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Una Esperanza


Enviado por   •  10 de Agosto de 2013  •  800 Palabras (4 Páginas)  •  236 Visitas

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Una esperanza árida

Se sabe que la esperanza es aquella posible solución en la que la humanidad deposita sus pensamientos, y cuando se habla de aridez nos referimos a algo inerte. Por lo tanto cuando unimos ambos conceptos concluimos que “esperanza árida”, se le llama a esa posibilidad a la que el ser humano ha cifrado su confianza, sin embargo, esta es vacía o se puede derruir poco a poco.

En el primer capítulo del libro “El Llano en llamas”, titulado “Nos han dado la tierra”, el autor mexicano Juan Rulfo, juega con el sentido de lo que es “una promesa”, transformándola irónicamente en un sarcasmo, pues los campesinos sostienen sus pensamientos en lo que realmente es una ilusión; a la que podemos llamar sin disidencia “una utopía”.

Al parecer, parte del campesino es exiguo en credibilidad o mejor dicho es escéptico ante lo es “la promesa”; sin embargo otra parte de él sigue esperando una posible solución quizás un tanto ingenua, la cual podría compararse a un débil y diminuto resplandor en medio de las oscuras tinieblas expuesto a un céfiro capaz de desaparecerla fácilmente, exactamente como dicho resplandor, es la esperanza a la que los campesinos se aferran.

En esa parte del campesino que es ingenua, ellos tratan de visualizar que no todo es color aciago o que su situación no es tan desesperada o mala, pero ¿Cuál era la visión que tenían de ese llano? ¿Qué era lo que contemplaban?; ¿Para qué tanta tierra estéril? “¿Quién haría este llano tan grande? ¿Para qué sirve eh?”, pero “Aquí no hay ni la tantita que necesitaría el viento para jugar a los remolinos”.

Pues bien, lo que poseen estos hombres sin duda alguna, es tan solo “un duro pellejo de vaca que se llama llano”, solamente una gran extensión de tierra infértil e inútil, que no posee absolutamente nada, ni siquiera se puede elucidar una señal de vida. Una tierra que no cumple con los objetivos de los campesinos. La única solución es que obtengan lo que tanto desean: el llano después del rio; pero por más que lo desean no les pertenece.

Los campesinos desilusionados van en busca del Señor Delegado a exigirle una explicación del llano infértil obtenido, pero ante esta famélica situación el Gobierno le es indiferente y se demuestra cuando el delegado exclama ante ellos “Es al latifundio al que tienen que atacar, no al Gobierno que les da la tierra”. Como resultado de la actitud del Delegado estos humildes hombres se resignan diciendo “No se puede, contra lo que no se puede”.

Claramente se resalta la hipocresía que tenía el Gobierno, al cometer gran injusticia con los campesinos que abdicaron a sus tierras, por las que el gobierno les prometía, las cuales se les hicieron creer que eran grandes extensiones de tierra, pero ocultaban el hecho de que estas eran áridas e inservibles.

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