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TALLER DE LECTURA Y ESCRITURA


Enviado por   •  12 de Octubre de 2020  •  Exámen  •  1.931 Palabras (8 Páginas)  •  232 Visitas

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TALLER DE LECTURA Y ESCRITURA

GAITAN JESICA- 37049497

CS DE LA EDUCACIÓN-GRUPO A

 TURNO: NOCHE-AÑO 2020

PROFESOR: REBÓN MANUEL

TP 1: DOCUMENTO DE TRABAJO N º 5. ACTIVIDAD 12 (CLASE 6)

12. Situaciones de escritura

12.1. Agudas, graves y esdrújulas (consular el Anexo C: Normativa)

Escriba un texto compuesto por seis oraciones. En la primera oración deben predominar las palabras agudas, en la segunda oración las palabras graves y en la tercera, las esdrújulas. Luego, haga lo mismo con la cuarta, la quinta y la sexta.

Título: “Antes creía que nadar era hacer nada”.

Miré, pensé, observé la nada en el vacío de la habitación.

No encontraba manera y aunque trataba no entendía mi accionar.

Fueron inútiles, aunque espléndida las millonésimas posiciones y ángulos que intenté.

Hasta que la bocina de un camión se metió como ratón en mis oídos y así se encendió.

Lo fantástica y mágica que es nuestra lengua que era hasta sarcástico pensar que nadar era hacer nada.

12.2. Imagine un diálogo breve, tomando como referencia alguna de las

situaciones que el texto de Forn plantea. Selecciones quiénes intervendrán en la acción.

Diálogo entre Nadezhda y una compañera de la fábrica ubicada en una provincia perdida.

Compañera: – No nos conocemos mucho, pero hay algo que me intriga de ti.

Nadezhda: – Diría yo que no nos conocemos nada y así está bien.

Compañera: – No te preocupes, no te haré preguntas sobre tu vida ni por qué estás aquí.

Nadezhda: – No respondo ese tipo de preguntas, no te molestes.

Compañera: – Es que, en este inmenso silencio, escucho tus finas palabras todos los días. Me inquieta saber qué repites incesantemente.

Nadezhda: – Recito memoria, creando un hilo de palabras dulces que procuro jamás olvidar.

Compañera: – y... ¿tienen dedicatoria?

Nadezhda: – Sí, claro. Las dedico a mantenerme viva.

12.3. Complete el diálogo (exclusivamente los seis guiones)

—No creía que usted podía llegar tan temprano...

 Yo tampoco, pero tuve una noche de sueños raros y casi no dormí.

—Pensé que eso me pasaba sólo a mí.

Como verá a mí también. Por eso necesito un buen descanso.

—No quiero ser indiscreta, pero... ¿por qué hoy necesita una habitación doble?

Pues… tengo una visita y quiero que esté cómoda y a gusto.

—No hace falta, pero recuerde que el desayuno es a partir de las 7 a.m.

Sí lo sé. Aunque aún no decido si desayunaré.

—Tarjeta.

Sí, claro. Sírvase. Por favor necesito una habitación donde pueda relajarme.

—Le recomiendo el ala izquierda. No entra el sol y da al mar. En esa ala no permitimos niños.

Entonces en el ala izquierda. Gracias por la recomendación. ¿Hay toallas y batas blancas?

—Por supuesto, sobre la cama.

12.4. Compare ambos diálogos y analice las características que presenta la situación de escritura de cada uno. Descríbalas.

Los diálogos se dan claramente en situaciones distintas, el primero en un ámbito de tensión o suspenso y el segundo en uno de mayor confianza aparente. En ninguno de los dos se brinda demasiada información, pero el lector puede comprender y adentrarse en el hecho. En ambos diálogos los protagonistas buscan la tranquilidad, sin embargo, en el primero refiere a una tranquilidad mental y el segundo a una física. Además, se observa que en ambas conversaciones hay un “otro” atento y curioso por la vida ajena, con esa necesidad de preguntar indiscretamente para obtener información. Los textos permiten sacar conjeturas de todo tipo, sin embargo, el segundo pareciera que la historia finaliza al concluirse el diálogo y que en el segundo se apuntara al inicio de una historia de escape e invisibilidad.

12.5. Texto narrativo. Posibles situaciones de escritura (Fichas N° 11, 12, 15, 16, 21-23)

A. Escriba un texto narrativo en el que incorpore el diálogo elaborado por usted en el punto 12.3.

“Era un día agolpado de trabajo, tránsito, papeles y ya se apreciaba el calor en la ciudad de Buenos Aires. En la oficina sólo se escuchaban ruidos de teléfonos, faxes y pasos apurados.

Juan venía arrastrando días y días de trabajo abrumador y estaba anhelando que lleguen sus esperadas vacaciones, en tan sólo unas horas. Las cuales ya tenía planificadas en un hotel lujoso en Mar del Plata, porque le gusta el mar y manejar sin apuros.

Finalmente se hicieron las seis de la tarde, terminó su jornada y se despidió sonriente de sus colegas pues por quince días no los vería.

Manejó hasta su casa sorteando el mar de autos de la ciudad. Cuando llegó se puso cómodo y mientras tomaba unos mates, preparó su valija. Cuando terminó cenó algo rápido y se acostó a descansar para así poder emprender viaje a la mañana siguiente.

Debía presentarse en el hotel a las diez de la mañana, pero no le preocupaba mucho llegar a horario pues estaba de vacaciones y prefería disfrutar del viaje. Sin embargo, estas vacaciones eran distintas, a pesar de que el hotel era el mismo, el lugar era el mismo, la ruta era la misma, esta vez había invitado a compartir su estadía a una muchacha que hace tiempo no veía. Habían acordado encontrarse en el hotel.

Pero esa noche se volvió aterradora, cada vez que intentaba dormir lo atormentaban las pesadillas. Eran malos presentimientos, sensaciones escalofriantes asechaban su piel y lo hacían sudar. No logró pegar un ojo en toda la noche, sumado a la ansiedad que le provocaba la situación del reencuentro con la joven.

Entonces decidió emprender viaje por la ruta durante la madrugada. Manejó casi sin parar hasta llegar a Mar del Plata. Llegó al hotel a las seis de la mañana, estacionó su auto y se dirigió al mostrador, donde lo recibió la recepcionista de siempre, quién se sorprendió al verlo llegar tan cansado y tan temprano y le dijo:

...

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