PLANEACIÓN DE LA ENSEÑANZA Y EVALUACIÓN DEL APRENDIZAJE
manedeyec28 de Junio de 2012
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Entre las funciones de la escuela actual está la de promover en los alumnos
el aprendizaje de conocimientos específicos en las diferentes asignaturas
y el desarrollo de destrezas intelectuales básicas, con su consiguiente incidencia en el rendimiento académico. Un aprendizaje superficial modificará poco o nada el comportamiento académico del alumno. En el mejor de los casos, será una estrategia más ante un examen, y «lo que se aprende» lo más probable es que se difumine en el olvido en poco tiempo.
La pregunta es cómo la escuela puede potenciar un aprendizaje significativo, de manera que el alumno logre comprender, asimilar, integrar y aplicar los contenidos. El conflicto de este proceder surge cuando, en la realidad,
de todo lo enseñado en la escuela lo menos atendido es el cómo hay que estudiar. A través del proceso de aprendizaje, el sujeto deberá adquirir una serie de habilidades y contenidos que, internalizados en sus estructuras mentales, le permitirá aplicarlos en distintas situaciones y/o utilizarlos como recursos para adquirir nuevos conocimientos. Para lograr todo este tipo de conductas, la escuela debe proporcionar al alumno diferentes metodologías de trabajo que impliquen técnicas de estudio variadas para que, con su adquisición, interiorización y aplicación constante, se desenvuelva fácilmente durante su vida académica.
Es tema de discusión que el sistema educativo actual presenta un desfase, cualitativo y cuantitativo, en organización, contenidos y evaluación de La conceptualización del rendimiento académico como producto educativo lleva consigo la determinación, identificación y categorización de los objetivos que persigue el nivel de enseñanza, parece obvio que esté implícito el desarrollo de destrezas, hábitos y habilidades básicas concordante con las finalidades de este nivel. El rendimiento académico de los alumnos de no se caracteriza, precisamente, por depender de los hábitos de estudio, sino más bien de ciertas
capacidades que ya posee el alumno y que, relacionadas con hábitos de
estudio, quizá, no fueran desarrolladas explícitamente como tales. Esta falta
de correlación entre variables de hábitos de estudio y rendimiento académico
es una de las causas de fracaso escolar que más se aducen en este nivel,
la de no saber estudiar. La solución la hallará el profesor que, rudimentariamente, utilizan en sus metodologías estrategias relacionadas con hábitos de estudio, sobre todo para adquirir más firmemente la gran cantidad de contenidos que se le presentan. Además, de manera intuitiva, el alumno recurrirá a formas de trabajo que, aplicadas con frecuencia y correctamente, le permitan obtener resultados en el estudio. Esta última vía parece la más empleada por estos alumnos para una involuntaria adquisición de hábitos de estudio.
La naturaleza humana es la misma siempre, pero en cada estadio de la vida, las capacidades van alcanzando grados distintos en su desarrollo. Cada acto que realizamos deja su impronta y facilita la producción de actos posteriores. Es cierto que realizamos muchos actos, base de futuros hábitos, cuando no somos conscientes de ellos ni racionalmente los deseamos. Tales Hábitos de estudio y rendimiento no serán imputables al propio sujeto mientras no sea capaz de modificarlos conscientemente; sí se le podrán imputar a quien tenga la responsabilidad de su educación. La escuela, por tanto, debe centrarse muy especialmente en la formación de hábitos en los alumnos. Pero no es misión exclusiva de esta institución Los hábitos de trabajo y métodos de estudio como las aptitudes y estrategias específicas que se desarrollan como una interacción entre la influencia de la escuela, el hogar y el grupo de amigos. Los hábitos de trabajo
en casa, y en particular el tiempo dedicado a estudiar o a ocupaciones educativas
fuera
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