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Relato Toledo


Enviado por   •  16 de Noviembre de 2019  •  Trabajos  •  634 Palabras (3 Páginas)  •  153 Visitas

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Era la primera vez que la echaba de menos después de tres meses y no era precisamente porque añorara nada de ella sino porque también era la primera vez que le preguntaban donde se encontraba. Su recuerdo se le clavó dentro pero no era dolor ni pena, sólo sensación de vacío. Contestó de la manera más cortés y neutral que supo a los conocidos que le habían parado y continuó su camino por la calle Trinidad.

Tras estas sensaciones dudó en llamarla, sin embargo decidió que era mejor centrarse en completar lo que se disponía a hacer y acabar cuanto antes el último proyecto que le quedaba en Toledo.

Javier, su buen amigo y mejor consejero, le esperaba ya en la terraza del bar apurando su segunda caña.

-Jorgito, mira a ver si puedes llegar más tarde.

-Perdona, me he encontrado con una pareja que me ha ralentizado en todos los aspectos posibles, además sabes que nunca se me ha dado bien aparcar por el Casco. Te traigo el portfolio definitivo.

-Creo que deberías pensártelo dos veces, estás haciendo esto demasiado rápido y de una forma muy radical, todo es excesivasmente tremendista.

Jorge hizo como si no escuchara las palabras de su amigo y dejó la carpeta justo al lado de la caña ya agonizante a la vez que llamaba a la camarera y le pedía un café con hielo.

-Javi sabes que quiero acabar cuanto antes, mi último trabajo fue un fiasco y este tiene que ser un cambio total con respecto al anterior. Además se acerca el puñetero verano y no soportaré otros 3 meses de calor toledano. Nada me retiene aquí ya, pero lo echaré de menos.

-Eres un arquitecto cojonudo, pero nunca te has querido adaptar al entorno en el que te mueves y ahora te proponen un proyectazo y me sales con éstas.

-Tú mira lo que te doy y calla-. Le dijo mientras señalaba la carpeta.

Javier cogió la carpeta y sacó con desgana todos los papeles y documentos que contenía, se dispuso a contemplarlo con paciencia pero sin esperanza de poder aprobarlo, pero en seguida atisbó que su amigo jugaba con unas cartas diferentes a las esperadas.

-Pero esto es diferente a lo que me habías dicho, en un primer vistazo creo es muy bueno pero sigo pensando que seguirán sin aceptarlo. Esta ciudad sigue siendo muy cuadriculada para ciertas cosas, que nada se salga de lo establecido, tú mismo siempre dices que es demasiado conservador todo para ti.

-Lo sé y trabajar para Lisoss, la empresa que aquí maneja todo el cotarro es la demostración de que si no aprueban lo que hago es la clave que me demuestra que aquí no pinto nada.

-Jorge, sabes perfectamente que sí Raquel estuviese contigo, seguirías aquí.

-Tú mira todo el proyecto, preséntaselo al jefe y déjate de psicoanalizarme. Me voy ya, me apetece salir a correr un poco antes de que se haga de noche. Te dejo que me invites al café, como premio por la última frase que me has lanzado a la mandíbula.

Mientras volvía por el camino andado quince minutos antes, volvió a su cabeza la anterior idea de llamarla y esta vez no pudo reprimirse. Se decidió por perderse por las calles del casco sin rumbo fijado y a través del auricular empezó a escuchar los tonos de llamada. Su pulso se aceleraba y sentía un nudo en la garganta cada vez más grande a cada tono que oía.

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