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Precursores Y Pensadores De La Educación Inicial

gorditaguiarde9 de Febrero de 2014

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Precursores y Pensadores

De La Educación Inicial

Las acciones educativas en los primeros años de vida, deben estar dirigidas a estimular el desarrollo cognitivo, emocional, lenguaje, físico, motor, social, moral y sexual de los niños, de tal manera que no se pierda el espacio más relevante en la vida del ser humano. En este sentido, la educación inicial se convierte en un nivel educativo fundamental en lo que respecta al desarrollo de los niños y niñas, su atención no puede estar limita al cuidado y custodia, ni a la interacción del niño con los otros y con los materiales, debe centrase en la mediación de las capacidades cognitivas y en la estimulación de todas las áreas de desarrollo.

En el capítulo leído encontramos grandes precursores de la educación, ellos a través de diversos planteamientos y pensamientos, proponen metodologías para mejorar la Educación infantil. Ya que a partir de los siglos XVIII y XIX, se originó un mayor interés y preocupación de estos exponentes en mejorar la Educación para satisfacer las necesidades de los niños y niñas, considerando los principios básicos de cada uno de estos métodos propuestos, con la finalidad de desarrollar diferentes áreas en los educandos.

La educación de la primera infancia tiene sus antecedentes en la obra de algunos pensadores que reflejaron las primeras preocupaciones respecto a qué hacer con los niños en sus primeros años, ideas ligadas fundamentalmente a los nombres de Marco Quintiliano J. A. Comeniu, J. J. Rousseau y J. Pestalozzi; Quienes mediante sus ideas pedagógicas son consideradas modelos tradicionales, que se proponen lograr el aprendizaje mediante la transmisión de información. Los conceptos pedagógicos de estos pioneros en la educación de los niños, difieren entre sí en aspectos como la educación libre o la educación dirigida, la educación familiar o la educación social, los métodos de educación y enseñanza en las primeras edades, pero, sin embargo, todos subrayaron la enorme importancia que tiene la educación de los niños en las edades tempranas y su vinculación con su posterior aprendizaje y desarrollo.

El primero de ellos:

Marco Fabio Quintiliano

Nació en Calagurris (actual Calahorra), España, en el año 36 d.c. Fue educado los primeros años de su vida en España, para posteriormente continuar en Roma. Tras ejercer durante veinte años como abogado y profesor de retórica, se retiro para dedicarse a escribir. De este modo, sabemos que compuso sus doce libros de la “Instituciones Oratorias”. Quintiliano, como buen rétor, no es un autor que trate de esconder sus intenciones ni sus sentimientos tras un texto escrito en busca de una aparente objetividad. Mientras está trabajando en su obra, su hijo Quintiliano fallece, una desgracia que se une a la muerte reciente de su joven esposa y de su otro hijo de apenas cinco años. Todo esto nos lo relata él mismo, lamentándose de que, con la pérdida de su hijo, se le ha reproducido “la herida de la orfandad”. Su obra pasará a convertirse en la razón para seguir viviendo, en su consuelo al dolor sufrido; con ella ya no busca ningún provecho, sino que “todo este esfuerzo mira a las muchas utilidades de los otros”. En el proemio del libro I, Quintiliano nos habla sobre la primera infancia y la niñez; nuestro autor nos deja algunas claves que posteriormente desarrollará respecto a sus exigencias para la formación del orador perfecto: “no puede serlo si no es un hombre honrado, y por esto mismo no sólo exigimos de él la eximia dádiva del hablar, sino todas las virtudes del alma”

Por un lado, coincide con Isócrates al anteponer la excelencia de carácter a la habilidad de palabra y por otro, ya nos anuncia su exigencia al orador: una formación completa en diversas artes y ciencias. Quintiliano pensaba que para producir adultos jóvenes de buen carácter, la educación debía empezar a la edad de un año. Y su postura es muy positiva frente a la educación del hombre cuando plantea que nacido el hijo, el padre conciba las mayores las mayores esperanzas de él, pues así pondrán mayor esmero desde el principio. La educación siempre ha sido un asunto capital para la filosofía política.

En este caso, la propuesta de Quintiliano no se basará en reglas y fríos manuales. Según él, debemos estar atentos para que el maestro “no contemple la enseñanza como servicio, sino como signo de afecto. Así no desapareceremos entre la turba”. Su opinión es que el niño aprende a conocer el mundo por medio de la acción que se ejerce sobre él y agrega que conviene reparar que los niños son como “Vasijas de cuello estrecho” por ende hay que proporcionarles conocimientos gradualmente; por tanto las experiencias deben ser acordes a estas capacidades. Quintiliano recomendaba que las lecciones fueran lo más interesantes posibles y con ello, le brinda al juego un rol protagónico, tal como se recomienda hoy en día. Propiciaba la incorporación del juego en el proceso educativo porque esto, sin duda en algo más entretenido.

El rol del educador según nuestro autor, es de gran responsabilidad y muy exigente, no menos que la misión de los padres. Le exige al maestro un orden moral y ser “intachables”: le impone al educador la misión de hablar con frecuencia de las virtudes y enseñarlas a los jóvenes. Es contrario a los castigos, ya que en la escuela se debe crear un ambiente de alegría y esperanza. Quintiliano cree firmemente en las posibilidades ilimitadas de la educación y que esta puede brindarse aprovechando el poder de la naturaleza. Su idea es que le deben ir dando al niño oportunidad de desarrollar su ingenio porque cada uno puede aprender y si no lo hace puede ser a causa de la falta de aplicación, pero no de la capacidad, con lo cuál demuestra su gran confianza en las capacidades del ser humano.

El fin de su vida está señalado con una serie de dramas familiares: el mismo año de su retiro, 89, perdió a su mujer, que tenía 19 años; en el 90, a su hijo primogénito, que contaba cinco; en 95, al segundo, con diez. Murió probablemente poco antes del asesinato del emperador Domiciano, en el año 95.

Juan Amós Komenski

Komenski o Comenio nace en 1592 en Nivnice, perteneciente a la actual Republica de Checoslovaquia, es un humanista y psicólogo de orden Checo. Comenio estudió a los clásico latinos y griegos, estudió, también, la historia de los pueblos; se formó en la Universidad de Herborn y en la Universidad de Heidelberg, en esta última, sobresalió en los estudios de las ciencias naturales, que en esa época, giraban alrededor de la Teología. Interesado en la Ciencia, leyó el manuscrito de Copérnico "las revoluciones orbitales de los astros", en donde se establece como centro del sistema planetario al sol y no a la tierra. Se considera que de estos conocimientos, Comenio dedujo que el centro del sistema escolar no era el maestro, considerado así en ese entonces, sino el alumno. Nuestro autor, fue teólogo, filósofo y pedagogo checoslovaco; como teólogo fue protestante, partidario del panteísmo, luchó contra la Iglesia católica; como filósofo fue humanista y como pedagogo realista. Su formación intelectual le ayudó a constituir una nueva visión para educar a la juventud. Debido a que Comenio fue víctima de la Guerra de Treinta Años pensó que la educación era un medio importante para mejorar la comprensión entre los pueblos.

Comenio no buscaba el lucimiento personal sino la eficaz transmisión de unas enseñanzas y anhelos. Se presenta como un hombrecillo, cuyos florecientes años de juventud pasaron en las vaciedades escolásticas, y que considera que fue un tiempo perdido, ya que lo único que le proporcionaron las escuelas y academias fue "un ligero barniz literario”. Su pensamiento pedagógico postulaba que el aprendizaje “No se realiza a través de libros”, sino desde el cielo, la tierra y la naturaleza, así el niño va adquiriendo un pensamiento propio y la formación del hombre se hace más fácil, en la primera edad. La condición de todo nacido es que “Mientras está tierno, fácilmente se doble y conforma: si se endurece, resiste el intento”.

Comenio definió la educación como el arte de hacer germinar las semillas interiores que se desarrollan no por incubación sino cuando se estimulan con oportunas experiencias, suficientemente variadas y ricas y sentidas siempre como nuevas, incluso por quién la enseña. Concibe la educación como un sistema donde el niño y el sujeto del acto educativo en general es el centro de la atención.

Con el desarrollo de sus obras literarias y los pensamientos pedagógicos, Comenio logra un sitial importante en la educación mundial. Es precursor de la educación audiovisual y catalogado padre de la didáctica. Comenio es un místico y erudito que está preocupado por el método pedagógico. Ofrece un artificio universal, la "Didáctica Magna" que sirve para enseñar " basada en el arte de enseñar mediante un método intuitivo, dándole gran importancia a la lengua materna. Las ideas centrales de la didáctica Magna son:

- La educación debe cultivar tres cualidades: sabiduría, religiosidad y costumbres virtuosas. Las escuelas deben hacer lo que los padres no puedan realizar,

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