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Enviado por   •  11 de Marzo de 2015  •  1.398 Palabras (6 Páginas)  •  161 Visitas

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Capítulo VIII: La otra agenda del FMI

Lo que la comunidad financiera opina que es bueno para la economía global ¿es realmente bueno para esta última y debe ser puesto en práctica? Esto es verdad en algunos casos, pero en muchos otros... no lo es.

¿Se pierde la coherencia intelectual? Del FMI de Keynes al FMI actual

A Keynes (padrino intelectual del FMI) le preocupaba que los mercados pudiesen generar un paro persistente, y reconocía que era necesaria una acción colectiva global para la estabilidad económica mundial.

Sin embargo, en los días que corren, los fundamentalistas del mercado creen que son los Estados los que "funcionan mal" y no los mercados. Constituye esto una gran paradoja si consideramos que es el FMI la institución creada para regular el mercado... ¿cómo se regula lo perfecto?

¿Un nuevo papel para un nuevo régimen de tipos de cambio?

Hace unos treinta años, el mundo adoptó un sistema de tipos de cambio flexibles; en una economía de mercado serían, obviamente, determinados por las fuerzas de mercado. No obstante, en el mercado cambiario, el FMI realizó tantas intervenciones como le fueron posibles.

Pero estas intervenciones habrían sido oportunas y provechosas si en ellos el FMI hubiese resuelto las enfermedades de los países y no sólo sus síntomas. Todo el dinero aportado por el Fondo ayudaba a estabilizar y mantener los cambios, pero a largo plazo era nocivo porque era dinero caliente que entraba pero rápidamente se iba.

Contagio

Si bien la enfermedad es un gran problema, el contagio lo es más aún. Keynes tenía una interesante y coherente teoría sobre cómo el contagio se transformaba en epidemia: la recesión en un país lo lleva a exportar menos: esto daña, obviamente, a sus vecinos que a la vez dañarán a otros países cercanos.

Las caídas de las ventas llevaron a la reducción de las importaciones y las economías regionales se debilitaron, y junto a ellas, el país.

Entre tanto, la política recomendada por el FMI fue la de la austeridad... El FMI estaba propagando la enfermedad en vez de contenerla.

¿Cuándo es el déficit comercial un problema?

Los problemas de coherencia plagan no sólo los remedios del FMI sino también sus diagnósticos. Por ejemplo, les preocupa mucho el déficit de balanza de pagos, pero cuando denuncia ese déficit, suelen prestar poca atención a lo que de hecho se hace con él. Lo mismo sucede con las exportaciones e importaciones. Si un país importa más de lo que exporta, tiene un déficit comercial, y al mismo tiempo habrá seguramente un país que exporte más de lo que importe, es decir, que posee un superávit comercial. Un enfoque coherente debe, o debería, conocer esto. Debe reconocerlo porque es una regla inquebrantable en la contabilidad internacional: se sabe que la suma de todo el déficit del mundo debe dar igual a la suma de todos los superávit del mundo.

A pesar de todo, déficit comerciales abultados pueden ser problemáticos porque implican que un país deberá endeudarse año tras año.

Bancarrota y riesgo moral

La forma en la que el FMI maneja las bancarrotas constituye un campo adicional donde el enfoque de la institución rebosa de incoherencias intelectuales.

En el sistema económico de mercado estándar, si un prestamista efectúa un mal préstamo, es él quién corre con las consecuencias pero, en vez de ello, los programas del FMI aportan dinero precisamente para salvar a dichos prestamistas occidentales. Es así como estos prestamistas, anticipando que el FMI acudirá a rescatarlos, no reparan o tienen incentivos debilitados para garantizar que los deudores serán capaces de pagar. Es éste el conocido e infame problema del "riesgo moral". Esto fue, entonces, lo que ocurrió con Rusia poco después del estallido de la crisis económica.

Ahora bien, y dejando de lado los problemas que trae consigo la suba de los tipos de interés o el fortalecimiento del tipo de cambio, las intervenciones del FMI fueron y son desmedidas. Entonces, esto lleva a que las empresas no tengan intereses en contratar un seguro contra el colapso del cambio, lo que resulta perjudicial porque la devaluación, tarde o temprano, llega. En conclusión, miles de empresas más deben declarase en banca rota.

Del rescate al rescate compartido

A medida

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