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El problema socrático y la teoría de las Ideas

Martina NimcowiczResumen23 de Julio de 2019

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PLATÓN

1- El problema socrático y los elementos de la filosofía socrática en la Apología (interpretación de mínimos)

El problema socrático se caracteriza por la dificultad para distinguir la filosofía socrática, es decir, para reconstruir al Sócrates histórico del construido por las distintas fuentes.

Existen distintas fuentes como Aristófanes y otros poetas cómicos, que no hacen más que mostrarlo como un personaje cómico. El testimonio de Aristóteles es muy importante, aunque se basa en los diálogos de Platón, dado que se educó en la Academia treinta años después de la muerte de Sócrates.

Otro testimonio importante es el de Jenofonte, discípulo de Platón, pero permaneció fuera de la ciudad de Atenas durante el último período de la vida de Sócrates.

Por esta razón, Platón es la fuente más confiable para reconstruir la filosofía socrática.

Esto lleva a dos problemas para su interpretación.

Uno es el de la interpretación de máximos, que reconstruye a Sócrates mediante un intelectualismo, ya que la representación de Sócrates en Platón es rica en contenido intelectual.

Limitándose a los primeros ocho o diez diálogos en los que no aparece la Teoría de las Formas, que son los juveniles, y algunos de transición, como el Menón, y junto a evidencias paralelas de Jenofonte y Aristóteles, algunos eruditos como Guthrie, Mondolfo, Zeller, Vlastos, entre otros, afirman que es posible reconstruir su posición filosófica.

Esta posición afirma que la filosofía socrática se basa en que la virtud (areté) es un conocimiento y sabiduría, por lo que el entendimiento moral es suficiente para la acción virtuosa. Por eso, todas las virtudes son una misma, esto es, el conocimiento de lo bueno y lo malo, por lo tanto, nadie actúa mal voluntariamente, sino sólo por ignorancia. Esto declara que es imposible la akrasía, término que forma parte de la ética aristotélica, y supone el llevar algo a cabo aún sabiendo que está mal. Es decir, si uno obra mal es por ignorancia, es por un error intelectual.

Este examen intelectualista elimina el papel de la emoción como causa de la acción humana, y la importancia del conocimiento moral explica la misión refutadora de Sócrates, con el fin de hacer que sus interlocutores reconozcan su propia ignorancia, al igual que él lo hizo.

El cuidado del alma consistiría en reconocer la propia carencia de sabiduría. Pero el cuidado de sí socrático implica también una dimensión moral más positiva: hacer que la propia alma sea lo mejor posible, excluyendo la posibilidad de actuar de modo injusto.

La interpretación tradicional también incluye nociones de Aristóteles como la epagogé o inferencia inductiva por analogía a partir de casos universales, como la definición universal en tanto búsqueda de esencias.

El conflicto que plantea Kahn se basa en tres objeciones:

  1. Resulta inverosímil que un filósofo como Platón permanezca alrededor de doce años tras la muerte de Sócrates anclado en explicar la posición de su maestro.
  2. Los escritos de Platón constituyen un género de ficción imaginativa, por lo que no pueden tomarse como fidedignos documentos históricos.
  3. Es dudoso que los escritos de Aristóteles puedan ser tomados como una guía de confianza para las interpretaciones del Sócrates histórico, dado que llegó a la Academia en Atenas cuando tenía aproximadamente diecisiete años, y Platón alrededor de sesenta, por lo que Sócrates había muerto hacía más de treinta años. Es por esto que Aristóteles se basa principalmente en los escritos de Platón, y de Jenofonte.

La interpretación tradicional se basa en que la información histórica en los diálogos de Platón puede tomarse como digna de confianza dado que viene confirmada por Jenofonte y Aristóteles. Lo que ocurre es que ambos se basaron en Platón, por lo que no tienen posiciones independientes.

Jenofonte abandonó Atenas dos años antes de la muerte de Sócrates para ir hacia Asia, y luego no pudo volver a Atenas por treinta años, por lo que seguramente sus escritos fueron completados en el exilio. La dependencia respecto a Platón se puede ver en sus Memorabilia, en donde toma las nociones de dialéctica en tanto término platónico, pero mal interpretado, ya que la entiende como “clasificar cosas”, y desarrolla la noción socrática de dialéctica aplicándola a la búsqueda de definiciones, de esencias.

Es necesario que se nutra de socráticos mejor informados sobre su maestro, como Antístenes, Esquines y Platón.

Aristóteles establece una distinción clara entre ambas posiciones, ya que distingue a Sócrates como aquel que buscaba definiciones esenciales, pero no separó las Formas al modo platónico.

Desarrolló su posición frente al pensamiento platónico cuando seguramente hacía poco que Platón había completado el Fedro, el Parménides, y el Teeteto, de modo que se basa en los primeros diálogos y en los de madurez, atribuyéndole una influencia pitagórica.

Por su parte, la lectura tradicional del Sócrates histórico se basa en tres puntos fundamentales que plantea Aristóteles:

1-La búsqueda de definiciones universales.

2-La identificación de la virtud con el conocimiento.

3-La negación de la akrasía.

1-Sobre la búsqueda de definiciones universales, Aristóteles, al igual que Jenofonte, se basa en los diálogos de la definición como referente histórico, un ejemplo de esto es mostrar que Sócrates buscaba definiciones sobre las virtudes morales. Por otro lado, utiliza la búsqueda de definiciones como forma de sustentar su propia teoría sobre la ciencia y la dialéctica, ya que él consideraba que las definiciones proporcionaban los principios científicos, y que la dialéctica puede funcionar de modo hipotético sobre opciones alternativas.

2-Aristóteles le atribuye a Sócrates la tesis de que la virtud en general y el valor en particular es una forma de conocimiento. Esto también puede encontrarse en los Memorabilia, de Jenofonte. Ambos se basan en el Protágoras, y también la doctrina puede encontrarse en el Laques y en el Menón. Pero, mientras la conexión entre conocimiento y virtud es socrática (ya que hay una relación entre el Laques y la Apología, donde se dice que uno es bueno en lo que es sabio, y malo en lo que es ignorante), el hecho de presentarla como definición de la virtud es una innovación platónica.

3-Tanto Aristóteles como Jenofonte se basan en el Protágoras para dar cuenta de la refutación de aquella motivación para realizar cosas que no quiere, aunque tenga conocimiento (akrasía).

Por lo tanto, la información histórica debería tomarse únicamente de los diálogos de Platón. Pero al ser ficcionales, la historia propiamente dicha procede principalmente de la Apología, ya que es distinta al resto de su obra por ser un discurso forense, que otorga testimonios, pruebas, testigos, etc. A su vez, la Apología remite a un acontecimiento público, el juicio de Sócrates, mientras que los diálogos pertenecen a conversaciones privadas y ficticias.

La interpretación de mínimos se toma entonces de la Apología, junto con algunos puntos del Critón.

1-La filosofía es la búsqueda de sabiduría (sophía). Sócrates concluye que la sabiduría sobre las “cosas más importantes” no está a disposición de los seres humanos, sino que es posesión de los dioses. A su vez, él dice no poseer ninguna techné ni ningún máthema, ningún conocimiento que pueda enseñar a otros. Su sabiduría sería la “sabiduría humana” del reconocimiento de la propia ignorancia.

2-No se presenta a sí mismo como un maestro, sino como alguien que busca, y su búsqueda consiste en examinarse a sí mismo y en examinar a otros con respecto a la sabiduría y a la excelencia. El resultado inmediato del examen (exétasis) y la prueba (élenchos) son negativos. Sócrates busca llevar a su interlocutor a una comprensión apropiada de su inadecuación a través de la refutación, para que necesite el “cuidado de sí mismo” (epimeleia heautoû) o “cuidar del alma”. Este élenchos negativo es necesario y preparatorio para el momento positivo, pero no es constitutivo de la búsqueda de conocimiento.  

3-El cuidado del alma o de sí mismo es el punto positivo del élenchos, ya que es el llamamiento del auto examen para el mejoramiento de uno mismo, con la excelencia (areté) internalizada como carácter del alma, y también con la noción de ser respetuoso con lo que manda el dios.

4- El cuidado de la excelencia del alma incluye la búsqueda de inteligencia o entendimiento práctico. En la Apología no hay nada que indique que la virtud es un tipo de conocimiento, o que es idéntica a la sabiduría; al contrario, Sócrates niega la posesión de sabiduría, ya que la poseen los dioses, pero no niega el tener buen sentido práctico y excelencia moral. Muestra que como hombre bueno, los dioses le protegen del mal.

5-El cuidado del alma conlleva rechazar lo injusto y vergonzoso. En el Critón se expresa la concepción de justicia como condición saludable del alma, y de la injusticia como su enfermedad o corrupción. Un ejemplo de esto es su negativa a escapar de prisión antes de ser ejecutado.

6-La negativa a actuar de manera injusta incluye negarse a perjudicar o lesionar deliberadamente a nadie, incluso si éste hubiese sido injusto con uno. Actuar de manera injusta es malo y vergonzoso para quien actúa.

7-El examen de uno mismo se describe como el mayor bien para un ser humano, ya que la vida que no se examina no merece vivirse. En el examen negativo y en la exhortación positiva al mejoramiento Sócrates se considera benefactor de sus conciudadanos atenienses, ya que su propósito es hacer de ellos hombres mejores y mejores ciudadanos.

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