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Pierce Icono Indice Simbolo


Enviado por   •  15 de Septiembre de 2021  •  Apuntes  •  8.361 Palabras (34 Páginas)  •  254 Visitas

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Charles Sanders Peirce

La ciencia de la semiótica

Ediciones Nueva ViSión

Buenos Aires

Icono, Índice y Símbolo

§ 1.  lconos e Hipoiconos

  1. Un Signo, o Representamen, es un Primero que está en tal relación triádica genuina con un Segundo, Ilamado Obieto, como para ser capaz de determinar a un tercero, Ilamado su lnterpre- tante, a asumir con su Objeto la misma relación triádica en la que él está con el mismo objeto. La relación triádica es genuina, vale decir, sus tres miembros están ligados entre si de modo tal que no se trata de un complejo de relaciones diádicas.   Esta es la razón por la cual el lnterpretante, o Tercero, no puede estar en una mera relación diádica con el Objeto, sino que debe estar en tal relación con él que sea como la relación que tiene el Repre- sentamen mismo. Pero la relación triádica en la cual se encuen- tra el Tercero no puede ser solamente similar a aquella en la que se encuentra el Primero, porque esto convertiría a la relación del Tercero con el Primero en una mera Segundidad degenerada. Vale decir, el Tercero debe tener la relación mencionada y, por lo tanto. debe ser capaz de establecer otro Tercero que le sea propio; pero, además, debe tener una segunda relación triádica, en la cual el Re- presentamen o mejor dicho la relación del Representamen con su Objeto, sea el Objeto suyo (el del Tercero), y debe ser ca- paz de determinar a un Tercero a esta relación. Todo esto también debe ser igualmente cierto acerca de los terceros del Tercero, y así sucesivamente, en una sucesión infinita.   Esto, y aún más, está involucrado en la idea de Signo que nos es fami- liar; y, tal como utilizamos acá el término Representamen, no se involucra nada más. Un Signo es un Representamen con un Inter- pretante mental. Es posible que haya Representámenes que no sean Signos. Así, si un girasol, al girar en dirección al sol, se vuelve por este mismo acto totalmente capaz, sin otra condición

US El recopi lador de las obras de Pei rce aclara que los párrafos numerados 274•7, 283-4. 292-4. son de Sy//a6us, c/rea 1902, aún no publicado, y que 278-90 son de That Caihegorlcal and Hipothatic8l Pzoposi tions are One in Essence•, wit/i Some GoiJnecled Matters, cIrca 1895; y, ademés , que loe párrafos numerados 281, 285, 29?’-202 son del Cap ítu lo 2 de 7Ae Arf of Reasoning. circe 1895, mientr as que 282, 286-91 y 295-6 son de 7/ie Short Logic, circa 1893 (Nota de A. S.).

ulterior, de reproducir un girasol que gira de manera exactamente similar hacia el sol, guardando el último el mismo poder repro- ductor, el girasol se convertirá en un Representamen del sol. Pero es el  pensamiento  el modo de  representación  primordial,  si no es el único.

  1. ... La (división de signos) fundamental es la que los clasi- fica en Iconos, índices y Símbolos. Vale decir, a pesar de que ningún Representamen funciona realmente como tal hasta que no determina realmente a un Interpretante. sin embargo se convierte en un Representamen tan pronto como es plenamente capaz de hacerlo: y su Cualidad representativa no depende necesariamen- te de que siempre determine realmente a un lnterpretante ni aun de que tenga realmente un Objeto.

  1. Un icono es un Representamen cuya Cualidad Representati- va es una Primeridad de él en tanto Primero.  Esto es, una cuali- dad que el Ícono posee en tanto cosa lo vuelve apto para ser un Representamen. Así, cualquier cosa es apta para ser un Sustituto de otra cosa a la que es similar. (La concepción de "sustituto" in- volucra la de intencionalidad y, por lo tanto, de Terceridad genui- na.) Ya veremos si es posible que haya otras clases de sustitutos. Un Representamen por Primeridad nada más solamente puede te- ner un Objeto similiar. Así, un Signo por Contraste denota a su ob- jeto únicamente  en virtud de un contraste, o Segundidad,  entre dos cualidades. Un Signo por Primeridad es una imagen de su objeto y, para expresarlo más estrictamente. sélo puede ser una idea, porque debe producir una idea Tnterpretante: y un objeto externo provoca una idea mediante una reacción sobre el cerebro. Para decirlo con el mayor rigor, es imposible que aun una idea sea un (cono, excepto en el sentido de una posibilidad, o Primeridad. Una posibilidad singular es un Icono únicamente en virtud de su cualidad; y su objeto solamente  puede ser una Primeridad.  Pero un signo puede ser irónico, es decir, puede representar a su  ob- jeto predominantemente por s« similaridad,  con prescindencia de de su modo de ser. Si fuera necesario designarlo con un sustan- tivo, un representamen icónico podría llamarse hiPoicono. Cual• quiera imagen material, tal como un cuadro de un pintor, es am- pliamente convencional en su modo de representación; pero con- siderada en sí misma, sin necesidad de etiqueta o designacion alguna, podría ser denominada un hipoicono.
  1. Los hipoíconos pueden ser clasificados   a grandes rasgos de acuerdo con el modo de Primeridad que comparten. Aquellos que comparten cualidades simples, o Primeras Primeridades, son,

imágenes,- los que representan las relaciones, primordialmente diádicas, o consideradas como tales, de las partes de algo por medio de relaciones análogas entre sus propias partes, son dia- gramas,- aquellos que representan el carácter representativo de un representamen representando un paralelismo en alguna otra cosa, son metáforas.

  1. La única manera de comunicar una idea directamente es mediante un ícono; y todas las maneras indirectas de hacerlo de- ben depender, para ser establecidas, del uso de un ícono. Conse- cuentemente, toda aserción debe contener un ícono o un conjunto de iconos, o de lo contrario debe contener signos cuyo significado sólo pueda explicarse mediante íconos. La idea que el conjunto de iconos (o el equivalente del conjunto de iconos) contenido en una aserción efectivamente significa puede denominarse el pre- dicado de la aserción.

  1. Volviendo ahora al terreno de los hechos retõricos, la exis- tencia de representaciones tales como los íconos es un hecho completamente conocido.   Cualquier pintura   (por   convencional que sea su método) es, esencialmente, una representación de esa clase. Lo mismo es válido para todo diagrama, aun cuando no hubiere parecido sensorial entre él y su objeto, y hubiera sola- mente una analogía entre las respectivas relaciones de las partes de cada uno. Los íconos en los que el parecido es acentuado me- diantes reglas convencionales merecen especial atenciõn.   Así, una fõrmula algebraica es un ícono, en virtud de las reglas de conmutatividad, distributividad y asociatividad de los símbolos. A primera vista podría parecer   una arbitrariedad   que se clasifique a una expresiõn algebraica como ícono, que tal vez podría ser clasificada igualmente, o mejor aún, como un signo convencional compuesto. Pero no es así; una gran propiedad diferencial del ícono es que, mediante su observación directa, pueden descubrir- se propiedades de su objeto diferentes de las estrictamente ne- cesarias para la construcción deI ícono. Así, mediante dos foto- grafias se puede Ilegar a dibujar un mapa, etcétera. Para poder deducir, a partir de un signo general o convencional, verdades concernientes a su objeto que no sean las que ese signo significa explícitamente, es necesario, en todos los casos, reemplazar ese signo por un ícono. Esta capacidad potencial para revelar verdades no previstas es, precisamente, la fuente de la utilidad de las fõr- mulas algebraicas, de modo que puede afirmarse que su carácter icónico es el básico y fundamental .
  1. Una de las verdades filosóficas que pone en evidencia la

lógica de Boole es que en todas las proposiciones gramaticales ordinarias  existen iconos  de clase algebraica, aunque generalmen- te sean muy simples. En todas las escri turas primitivas, tales  co- mo los jeroglíficos egipcios, hay iconos de clase no-lógica, los idcogramas. Es probable que en  las  formas  arcaicas  del habla haya habido un componente muy importante de mímica. Pero en todos los lenguajes conocidos, esas representaciones han sido reemplazadas por signos audibles convencionales.  Estos  últimos, sin embargo, son de tal naturaleza que sólo pueden ser explicados mediante iconos. Pero en Ia sintaxis de todo Ienguaje hay iconos logicos, de la clase que pueden ser auxiliados por reglas conven- cionales . .

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