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Resumen Libro Verde


Enviado por   •  18 de Enero de 2012  •  2.147 Palabras (9 Páginas)  •  4.338 Visitas

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El Libro Verde

“Hacia una estrategia europea de seguridad del abastecimiento energético”

El libro verde es un ejemplo que nos habla sobre la responsabilidad social, en este caso, en la unión Europea, pero primero debemos saber que por responsabilidad social se entiende que es una manera responsable de actuar, lo cual se ve reflejado en la acciones de una sociedad, ya que no debe perjudicar a los demás elementos del alrededor, en este caso del libro verde se busca proteger y garantizar el uso sostenible de los recursos; restringir la producción y el comercio de productos y sustancias inherentemente perjudícales y nocivas para la salud; ya que se quiere proteger a la comunidad europea y a que en unos años mas sigan contando con sus recursos gracias al buen uso sostenible que se les dé a estos.

Mientras que, La Unión Europea es un actor de peso en el mercado internacional de los productos energéticos (segundo consumidor mundial y primer importador).

La Unión Europea consume cada vez más energía e importa cada vez más productos energéticos. La producción comunitaria es insuficiente para cubrir las necesidades energéticas de la Unión. Así, la dependencia energética exterior no cesa de aumentar.

La estrategia de seguridad del abastecimiento energético de la Unión Europea a largo plazo debe tratar de asegurar, por el bienestar de los ciudadanos y el buen funcionamiento de la economía, la disponibilidad física y continuada de productos energéticos en el mercado a un precio accesible para todos los consumidores (particulares e industriales), dentro del respeto de las exigencias ambientales y en la perspectiva de desarrollo sostenible

La seguridad del abastecimiento no pretende maximizar la autonomía energética o minimizar la dependencia, sino reducir los riesgos derivados de esta última. Entre los objetivos por alcanzar figuran el equilibrio y la diversificación de las fuentes de abastecimiento (por productos y por regiones geográficas) y la adhesión de los países productores a la Organización Mundial del Comercio.

En el presente Libro Verde se presenta el esbozo de una estrategia energética a largo plazo, según la cual:

— La Unión debe reequilibrar la política de la oferta a través de acciones claras a favor de una política de demanda. En efecto, los márgenes de maniobra para un aumento de la oferta comunitaria son pequeños a la vista de las necesidades, y parecen más prometedores del lado dela demanda.

Con respecto a la demanda, el Libro Verde preconiza un auténtico cambio de hábitos de los consumidores y pone de manifiesto el interés del instrumento fiscal para orientar la demanda hacia consumos más controlados y respetuosos con el medio ambiente. Se proponen gravámenes fiscales o parafiscales a fin de penalizar el impacto ambiental de las energías. Los sectores del transporte y de la construcción deberán ser objeto de una política activa de ahorro energético y de medidas de diversificación a favor de energías no contaminantes.

— Con respecto a la oferta, debe darse prioridad a la lucha contra el cambio climático. El desarrollo de las energías nuevas y renovables (incluidos los biocarburantes) es la clave del cambio. Duplicar su cuota del 6 % al 12 % en el balance energético y pasar del 14 % al 22 % para la producción de electricidad es un objetivo que debe alcanzarse de aquí al año 2010. En las condiciones actuales, se estancarían en torno al 7 % en 10 años. Sólo medidas financieras (ayudas estatales, desgravaciones fiscales, apoyo financiero) podrían respaldar un objetivo tan ambicioso. Entre las pistas que deben explorarse, podría estudiarse que las energías rentables (petróleo, gas, energía nuclear) financiasen el desarrollo de las energías renovables, que no se han beneficiado, como las energías convencionales, de apoyos sistemáticos.

Además, en el Libro Verde también se describen esos puntos débiles y se propone una reflexión sobre los distintos instrumentos utilizables. Y eso que las preocupaciones energéticas ya estaban presentes en los primeros pasos de la construcción europea.

Habrá que tomar decisiones difíciles sobre el futuro de la industria del carbón europea debido a su falta de competitividad. Por razones asociadas a la seguridad del abastecimiento energético, una vía por explorar podría ser la de preservar el acceso a determinadas reservas. A tal fin, cabría prever el mantenimiento de unas capacidades mínimas de producción carbonera previendo medidas sociales adecuadas. Esto garantizaría el mantenimiento del equipamiento y, por tanto, la continuidad y el buen funcionamiento de las minas seleccionadas. Así, podría mantenerse la posición privilegiada de la tecnología europea en materia de extracción y combustión limpia del carbón.

Los recursos comunitarios en energías primarias convencionales no permiten, en el estado actual de la tecnología, prever una autonomía energética para Europa. Sólo los recursos renovables de alta tecnología pueden limitar la tendencia hacia una dependencia cuantitativa energética creciente.

Si no se frena el aumento del consumo en los principales sectores de expansión, que son el transporte, los hogares y los servicios, la dependencia energética de la Unión seguirá aumentando. En efecto, la disponibilidad material en la Unión Europea, aunque se ha incrementado notablemente desde la primera crisis del petróleo gracias a las políticas de control de la demanda y de explotación de los recursos interiores registrará sin duda una disminución. El agotamiento de los recursos del Mar del Norte y un retroceso del sector nuclear más o menos marcado no harían más que reforzar el fenómeno a largo plazo. La Unión Europea, incluso tras la ampliación e incluyendo en ella a Noruega, seguirá teniendo una cuota de dependencia casi 20 puntos porcentuales superior (70 %) a la de hoy.

Mientras la Unión Europea no disponga de instrumentos que le permitan reducir la presión ejercida por el mercado internacional, esta situación seguirá siendo el talón de Aquiles de la economía europea, y sus posibilidades de influir adecuadamente en el diálogo a escala mundial serán reducidas. Como ha declarado el Presidente en ejercicio de la Unión Europea en el Consejo Europeo de Biarritz, el reciente aumento de los precios del petróleo ha hecho que los Estados miembros tomen conciencia de la necesidad de una respuesta coordinada en caso de crisis.

Los instrumentos comunitarios resultan insuficientes ante las tensiones del mercado de productos energéticos. Por ejemplo, no existe ningún poder de decisión centralizado

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