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Narra la historia de cómo un videojuego cambia la vida de dos niños. Gerardo y Humberto, de 13 años. Ellos dos vivían uno al frente de otro.


Enviado por   •  10 de Noviembre de 2015  •  Ensayos  •  5.300 Palabras (22 Páginas)  •  170 Visitas

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xdABADDON TENEBRAE

Antonio Malpica

Narra la historia de cómo un videojuego cambia la vida de dos niños. Gerardo y Humberto, de 13 años. Ellos dos vivían uno al frente de otro.

Todo comenzó una tarde cuando Humberto le mostro a Gerardo un nuevo videojuego el cual consistía en matar a unos diablos que tiraban fuego y luego matar a un diablo mayor de color rojo, el entorno del juego era la colonia en donde ellos vivían la cual estaba en llamas. Todo en el juego era igual a como en la vida real incluso los niños podían reconocer en el juego a algunos vecinos.

Cuando se hizo de noche los niños se acordaron de que al día siguiente tenían un examen de matemáticas. Humberto le dijo a Gerardo que si él le soplaba las respuestas en el examen él le hacía una copia del cd, Gerardo accedió.

Al perder Gerardo se dio cuenta de que frente a su nombre decía Libra con ascendente en piscis 4698-131. Los niños se preguntaron que era esos números que aparecían frente a sus nombres. Sin embargo, el juego estaba demasiado bueno como para estar pendiente de los números que estaban frente a sus nombres.

Al llegar a su casa lo primero que hizo fue prender la computadora y seguir jugando pero por más que lo intentaba Gerardo no podía vencer al diablo rojo. Cuando se hizo tarde su mama le grito:

¡Gerardo! ¡No me digas que sigues jugando! Eso fue lo que le hizo apagar la computadora e irse a la cama.

Al otro día Gerardo siguió jugando. Y así lo hizo todos los días hasta el fin de semana, el problema era que Gerardo no podía matar al diablo rojo con nada ni lo pudo hacer encerrándose todo el fin de semana por lo cual empezó a sospechar que solo había un nivel. El lunes siguiente se lo dijo a Humberto pero el ya no estaba jugando porque ya no le interesaba el juego y se sentía mal. Gerardo se sintió decepcionado por las palabras de su amigo por lo cual le pidió prestado el disco original, Humberto le pregunto ¿para qué? Haciendo un gesto en la cara de dolor y apretándose el estómago. Geraldo le respondió que era poder buscar en internet como vencer al diablo rojo.

Esa tarde Gerardo fue a la casa de Humberto por el disco y lo encontró muy mal por lo que le sugirió que debería ir a un médico, pero él le respondió que ya había ido y que no le había salido nada, por lo que se debería mejorar. Gerardo al llegar así casa investigo y no encontró nada así que se durmió.

Al día siguiente su profesora dio la mala noticia de que Humberto había muerto. Gerardo se sorprendió mucho y de tristeza no fue al velorio de Humberto, prendió el computador y no pudo ganar y eso lo puso más triste. Volvió a

investigar y solo le arrojo una respuesta de una página en Rumania, donde le decía que la respuesta estaba en el crucifijo. El niño trato llegar donde estaba el crucifijo, de la información que había obtenido de un correo que le llego de Rumania, descifrando lo que le habían querido decir con eso. Pero no obtuvo más que otra desilusión para derrotar al diablo rojo.

El niño Gerardo empezó a preocupar a sus padres ya que esa semana tuvo pesadillas, pero ellos pensaron que era producto de la muerte de su amigo, y creyeron que era algo normal. Poco después los padres del niño se dieron cuenta que él no estaba bien, por lo que recurrieron a manos de profesionales… Y lo internaron en una clínica psiquiátrica… Sin dejarle opción de resolver el acertijo, que era simplemente encontrar el crucifijo y matar al diablo rojo.

Esta historia fue contada desde una clínica psiquiátrica y escrita de la manera más rústica, en hojas de servilletas, tratando de encontrar una buena persona que lo ayudará en su agonía por derrotar el juego. Es cierto que no se tiene indicio de la existencia del juego o que simplemente fue la idea loca de un niño.

FÁBULA DEL PEZ Y EL DESIERTO

Gabriela Aguileta

Esta fábula narra la típica historia de una niña invisible para sus padres. Esta niña se llama Miranda. Sus padres dos exitosos e incansables trabajadores decidieron darle a la niña unas vacaciones para que conociera el desierto y el mar, por lo que decidieron aventurarse en su viaje. Ellos alquilaron un bungalow (casa simple y pequeña) donde pasarían dos semanas. El largo viaje en avión fue muy extenuante para ellos, por lo que al llegar, y entrar al bungalow a Miranda le pareció ver peces en el piso del fondo.

Miranda era una niña muy simple y criticaba mucho a sus padres ya que le parecía ridículo que en un viaje de vacaciones llevaran muchas maletas, todas ellas repletas de computadores, libros y toda clase de aparatos electrónicos. Ella simplemente llevaba ropa indispensable, su cuaderno de dibujo y unos lápices de colores. Con los cuales pretendía dibujar el mar y el desierto.

Miranda

en su travesía organizo una mochila pequeña que contenía el material necesario para sus dibujos, camino y exploro todos los alrededores del bungalow, fijándose muy detenidamente que al lado de su bungalow había un bungalow más grande con un estanque fangoso, con agua inmóvil que tenía una fina capa de arena semejante al oro bajo la luz del sol. Esto lo percibió por que estuvo muy cerca al estanque.

Esa noche Miranda quiso contar su travesía a sus padres, pero por su puesto sabía que no le prestarían atención, por lo que decidió no hacerlo, y se quedó muy triste y enojada.

A la mañana siguiente, Miranda se despertó ya que el administrador de los bungalows tocaba la puerta frenéticamente. Para contarles que según la administración estaba prohibida la entrada de niños del pueblo y que su vecino de al lado tenia costumbres extrañas, puesto que trabajaba de noche y que por favor no se acerquen de día.

Días después Miranda salió en rumbo al bungalow vecino atraída por ruidos de agua salpicada. La niña asomo la cabeza detrás de unas palmeras vio como un grupo de cuatro niños sacaban del agua algo que parecía el brazo de un ahogado y luego lo dejaba caer dentro del estanque. Ella salió corriendo horrorizada, al llegar a su casa se encerró en la habitación y se echó en la cama.

A la mañana

siguiente Miranda esta horrorizada, pero debía saber que había visto en el estanque, así que salió con su mochila hacia el bungalow vecino. La niña se acercó a la orilla y no alcanzo a ver nada. Así que metió un lápiz de color y quito la capa, ella observo que había en el fondo y algo le devolvió la mirada.

Esta vez a Miranda le tomó dos días salir del bungalow, hasta que sus padres quisieron ir a nadar en la playa.

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