Que viva la musica mongola
joel557Ensayo13 de Septiembre de 2018
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Luego de terminar con la lectura del libro ¡Que viva la música! y teniendo un nivel de lectura que no va mas allá de lo normal, definiendo como normal los libros que comúnmente son incluidos dentro del plan curricular de cualquier establecimiento educativo , que generalmente tienen una narrativa muy simple y clara en sus ideas y que aparentemente están escritos para que cualquier persona los pueda leer, entender y sacar sus propias conclusiones , no se puede evitar el reflexionar acerca de la clase de panorama o moraleja por llamar de alguna forma a lo que plasmó el escritor Andrés Caicedo en su libro, si bien las criticas o análisis realizados al estilo narrativo del autor lo definen como un realista, no queda muy expuesto si lo que en realidad buscaba era profundizar a nivel sociológico en el declive de la comunidad caleña que se empezó a vivir en la época o si en realidad lo que Caicedo buscaba era dar a conocer un autorretrato que de alguna manera representara lo que él mismo estaba viviendo, ya sea en su repudio a la descomposición social o por ser fiel a la idea de no vivir mas allá de los veinticinco años, inquietud que se aviva al llegar al final de la obra y encontrar sus iníciales junto a la firma de la protagonista y quien narra su propia historia, María Del Carmen Huertas.
Se podría decir entonces que el texto propone una mirada general, a través de una propuesta narrativa que se consideró como diferente y poco usual, para ahondar en la particularidad general, que no es algo muy diferente a tomar una historia única, de un personaje diferente, para reflejar como se vive y como se termina si se es alguien que viaja con la corriente sin mucho interés por aparentar o mantener su posición dentro la llamada alta sociedad, caso particular que actualmente es muy común especialmente entre la juventud que lo tiene todo, pero que es olvidada por el mundo, como lo manifiesta la narradora en varias oportunidades “Ella fue hasta donde llega mi conocimiento, la primera del Nortecito que empezó esta vida, la primera que lo probó todo. Yo he sido la segunda.”, “Sé que soy pionera, exploradora única y algún día, a mi pesar, sacaré la teoría de que el libro miente, el cine agota, quémenlos ambos, no dejen sino música.”, era el inicio del nuevo rumbo que emprendería su generación tomando como punto de partida o excusa la pasión por la música de la época y por la diferentes corrientes que conlleva cada estilo musical y no solo su generación sino también muchas otras que habrían de venir y que aun hoy en día no dejan de pasar, por que aun en la actualidad no faltan quienes quieren experimentar nuevas sensaciones y teniéndolo todo, lo dejan para conocer el mundo, para perderse de la sociedad y vida vacía en la que deambulan.
El lector de la obra podría tomar dos posiciones con relación a la temática planteada, la primera podría ser de reflexión y de concientización de la problemática y el “abandono” en el que se encuentra la juventud, la forma en que el día a día se vuelve cada vez más dramático cuando se vive en un mundo donde todos pueden pasar, pero a nadie se le es permitido quedarse, un mundo en decadencia, de drogas y de vida fácil, y dejando a un lado el autorretrato de los últimos momentos de vida de Caicedo, la segunda forma en que según este lector podría interpretar el texto seria, relacionando cualquier tipo de expresión musical con el mundo de las drogas, la delincuencia, la prostitución y cualquier clase de vicio que se le pudiera atribuir a escuchar cierto tipo de música, a vivir de rumba, a frecuentar sitios y personas relacionadas o amantes apasionados de las melodías con la que sienten que hacen mas llevadero el diario transcurrir.
Si sobre el libro se toma una actitud reflexiva, el lector podría encontrar varios puntos a favor del escritor, partiendo del hecho como la protagonista es expuesta
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