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RESUMEN DEL LIBRO EL MONSTRUO DE LOS ANDES


Enviado por   •  29 de Mayo de 2020  •  Apuntes  •  12.496 Palabras (50 Páginas)  •  874 Visitas

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RESUMEN DEL LIBRO

EL MONSTRUO DE LOS ANDES

Esta historia empieza con el ver que atraes del tiempo, por más de grandes bellezas, riquezas y virtudes que tiene este lindo país, ha existido personajes nefastos y desagradables, los cuales se han encargado de aterrorizar, amedrentar y producir maldad a la sociedad, como lo es en este caso de Pedro Alonso López, el cual es el protagonista de una historia que para muchos es de las más desagradables que haya existido y por este motivo tal vez ha sido olvidada.

La captura de un monstruo: revelaciones y sorpresas

Esta actividad era algo grande, ya que se efectuaba en el viejo continente y países musulmanes, y para este entonces este delito estaba en auge por lo cual llegaran a concluir que de eso se trataba, aun sabiendo que parecía más una historia o mito que realidad. Por lo alarmante de la situación se ordenó vigilar absolutamente todo, mientras buscaban en pensiones de mala muerta la identificación de algunas de las adolescentes desaparecidas, y así mismo poder desmantelar la organización. Con el paso del tiempo siguió sucediendo lo mismo, no encontraban ninguna prueba, ninguna captura y lo más destacado ningún testigo, pareciera que se tratara de algo sobrenatural y así seguía la desaparición de las adolescentes. Precisamente en este lugar a mediados de marzo del mismo año todo empezó a coger forma, pues un hombre sospechoso de contextura delgada se acercó a la niña María de solo 10 años, la niña atemorizada por este hombre alerto a la mama.

La madre Carlina Poveda estaba siempre cerca a ella, pues le preocupaba su hija por los casos que sucedía, a ver la alerta de la hija grito a todos sus compañeras de mercado, lo que sorprendía era el aspecto del hombre, pues siempre el pensamiento fue en alguien elegante y no in indigente pues la hipótesis era de alguien que vendía órganos, o trata de blancas, el hombre intentó escapar pero ante la multitud de gente lo opción que tubo fue lanzarse al piso y protegerse el rostro. La policía al llegar al lugar protegió el señor, pues por todo lo que sucedía era normal los linchamientos a personas como estas, lo retiraron y estaban convencidos de que era alguien mas un pobre diablo que divulgaba información, lo que no sabían era que estaban frente a uno de los mayores criminales de la historia. El hombre lo único que decía era lo inocente que era, y pedía que lo liberaran, ante la presencia de un indigente los policías empezaron hacer un interrogatorio que no tenía nada que ver con la búsqueda de un hombre que raptara adolescentes, el hombre sonreía y al ver que la inocencia de los policías respondió con seguridad lo que le preguntaron, desde cómo se alimentaba hasta dijo que era colombiano y no ecuatoriano que su nombre era Pedro Alonso López. Un joven teniente decidido interrogarlo de otra forma, hasta tal punto que lo culpo de pertenecer a la organización que desaparecía adolescentes, lo golpe y lo humillo del tal forma que confesara algo, pero no su capitán Pastor Córdoba lo detuvo puesto que no era la mejor opción para sacar información.

Las horas pasaban en la comisaria, hasta encerrar a López tras las rejas, mientras una generosa acción del capitán Córdoba le interrumpió la tranquilidad del detenido, llevándole un plato de comida y un paquete de cigarrillos, al ver eso, apareció una sonrisa en la cara de López, de esta manera, el capitán Córdoba quería entablar una clase de relación cercana con el sospechoso, con el objetivo de sacarle información suficiente, a cerca del caso que estaba llevando. Esta clase de estrategia, empezaba con preguntas personales, acerca de su salud y sus sentimientos, dándole a entender que tenía un amigo en quien confiar, al pasar un lapso de tiempo, el capitán decidió tocar el tema de las niñas desaparecidas, sobre la trata de blancas, y noto que López al escuchar esa frase «trata de blancas», perdió la timidez y se volvió arrogante y con voz de firmeza dijo, «Las niñas no estaban en ninguna organización, sino de un ser especial», al escuchar la indignante respuesta, Córdoba quedo sin palabras, cuestionándose como qué clase de persona se estaba enfrentando. El capitán decidió salir de dudas y decirle a Lopez, que lo guiara a unos de los lugares que ataco a unas de sus víctimas, sin dudarlo dos veces, Lopez inclino la cabeza, al instante, una de las patrullas se preparó a la búsqueda de uno de los cuerpos. El primer lugar donde los guio Lopez, fue a las fueras de la ciudad, llevándolos a un sitio de varias horas, al llegar al punto exacto de la escena, Lopez interrumpió y con actitud de felicidad, dijo «Aquí es, aquí esta unas de mis muñecas», al instante, confirmaron que todo lo que decía era verdad, al ver el cuerpo de forma antinatural y sus prendas esparcidas, los policías tuvieron que contener la respiración y la rabia que sentían.

Inmediatamente, llevaron el cuerpo hasta la oficina de los forenses, concluyendo que Lopez había sido el protagonista de la mayor serie de desapariciones en la historia ecuatoriana. La noticia llego hasta el presidente, ordenando que llevaran a Lopez a todos los sitios donde masacro a sus víctimas, así mismo, le avisaron a los padres de la víctima llamada Ivanona Jacome, al llegar, los padres reconocieron las prendas de su hija, mientras que Lopez detallaba el suceso. El capitán Córdoba al ver el primer resulto, decidió enlazar una amistad más fuerte con Lopez, llevándole sus platos favoritos, pasando tiempo con él, mientras que todo era grabado, entre tanta conversación, el capitán le pregunta ¿Cuántas niñas haz asesinado?, a lo que Lopez respondió, «Más de doscientas niñas en Ecuador, algunas decenas en Perú, y muchas más en Colombia». Al escuchar lo que le decía, otra vez volvieron las dudas, porque es normal que hayan asesinos que añadan más asesinatos de lo que hayan hechos, como en el caso de Henry Lee Lucas, el mayor asesino serial de EEUU, asesinando más de mil personas, este hombre se crio en medio de una familia desordenada, llegando al punto de matar a su propia madre y luego abusarla sexualmente.

Relacionándolo con la teoría de Freud, complejo de Edipo, se refiere a la atracción pre-sexual, que siente un niño por su madre. Sin embargo, con el caso de Lopez, la ausencia del padre y la mala identificación con su madre, hacía que sintiera deseo sexual, hacia la violencia, la destrucción y el odio. El monstruo de los Andes a diferencia de Henry Lee Lucas, se le comprobaron sus crímenes y su imagen empezó a circular en toda la prensa donde lo señalaban de ser el responsable de las desapariciones que desataron a Ecuador en los últimos meses. Al conocer la historia los padres de las niñas se llenaron de dolor y odio.

El inconformismo se esparcía por las calles y las autoridades se encargaban de conseguir la mayor cantidad de cuerpos, entretanto López gozaba de ser el centro de atención y se regocijaba leyendo los titulares de prensa. El capitán Córdoba intensifico las visitas al calabozo y el monstruo le comunico que estaría dispuesto a llevarlo al lugar donde tenía guardadas a sus «muñequitas», las autoridades se prepararon para la búsqueda y se sorprendieron cuando el homicida les dijo que no había que ir tan lejos, que estaban a unas pocas cuadras, por lo cual quedaron congelados ya que el asesino había actuado en frente de sus narices. Llegaron a un puente que cruzaba el rio Ambato y les dijo a las autoridades «aquí es», en este lugar también se hicieron presente los familiares de las niñas desaparecidas. López dirigió a los investigadores a un montículo de piedras y periódicos amarillentos.

Un par de agentes removieron las piedras y con ellas los restos de una niña. Córdoba dio la orden de apartar al monstruo para evitar un linchamiento, mientras los médicos se encargaban del levantamiento del cadáver. Estando en la patrulla Pedro Alonso López confeso los detalles de su crimen. Días antes había estado buscando algo de comer y un lugar donde dormir cuando se encontró con la niña la cual vendía periódicos, le compro un diario y fingió estar perdido, seguidamente le ofreció una suma de dinero para que le sirviera de guía.

López engañó a la niña haciéndola descender debajo del puente, luego la golpeo y la violo, la niña quedo semiconsciente, pero López necesitaba verla morir le propino unas cachetadas le beso la frente y las mejillas y empezó a estrangularla sin dejar de verla a los ojos, luego la estrecho contra su cuerpo hasta morir. Tan solo unas horas después se encontraba en la carretera en búsqueda de más víctimas. El capitán Córdoba trataba de contener sus sentimientos de odio y rabia contra el monstruo de los andes, mientras este sonreía viendo el paisaje y los conducía por los caminos que conectaban a los alrededores de Ambato. López mandó que detuvieran el vehículo en medio de una colina y emocionado dijo «sigamos por acá. »

Uno de los hombres rompió el candado y al entrar observaron el cadáver de la niña en el suelo, desnuda y en estado de putrefacción. Córdoba ordenó que se dispusieran los medios para trasladar el cuerpo a la ciudad y pidió sacar al criminal del lugar. Días después el monstruo de los Andes relataría los detalles del homicidio. En su relato confesó que se encontraba caminando por una calle de esa ciudad cuando se encontró con una niña morena y le pregunto dónde estaban sus padres, a lo que la niña le respondió que se encontraban en una tienda cerca de allí, al darse cuenta que la niña era amigable y confiada, fingió nuevamente estar perdido y le ofreció dinero para que lo guiara a la terminal de transportes, a lo cual la niña accedió y sin darse cuenta se sentó en un bus camino a Quito con el asesino, López la hizo descender en un terreno solitario y la hizo caminar durante horas para que estuviera fatigada y no tuviera fuerzas para defenderse.

López encontró una casa abandonada y convenció a la niña de entrar por un agujero abierto en el cielo raso. Luego la golpeó, y la violó durante al menos doce horas, la niña se desmayaba y López la revivía, cuando se levantaba volvía a violarla y la estrangulaba viéndola a los ojos. Durmió abrazado al cuerpo y huyó del lugar durante los primeros rayos de sol. En la comisaria de Ambato se improvisó una pequeña morgue donde llevaban a las niñas, las cuales eran reconocidas por sus familiares por su edad, su ropa o algunos detalles como accesorios.

Más de una docena de periodistas esperaban en un salón al mayor asesino serial de la historia. Escoltado por dos agentes apareció el monstruo quien sonreía como si acabara de ganar el premio Nobel. Las respuestas de López fueron perturbadoras, cuando le preguntaron por qué las mataba, el respondió «Yo no he matado a nadie, yo soy un enviado de un ser superior para salvar a las niñas de tanto sufrimiento y pobreza, cuando veo a una niña desgraciada en la calle la llevo a descansar». Al preguntar por el número de víctimas que había asaltado, respondió «Muchas, no sé exactamente el número, pero mi labor ha sido dura en Ecuador, donde son por los menos doscientas, en Perú como cincuenta y en Colombia, muchas más, porque es mi patria».

Además de esto no debemos dejar atrás un hecho que caracterizo a este individuo, algo que sorprendió totalmente a la comunidad ecuatoriana es que el señor López no tenía ningún tipo de piedad frente a sus víctimas, ya que nos trata de mostrar una tendencia sádica, teniendo en cuenta que este señor no solo ataco a sus víctimas sino que también las torturo, y en el momento preciso en que iban a dejar de respirar las soltaba para que pidieran clemencia por su vida y lo único que hacia después era propinarles más y más golpes hasta causarles su muerte. Esa emoción que siente en ese momento de poder tener la calidad y el control de la situación expresa que para él no tiene precio y esto es lo que busca con sus demás víctimas. Cada una de estas actuaciones protagonizadas por el señor López nos sirve y nos da a entender el pensamiento de un psicópata, su obsesión por observar la muerte en los ojos de sus víctimas es una característica más de su necesidad de ejercer control sobre el mundo, de tener la potestad de destruir y experimentar una sensación de omnipotencia. En 1986, el periodista se encontraba celebrando en un restaurante cuando un hombre conocido como el Pozzeto, se levantó de la mesa, empezó a disparar, mato a dicho periodista y 28 personas más que se encontraban en el lugar.

Como crear un monstruo. Pedro Alonso López nació el 8 de octubre de 1948 en la población de Santa Isabel, Tolima. Nació el mismo año en que el líder Jorge Eliecer Gaitán fue asesinado, en una de las épocas más violentas que ha vivido Colombia. Estando en casa de su madre sufrió ataques nerviosos, por lo que estuvo postrada en una cama durante semanas.

Poco tiempo después nació Pedro Alonso López, un niño sano y saludable. Según doña Bernilda López, después del nacimiento de Pedro Alonso conoció a un hombre con quien se casó y creo un nuevo hogar. De este matrimonio nacieron nuevos hijos que junto con Pedro compartieron un hogar lleno de pobreza. Cuando Pedro Alonso cumplió 4 años de edad, su mama le informo que su verdadero padre había sido asesinado antes de su nacimiento.

Su madre estaba muy preocupada, pues su hijo había desaparecido sin ningún rastro, recorrió todo el pueblo buscándolo. Algunos decían que lo habían visto subirse a un bus hacia Ibagué con un extraño, otros decían que estaba escondido en la casa de un vecino cuando en realidad había huido a pie hacia Bogotá. En otra de sus confesiones relato como fue adoptado por una pareja de zorreros en Bogotá, con ellos aprendió a manejar la zorra donde cargaba a cualquier niña que le gustara, a quien luego violaba y arrojaba malherida en algún lugar en las afueras de la ciudad. En 1966, Bernilda López se encontraba dedicada a las labores del hogar cuando de repente un vecino fue a su vivienda para informarle que su hijo había regresado.

Sin mayor explicación, el joven se instaló en la casa convirtiéndose en un problema para la familia, tratando con desprecio a su madre, reprochándole haberse casado otra vez y haber traído más hijos al mundo. Las agresiones llegaron a un extremo cuando Bernilda lo descubrió intentando abusar de su hermana menor, razón por la cual lo saco a golpes de la casa. Doña Bernilda recuerda que su hijo solo atacaba a sus hermanas menores ignorando a las demás, lo que demuestra que para esa época ya estaban presentes sus orientaciones pedófilas en su personalidad. Tres años después, Pedro Alonso fue capturado por hurto calificado y condenado a siete años de cárcel.

Después de esto, López planeo su venganza. En 1978, un guardia entro a la celda del monstruo trayendo una boleta judicial anunciando que desde ese momento se encontraba en libertad. Recogió sus pertenencias y se alejó por el sur de la ciudad recorriendo los barrios de las localidades de San Cristóbal y Usme. En medio de sus delirios, buscaba a su amiga dela infancia, soñando con encontrarla y asesinar al hombre que la robo.

Un par de días después, se encontró con una niña de unos diez años, se le acerco, charlo con ella y luego la ataco con todas sus fuerzas. La niña lloraba y el monstruo le rodeo el cuello con las manos hasta que la niña dejo de respirar. De esta manera, Pedro Alonso López cometió el primero de sus incontables asesinatos. «Por primera vez mi cuerpo de lleno de felicidad», comento al relatar lo que había sentido después de cometer su primer homicidio.

Tras experimentar estas sensaciones, se transformó en un adicto a la muerte, sentía una profunda ansiedad que solo desaparecía luego de violar y asesinar. Se dedicó a viajar hacia el sur del país dejando a su paso un rastro de muerte. Desde Bogotá llego a El Espinal, luego se encamino a Neiva y a pie o en camiones recorrió la ruta que atraviesa la cordillera Oriental y que lleva de La Plata a Popayán. En cada lugar asesinaba al menos una niña al mes.

Debido a esto los peruanos cuidaban muy bien de sus hijas sin embargo un día Alfonso fue sacado del país por un grupo de policías ya que este se encontraba como inmigrante ilegal, así que procedió a dejarlo y volver a ecuador sin embargo el mismo confeso que su paso por Perú no fue indemne ya que habría dejado al menos unas 12 niñas asesinadas. Cuando este regreso a ecuador su sed de sangre aumento considerablemente llegando a cometer numerosos asesinatos, creando una gran alarma en Ambato, Pero este fue frenado por unas comerciantes sin embargo la historia continuaba ya que este quedo libre varias décadas después en Bogotá debido a que fue declarado mentalmente sano. Mucha empresa de periodismo les daba sus periódicos para que este accediera a darles una entrevista, pero estos se sorprendían de la frialdad además de su elocuencia llegando a inventar una historia donde decía que él no era el asesino si no un tal Jorge Patiño, este afirmaba que, si las violaba, pero el sujeto era el que las asesinaba diciendo que si este lo delataba él lo asesinaría, por esta razón él decía colaborar con la policía ya que conocía los sitios debido a la historia que se inventó. Sin embargo, su corta condena llegaba a su fin, aunque muchos abogados exigían que lo reprendieran con mayor severidad y otros muchos padres de familia estaban en las calles pidiendo cadena perpetua.

Pero un juez de ecuador ordeno de inmediato su captura diciendo que este no podría estar en su país ya que era un indocumentado ordenando a que este fuera deportado a Colombia. Pero pese a su traslado de más de 5 horas y las autoridades colombianas conociendo lo peligrosa que esta persona era, no pudieron hacer nada ya que no se encontraban órdenes judiciales en su contra, así que este fue llevado a un hotel esperando alguna denuncia. Varios días después este tuvo que ir a un pueblito donde tenía que ser juzgado, pero había tanta gente afuera esperándolo con palos y piedras que tuvieron que ir a Bogotá donde decidieron hacerles unos exámenes médicos y mentales, pero este se negaba pidiendo su libertad, tiempo después volvió al pueblito donde debía ser juzgado pero la muchedumbre ya no estaba y en medio del juicio solo se encontraba una señora diciendo que varios años atrás su niña se había ido con un desconocido y que ella supo al verlo por televisión que él era responsable de tal crimen ya que tenía similitudes con otras víctimas en ecuador. Así que este fue acusado en 1994 para su posterior liberación en 1998 bajo el dictamen de curado, con la condición de que se presentara al psicólogo con regularidad, Alfonso desapareció sin dejar rastro tanto fue el miedo que comenzó a correr en ecuador que muchos daban noticias de que fue visto por ciertas zonas, pero ninguna podía ser confirmada, exceptuando una la cual dice que fue visto pidiendo su herencia, a lo cual el recibió unos billetes de baja denominación y una cama la cual el desbarato y se llevó con cierta dificultad para desaparecer de nuevo.

Muchos dicen que sigue viviendo en la indigencia, otros que vive en Bogotá y algunos más que fue asesinado por encargo de las familias afectadas, pero a lo cual hoy en día no hay un documento oficial declarando su muerte, todo esto afirmando la ineficacia de la justicia en los países andinos y el peligro hacia la infancia en Colombia ya que estos asesinos nunca se curan, solamente paran sus asesinatos por que no tienen victimas a las cuales acudir a saciar sus deseos enfermos.

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