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Responsabilidad Juvenil


Enviado por   •  9 de Diciembre de 2014  •  1.455 Palabras (6 Páginas)  •  191 Visitas

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Introducción: Todos tenemos responsabilidades, seamos niños, padres, jóvenes, ancianos no importa nuestra edad “todos tenemos responsabilidades” pero, para que un joven sea responsable esta debe de ser inculcada por los padres desde niños.

¿Qué significa ser responsable?

Ser responsable significa que sabe cumplir con las obligaciones del hogar, la escuela, la comunidad y claro que es capaz de responder a lo que hace. Si uno no sabe responder, entonces se hará irresponsable. La irresponsabilidad no está mal, simplemente significa que aún no sabe cómo responder ante una determinada situación.

“Cuando alguien responsable comete un error, lo reconoce, pide perdón y se esfuerza por corregir su falta.”

¿Qué es la responsabilidad?

La responsabilidad es una de las bases fundamentales en la realización de todo ser humano, y es una habilidad que se puede empezar a transmitir desde edad muy temprana. Si logramos que un pequeño vaya comprendiendo la importancia de ser responsable, entonces habremos sentado una base primordial en su desarrollo, y estaremos cooperando a futuro con un adulto maduro y consciente.

¿Por qué vale la pena ser un Joven responsable?

Las personas responsables saben usar bien su inteligencia y habilidades, y así se ganan el respeto de los demás. Si son jóvenes, es más probable que los mayores los traten como a adultos y les concedan más libertad claro como también disfrutan de un sentido de logro y satisfacción, lo cual fortalece su autoestima, además de que suelen ser amables y generosos lo cual les hace tener más probabilidades de hacer buenos amigos

Enseñando a ser responsable

Para enseñar la responsabilidad, basta con mostrarle que cada una de las cosas que hace tiene consecuencias, por ejemplo si alguien derrama un vaso de leche mientras desayuna, “no está mal” solo que ahora su responsabilidad es “tener que ir a buscar un trapo, limpiar la mesa y el suelo, hasta que quede todo limpio.”

Lo importante aquí es que observe el trabajo y el esfuerzo que hace, los cuales le estarán enseñando a hacerse responsable, es decir, a responder a lo que ha provocado.

Si, por otro lado, el vaso se rompió, es necesario entender “Que se tendrá que comprar otro vaso, porque el vaso cuesta y habrá que reponerlo.”

Todas estas consecuencias le darán una perspectiva a la persona de hasta donde pueden llegar sus actitudes, y sin duda, para la próxima vez, tendrá mucho más cuidado en la mesa.

Adultos y jóvenes irresponsables

Muchos adultos son irresponsables porque de pequeños no se les mostró de una forma amigable y objetiva la consecuencia de lo que hacían, y se les reprendió con dureza por lo que hacían. A los jóvenes, todavía se les suele reprender mucho, en lugar de hacerlos conscientes de lo que hacen y de recibir sus propias consecuencias no porque sea un •castigo", sino porque es una acción de consciencia y de registro de información.

Un joven que rompe los límites y que no “le importa nada”, es un joven que se rebela contra una autoridad que no ha sabido como transmitirle la responsabilidad. Lo mismo sucede con padres permisivos y consentidores, que permiten que su hijo haga lo que sea o padres que ponen castigos muy severos y luego ellos mismos los rompen porque a la mera hora. Mientras joven se sienta castigado, no sabrá lo que es ser responsable, porque sentirá que hay alguien que dirige su vida y le impone formas de ser. Es claro que a un joven no se le debe enseñar con castigos. Se le debe enseñar con la ley de “causa y efecto”, poner límites a un joven no consiste en decirle que se quedará sin celular una semana por haber sacado malas notas, significa hacer tratos conscientes con ellos, llegar a acuerdos razonables.

Pero, por otro lado si desea que un joven sea responsable como por ejemplo en llegar a casa a una hora determinada, no se le debe castigar cuando este no lo hace. Es necesario hacer acuerdos como “Te espero a las doce.” En caso de que llegue después, no es necesario levantarse y regañarlo o gritarle. No. Lo más efectivo es la actitud serena y firme. Qué tal: “Buenas noches, hijo. Siento que hayas decidido no salir la próxima vez. Mañana podemos hablar.”

Cuando el joven pida permiso para salir nuevamente, debe explicársele que el mismo rompió la regla y el acuerdo de llegar a una hora, y que ahora no podrá salir. El padre debe ser firme y sostener su palabra, incluso puede ser amigable y decirle: “Pero puedes leer un libro o ver una buena película esta noche”.

Obviamente si el joven o niño no está acostumbrado a este tipo de límites se desconcertará y quizá se rebelará o se enfadará mucho.

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