“La historia que cambio todo en la ciudad”

“La historia que cambio todo en la ciudad”

AUTOR: José Leonardo Garcia de los santos

CAPITULO 1: UN SIMPLE REPORTERO

La historia que quiero contarles es una de tantas que han quedado en silencio, algo que los mandatarios de más alto rango quisieron ocultar para no perder el control de toda la ciudad. Yo soy Jack un reportero del diario más popular de la ciudad y nunca creí que esta noticia, la que he buscado durante tanto tiempo me pondría en riesgo mi vida .

Hace unos meses se realizó la reunión de presidentes para poner en alerta a todos los estados acerca de los diferentes atentados que se han realizado en contra de los exdirigentes de todas partes de los estados, el aviso de que esta conferencia se llevaría a cabo movilizo a toda la policía ya que todos serian un blanco fácil de cualquier ataque de estos grupos los cuales se hacen llamar “los rebeldes”.

Aquella tarde yo estaba escribiendo unas notas para una revista, pero no pensaba recibir una llamada y mucho menos de una fuente anónima.

-Esta tarde habrá una masacre, ejecutaremos a 20 estudiantes hijos de ex presidentes, escuche que querías una nota ahí la tienes-.

Me sorprendió mucho recibir esa llamada ya que no supe quien fue, ni siquiera me dio tiempo preguntar por qué precisamente llamarme a mi pues no me dejó hablar, no pude avisar a la policía porque me dio temor pensar que pasaría ya que sabía que la policía no haría caso a un simple reportero. Recordé que siempre que salía a caminar una camioneta blanca era constantemente notable al otro lado de la calle de cualquier lugar donde yo transitara y me empecé a preguntar si acaso yo era observado por este grupo de personas.

El problema es que no siempre se puede confiar al 100% en las autoridades ya que están involucradas en varios crímenes que no se han podido resolver hasta la fecha del día de hoy, entonces  pregunte a varios de mis colegas reporteros si sabían de alguien del medio o ellos habían recibido llamadas para poder enterarse de algún delito directamente y así poder publicarlo, en ese momento uno de ellos se empezó a ponerse nervioso, sus manos estaban temblando y su mirada evitaba la mía cuando preguntaba  sobre el tema, hasta que en un momento dijo –Bueno creo que es hora de irme ya es tarde-(tartamudeando notablemente).

-Debes perdonarlo, no ha sido una buena semana para el-. Dijo su compañero ya que es lo único que sabía porque nadie sospechaba lo que en realidad pasaba con él. Me quedé muy pensativo, di las gracias por el tiempo que hablamos y fui a caminar por la ciudad. Pensé en dejar esa llamada por la paz, pero ese mismo día paso lo que en aquella tarde me dijeron. Patrullas y ambulancias iban y venían del centro de la ciudad y la gente estaba asustada ya que para todos era un misterio, lo que estaba pasando y pensé –pude haber evitado esto si no me hubiera puesto a investigar y llamar a la policía-.

Paso una semana después de todo lo que paso, fue difícil dormir por las noches pensando en que pude haber evitado tan grande tragedia, mis amigos me dijeron que a los dos días del asesinato el presidente Jacobson dio una conferencia de prensa anunciando que aumentaría la seguridad en toda la ciudad y que los responsables serian capturados y llevados ante la justicia. Después de escuchar lo que dijo el presidente hablé con mis compañeros sobre la llamada que recibí, como lo pensé ellos no me creyeron, pero yo seguía insistiendo. -algo muy raro está pasando, porque entre tanta gente llamarte a ti? -. Me dijo uno de ellos con una expresión sarcástica en la voz.

Salí de la ciudad el fin de semana para relajarme; No sabía a donde ir y solo quería desaparecer un tiempo, pero, fue entonces cuando algo me paso. Algo que yo nunca pensé que me pasaría, aquella camioneta que me seguía se interpuso para bloquear mi camino y de repente dos hombres con el rostro tapado se bajaron con unas armas largas y me subieron a la camioneta en la que venían y me golpearon y me desmaye. Desperté en un cuarto amarrado de los pies y las manos, la boca tapada con un pañuelo, escuchaba gritos, planes, cosas que querían hacer conmigo. Estaba asustado pues pensaba que moriría.

Uno de los sujetos que me secuestraron entro a hablar conmigo tenía una voz muy grave, me hacía preguntas. - ¿Porque no avisaste a la policía de la llamada que recibiste? -. -No será la primera ni la última vez que alguien se queda callado porque sabe que la policía no hace nada-. Le dije muy asustado, después soltó una carcajada y se fue de la habitación donde me tenían, a lo lejos se escuchaba como caía el agua de una cascada y recordé que había una a dos horas de la ciudad. Pude darme una idea de donde me tenían pero lamentablemente no me servía de nada a menos que pudiera escapar pero siendo sinceros intentar escapar sería un suicidio, así que espere a que pasara el tiempo para ver si ellos decidían soltarme o matarme

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Pasaron 4 meses desde que me capturaron, hasta que decidieron soltarme, recuerdo que me dejaron en las afueras de la ciudad y me dijeron que no dijera nada de lo que había pasado porque me estarían vigilando y estarían en contacto conmigo sobre cosas que pasaban sin que la policía o el presidente se enteraran o estaban involucrados. A partir de ese momento no sabía que debía hacer pues ellos me dejaron claro que estaban en todos lados y que me vigilarían así que hablar no era una opción. Pensaba en mi familia, mis padres, mis hermanos, no quería que les hicieran algo entonces tome una decisión que en su momento pensé que sería una buena idea pero no sabía si esto resultaría como lo planteaba en mi cabeza.

Dejar mi vida de reportero en ese momento para mí sería una forma de darles a entender que estoy asustado por lo que podrían hacerme, gracias a mis influencias en el tiempo que estuve trabajando pude conocer a mucha gente por las diferentes ciudades, estaba de un lugar a otro estando cada vez por tiempos más corto para no levantar sospechas de lo que yo estaba haciendo.

Cuando todos me preguntaban - ¿Por qué estás haciendo esto? -. no podía decirles la verdad, mi objetivo era diferente al que él estaban pensando pues yo sabía que estaba solo en esto, tenía que estarlo por el bien de todas las personas que conocía. Cuando encontraba una pista de lo que buscaba me arriesgaba a cada segundo, pero me di cuenta que yo no era el único que quería saber cómo detener a toda esta gente; conocí a Karla, una ex policía de tránsito y pensaba mucho si ella y yo queríamos lo mismo o solo la habían enviado para tenerme vigilado. Fue difícil estar con ella imaginando el momento en que me apuñalaría por la espalda. Recibí un mensaje en mi computadora de un usuario que tenía un nombre raro, se hacía llamar “Señor Verde”. –Debes tener cuidado, te ayudare en lo que pueda, ve a la torre abandonada mañana a las 1,500 horas ahí encontraras una parte de lo que buscas-.

Dude mucho en ir a ese lugar, ¿cómo obtuvo mi correo? ¿Quién es? ¿Podría confiar en él? No sabía si era una trampa o no, pues desde hace una semana que empecé con esta investigación que no recibí llamadas o señal de que me vigilaban, al día siguiente esperaba a que llegara  la hora a la que me cito el señor verde y busque información sobre los secuestros que habían quedado sin resolver; me encontré con un hombre que trabajo en un caso que estuvo a punto de resolverse pero fue despedido antes de encontrar a los criminales así que me contacte con el pero no respondió a ninguno de mis mensajes.

Me dirigí a la torre y al llegar en la entrada había una caja la cual contenía algunos documentos que involucraban al presidente en varios crímenes, al fin había tenido un avance, pero no podía contárselo a Karla pues desapareció un día antes diciendo que buscaría información y nos reuniríamos en una cafetería de la biblioteca. No sabía si realmente regresaría o no, pero con lo que conseguí por mi cuenta hice una llamada a alguien de confianza y decidí contarle todo. Max un viejo amigo que trabajo en fuerzas especiales del FBI quien junto con sus compañeros no fueron comprados por los rebeldes.

Cuando Max escucho lo que estaba intentando hacer me dijo que era muy arriesgado, pero que me ayudaría y vendría conmigo; fue entonces cuando los sujetos que me secuestraron se comunicaron conmigo y me dijeron -Sabemos que estas ocupado, pero ten cuidado porque el que busca encuentra-.

Llegue a la cafetería donde me encontraría con Karla y antes de que me dijera lo que ella encontró le dije que aun esperábamos a alguien, cuando Max llego Karla saco los audios, notas y fotos que encontró sobre el presidente y la policía; les mostré todo lo que en aquel correo se me había dicho que me darían, así que con más apoyo e información comenzamos a ingeniar un plan para seguir y no ser descubiertos por los rebeldes o el presidente, el plan se puso en marcha así que nos separamos y acordamos que en 3 días iríamos a donde aquellos 20 jóvenes habían muerto para buscar pistas.

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