creen que eso es lo que le agrada a Dios. Guardar la ley, a la manera de los fariseos, es algo que ofende a Dios, porque las obras de la ley son obras muertas, (Hebreos 6:1) es decir, obras de mera ceremonia, Dios dice que lo más importante de la ley es la justicia, la misericordia y la fe.

Justicia se le llama a las buenas obras. Ser justo es ser recto en el obrar y en el pensar. Un acto de justicia, es un acto recto en sí mismo, que se conforma con la voluntad revelada de Dios. La misericordia, por su parte, es la manifestación externa de la compasión. Un ejemplo claro lo encontramos en Lucas 10: 25-37. De acuerdo a lo anterior concluyo que cuando Dios hizo el pacto con Abraham sobre la circuncisión fue en la época de la ley, tiempo el cual ya no es ineludible cumplir, además en este nuevo tiempo el hombre es salvo por fe sin las obras de la ley (Romanos 3:28). Por lo tanto, ¿Por qué realizar la circuncisión en esta era? Ya no es necesario, lo que nos debe preocupar ahora es estar puros de corazón para así alcanzar la salvación.

Ahora bien, eso en cuanto al mirar religioso, pero la circuncisión también abarca el tema de la salud, hay quienes lo recomiendan, señalo: “La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Programa de la ONU contra el Sida (ONUSIDA) recomendaron el 28 de marzo de 2007, por primera vez, la circuncisión masculina como una intervención importante adicional que, aunque no garantiza una protección total, sí reduce el riesgo de contagio del Sida por vía heterosexual.” Y el Dr. Víctor Hugo Figueroa , medico urólogo manifiesta: “en mi experiencia profesional en el Hospital de Niños Enfermos de Toronto, actualmente se consideran como razones médicas para realizar este procedimiento algunas situaciones como: La fimosis patológica, la cual se presenta cuando la piel que cubre el glande (prepucio) sufre cambios inflamatorios dejando una cicatriz que dificulta su retracción sobre el glande, obstaculizando la higiene aparte del pene y generando molestias a futuro durante las relaciones sexuales. Otras causas que conllevan a la circuncisión son las infecciones del prepucio a repetición (balanitis), la dificultad para retraer el prepucio (en ausencia de inflamación) después de los tres años de edad y las infecciones urinarias recurrentes en niños menores de un año con otras malformaciones del tracto urinario”. Pero también hay quienes están en contra; Paul M. Fleiss, MD, MPH expresa: “El pene natural no requiere cuidados especiales. El prepucio de un niño, como sus parpados, se limpia a sí mismo. El retraer a la fuerza el prepucio de un bebé, puede conducir a irritación e infección. La mejor manera de cuidar el pene intacto de un niño es dejarlo solo”.

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