La obra de Onetti
Enviado por Hugo Roman Cruz • 30 de Octubre de 2021 • Ensayos • 1.152 Palabras (5 Páginas) • 80 Visitas
Juan Carlos Onetti fue un escritor Uruguayo nacido en Montevideo el primero de Julio del año 1909. Fue un escritor, periodista y bibliotecario dedicado principalmente la novela y cuento. Juan Carlos es uno de los escritores más olvidados del boom latinoamericano. Mientras Julio Cortar, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes se llevaban las miradas, Onetti era feliz escribiendo artículos periodísticos llevándose primeros o segundos lugares en concursos dentro de su país. Fue tan olvidado que fue hasta el centenario de su nacimiento que se reeditaron algunas de sus novelas, las cuales, hasta antes de esta reedición eran difíciles de conseguir.
La obra de Onetti constantemente ocurre como un dialogo entre dos realidades, el ejemplo cumbre de su estilo lo conocemos en la vida breve y todas esa novelas que ocurren en Santa María, pueblo imaginario dentro de la cabeza de Juan María Brausen. Conociendo el estilo de Juan Carlos, es una ficción dentro de otra ficción.
Los adioses transcurre también como una historia dentro de otra historia, relato del cual nos cuesta identificar al personaje principal, ya que nuestro narrador no es un narrador omnisciente, es todo lo contrario. Un hombre sin nombre, que vive en un pueblo sin nombre y se gana la vida trabajando en un lugar sin nombre, que a pesar de narra algo de lo que desconoce nos anuncia el final “Quisiera no haber visto más que las manos (…) me hubieran bastado aquellos movimientos sobre la madera llena de tajos rellenados con grasa y mugre para saber que no iba a curarse, que no conocía nada de donde sacar voluntad para curarse.” (Onetti, 1981)
En los primeros párrafos Onetti es capaz de anunciarnos sus intenciones en esta obra. Por un lado la de introducirnos en un tipo de narración totalmente distinta a muchas novelas. Una narrativa sucia, imparcial, que se fundamenta de rumores, sensaciones y juicios, con toda la esencia (como la llamaría Villoro, en uno de sus ensayos dedicado a Onetti en el libro “de eso se trata”) Onettiana, una narrativa desesperanzada; igual personajes que crea Juan Carlos en sus novelas y cuentos. Por otro lado nos presenta los dos personajes por los que pasa la historia, el almacenero y el ex basquetbolista tuberculoso que ha llegado al pueblo para recuperarse, similar a la narrativa confusa, también nos cuesta reconocer a alguno de estos dos como el personaje principal. ¿Es una historia donde el personaje principal nos está prestando sus ojos y sus oídos, o es a través de ellos que observamos el desarrollo del personaje principal?
Sea o no el personaje principal el almacenero, será él quien nos contara la historia, sacando sus propias conjeturas en base a historias, chismes y rumores sobre el hombre tuberculoso que llegó al pueblo. Un recurso del que también hace uso Onetti es el de las cartas para darle más información al narrador y al lector, cartas que serán enviadas por dos mujeres distintas, la mujer de los lentes y la chica joven. Dichas cartas dejaran de cobrar importancia cuando las mujeres van a visitar al ex basquetbolista, es sin embargo una de estas cartas enviada por la mujer (que el almacenero no entrega, pues en ese momento se encontraba con la chica) la que nos resuelve la novela. Al final de la obra es que nos damos cuenta que la historia no era una de infidelidad, era una historia de amor.
Durante toda la novela el almacenero saca sus propias conclusiones que toma como verdaderas de las pláticas con los demás personajes o de cosas que el mismo observa, el dialogo entre los dos personajes principales es casi nulo, en ningún momento al ex basquetbolista se le da la oportunidad de defenderse de todos esos rumores que surgen durante toda la novela.
La novela y sobre todo la novela romántica tiene una estructura con la que muchas veces podemos intuir e incluso predecir a donde se está dirigiendo lo que estamos leyendo, el modo en que va a terminar, los adioses en una novela con rumores que suenan como verdades, el hecho de una infidelidad, el hecho de que el hombre va a morir, son cosas que el lector interioriza que van a suceder. De este modo es que el mismo lector se vuelve parte de la novela, se convierte en esos rumores, somos parte del juego y nos sentimos como el almacenero, sacando conjeturas sobre cómo va a acabar nuestro relato.
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