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La Franja Amarilla


Enviado por   •  10 de Enero de 2014  •  2.253 Palabras (10 Páginas)  •  212 Visitas

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LA FRANJA AMARILLA

William Ospina es un escritor colombiano que nació en Padua Tolima. Estudio derecho y ciencias políticas, dedicándose al periodismo, de gran producción literaria al reportar entre tres y cuatro publicaciones por año. Su forma de escribir se basa en ensayos en los cuales cita situaciones reales con fechas exactas y nombres propios.

Entre sus obras más exitosas podemos encontrar, donde está la franja amarilla, obra literaria que tiene su desarrollo a partir del pensamiento de un extranjero sobre las cualidades de nuestro país y la crisis social que aun teniendo aquellas, afronta diariamente.

Este libro surge de una pregunta hecha desde la asombrosa perspectiva de una extranjera “no entiendo, con el país que ustedes tienen, con el talento de sus gentes, por qué se ve Colombia tan acorralada por la crisis social; porque vive una situación de violencia creciente tan dramática, por qué hay allí tanta injusticia, tanta inequidad, tanta impunidad ¿Cuál es la causa de todo esto?

A la cual William Ospina logra en su relato hacer una exploración de la historia de Colombia en los diferentes hechos políticos, sociales, económicos y culturales que marcan este país desde el siglo 19 hasta nuestros días.

Nos narra cómo las clases opulentas del país, con algunos representantes políticos han tenido una alianza para poder manipular atreves de la historia al pueblo, como las diferentes personas se han visto sumergidas de manera directa o indirecta en un conflicto que busca la permanencia de una minoría que es la que ha logrado controlar nuestra sociedad. Nos da ejemplo de cómo personajes prestigiosos han buscado mejorar la situación de los colombianos sumergidos en la pobreza de la cual no pueden salir por esos dirigentes corruptos que buscan es el beneficio individual, y que personas como Jorge Eliecer Gaitán son asesinados para impedir que una persona de clase baja con una mentalidad diferente pueda sobresalir con el apoyo de la población menos favorecida para dar un cambio en la sociedad y llegar a ocupar un cargo presidencial. Anuncia los sucesos que ocurrieron durante el frente nacional de cómo los dos partidos políticos más importantes en la historia de Colombia se une en una supuesta lucha por sacar adelante el país, de cómo los dirigentes políticos a la cabeza de cada partido durante mucho tiempo logran engañar a sus seguidores, que mantiene una lucha por no permitir que se unieran y se compartieran ese poder que durante tanto tiempo habían tenido entre sus manos. Una supuesta alianza para manejar el poder y lograr sacar el país de ese atraso histórico en el que se encuentra, el cual no tuvo logro alguno.

Explica también como las clases menos favorecidas se han visto obligadas a buscar salidas fáciles para lograr tener una mejor comodidad y poder garantizar un mejor futuro en esta sociedad en la cual los recursos dirigidos a la población se desaparecen, salidas en las que encontramos el narcotráfico, secuestro, robos etc.

Mostrándonos finalmente una forma con la cual podemos generar una mejor visión de nuestro país enunciándonos una enorme lista de cosas positivas que tenemos tales como el arte, la música, escritores… los cuales deben o están construyendo un saber que se deba a nosotros y que resuelva problemas de nuestra sociedad.

Este libro es una opinión crítica de los problemas que hunden a Colombia, es una reflexión que pone de manifiesto que aunque una sociedad sea desprestigiada, maltratada, engañada, mal defendida por sus gobernantes y su triste gestión, en el fondo todos y cada una de los colombianos tiene parte de responsabilidad en el problema. Un problema que es más complejo que afirmar únicamente que la culpa es de los gobernantes.

Históricamente Colombia desde su independencia ha estado dirigida por dos partidos políticos que han tenido algo más en común de lo que sus programas electorales dan a entender que la lucha por el poder el haber tenido el acuerdo de alternarse permitiera que la corrupción la injusticia y la in arbitrariedad se instalaran en esa administración. Ciento ochenta años después de su independencia, continua bajo el mismo ropaje de una republica liberal, sigue siendo una sociedad colonizada, avergonzada de sí misma e indecisa en asumir el desafío de conocerse, de reconocerse para intentar crear instituciones que nazcan de su propia composición social, ya que Colombia ha sido una sociedad incapaz de trazarse un destino propio, ha intentando imitar a los países potencias en su cultura en vez de reconocer la suya llena de gran variedad. En Colombia todos saben que no existe una administración que sea competente ni transparente ni que proporcione equidad, sino que lo que existe son únicamente los intereses particulares de unos pocos, políticos corruptos que roban, los cuales conceden privilegios a los de su misma clase, por lo que éticamente se justificaría que esa nación que gobierna no se comporte de manera recta y más bien como lo menciona Ospina el problema está en que los ciudadanos colombianos tengan demasiada pasividad de que nadie salga en defensa del legitimo derecho a protestar porque la verdad es que Colombia tiene un carácter triste, es un país que se acostumbrado a la mendicidad, a vivir de lo que le den teniendo con que tener una estabilidad digna, lo cual significa que es un país que ha renunciado a su dignidad.

Ospina habla de los males de este pueblo colombiano, de esa falta de carácter que provoca la desconfianza, de esa valoración por lo extranjero que de lo propio producido a nivel nacional, pero que lo peor de Colombia es lo que no se ve, el desinterés del pueblo ante los atropellos de las clases gobernantes y esa pérdida de confianza en que todo puede cambiar, que otra realidad es posible; que el haber caído en una especie de dirigentes constantemente que mantienen paralizada el deseo de encontrar el progreso de este país de grandes recursos en donde se podría afirmar que no falta nada pero donde la mayoría de personas les falta todo donde “no es el estado el que puede cambiar a la sociedad, sino por el contrario es la sociedad la que debe cambiar al estado” pero para eso debe exigir sus derechos, para no ser pisoteados y maltratados porque si se sigue permitiendo esa corrupción la ética de la sociedad también se corrompe.

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La violencia y el fracaso de la política en Colombia

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