La Lectura Y La Educación Como Base Para Una Vida Mejor.
nrike1176 de Noviembre de 2013
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La lectura y la educación como base para una vida mejor.
Para comenzar, partamos de la pregunta ¿Qué es la lectura? Pues bien, según la RAE, lectura es la interpretación del sentido de un texto, pero en realidad ¿es sólo eso?, ¿puede un proceso tan completo y complejo ser definido en tan pocas y hasta cierto punto “frías” palabras? Para mi esta definición es solo un punto de vista de una importantísima manifestación que para ser más claros es junto a la escritura y el lenguaje, uno de los tres pilares de la comunicación. Ocupa un sitio de vital importancia en el desarrollo de la humanidad ya que a través de ella nos es posible aprender, enriquecernos y entretenernos con las ideas que otros han plasmado por medio de la escritura.
Hasta hace no muchos años no existía otra forma sino mediante la lectura en la que podíamos descubrir y hasta cierto punto revivir los acontecimientos sucedidos hace mucho tiempo, experimentar las sensaciones y las reacciones del autor, sumergirnos en mundos fantásticos, nuevos e inimaginables, incluso sentirnos en situaciones en las que jamás hubiéramos podido concebir que nos encontraríamos sin siquiera salir de nuestro hogar o nuestro sitio favorito. La constante y creciente gama de sitios web interactivos en los que por medio de avanzadas técnicas de diseño y avances tecnológicos podemos vivir experiencias multimedia, si bien han ampliado el abanico del entretenimiento también han reducido el interés de la gente hacia la lectura como actividad recreativa.
Nuestro país no ha sido la excepción ante este nuevo fenómeno del desinterés ante la lectura. Pero antes de abonar a nuestro breve análisis este problema de la reciente indiferencia hacia la lectura tendríamos que hablar sobre la ya conocida falta de cultura lectora del mexicano. La cual tiene un sinfín de orígenes que van desde el alto costo de los libros contrastado con el bajo nivel de ingresos promedio de los mexicanos pasando por el paradigma establecido en la escuela desde el que los estudiantes ven a la lectura como el medio para realizar tareas que no les son de su agrado y llegando hasta el cada vez menor fomento a la capacidad de imaginación mermada por los medios de comunicación y sus pobres propuestas.
Según algunas cifras proporcionadas por la OCDE, nuestro país ocupa el lugar 107 de 108 en cuanto a hábitos de lectura, esto es debido a que solo un 2% de la población total se ha formado una cultura lectora. Las cifras arrojadas por la Encuesta Nacional de Lectura, aun siendo mejores están muy alejadas de ser halagadoras, ya que según esta solo el 33% de los mexicanos lee al menos un libro al año y nos coloca en un promedio de lectura de 2.9 libros por año, si nos comparamos con países como España que lee 7.5 libros por año o con Alemania que tiene un promedio de lectura de 12 libros por año podemos darnos cuenta de la magnitud del problema en que estamos inmersos.
Aun con la gravedad de este problema es posible vislumbrar una solución, desde la cual se pueden revertir las secuelas que derivan en un país inculto, maleable, crédulo, falto de propuestas e integración. Este punto desde el cual se pueden mitigar dichas consecuencias es “la escuela”. Si esa institución, forjadora de los más altos ideales humanos y en cuyas bases se asienta el arquetipo de una mejora continua en la cultura y la educación de todos por igual, y aquellos actores encargados de la dirección y sentido de la educación de los alumnos pusieran mayor empeño en interesar al alumno hacia la lectura y no solo imponerla por cumplir con el curriculum aplicado por el Sistema Educativo, no estaría escribiendo sobre este problema.
Ciertamente esta no es tarea exclusiva de la escuela sino de las personas responsables de la educación de los alumnos, de los padres de familia, de los gobiernos estatal y federal. Este es un problema que afecta directamente al
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