¿Quién quiero ser?

¿Quién quiero ser?

Quizás muchos se han preguntado, ¿Por qué aparentar algo que no soy? Y créanme que yo si me lo he preguntado varias veces, quizás para poder encajar en los “estereotipos sociales”.

Que enorme contradicción ir por la vida siendo alguien que no eres por miedo a que te hagan daño. Pero dime, ¿te ha dejado alguna vez de doler por aparentar que no te duele? No, finjas o no, lo que nos duele, nos duele y por mucho que nos hagamos los duros, si por dentro estamos mal o triste, fingir no sirve absolutamente de nada. Bueno, sirve para ocultar tus miedos, sirve para ser quien no eres y sirve para que no te conozcan, pero no sirve de ninguna manera para que las cosas te duelan menos, NO sirve para protegerse de nada. Nada puede evitarnos las decepciones, ni las desilusiones, ni los golpes inesperados. Lo único que podemos hacer es ser honestos cómo somos y enfrentarnos a las situaciones siendo verdaderamente nosotros mismos.

El que va de duro por la vida, es más sensible de lo que quiere aparentar.

El que va de ligón, se cree menos guapo de lo que parece.

El que va de pasota, es al que en verdad, todo le importa.

El que va de listo, necesita demostrar al mundo lo mucho que sabe.

El que va de…

Al final, todas las personas que van de algo, fingen un personaje que no son.

Tratare de darte ejemplos de que pasa cuando aparentas ser algo que no eres:

1. Nadie te conoce de verdad y te tratarán diferente a como te tratarían si vieran quién eres en verdad.
2. Tendrás que estar constantemente pensando en cómo actúa el personaje (persona que finjes ser) y, por lo tanto, te aleja de ser una persona natural.
3. La mayoría de los personajes que creamos no se eligen de forma libre, el miedo y el dolor lo eligen por ti.

Sin duda, es más fácil crear un personaje que finja ser muchas cosas, pero pregúntate si ese personaje, ese al que llevas a todas partes, ¿te hace verdaderamente feliz? Quizás la respuesta sea que no, pero porque, talvez porque sabes que no estas cómodo siendo alguien quien no eres  y negándote a lo que en verdad quieres ser.

Aparte no solo fingimos ser otra “persona”, sino que también fingimos sentimientos que no sentimos, fingimos que una persona nos cae bien, fingimos que nos gusta algo o simplemente fingimos estar bien. Fingimos por todo para que la gente no nos juzgue por ello. YO FINJO.

Finjo ser una persona que en verdad NO SOY y sí, me da miedo, me da miedo no calzar en los estereotipos de este mundo, me da miedo ser mirado en menos, me da miedo ser rechazado y me da miedo no poder ser feliz.

Vivimos atrapados en una Matrix y nos dejamos llevar por lo que otros quieren de nosotros. Si supiéramos que cada uno de nosotros trae consigo dones magníficos, no trataríamos de ser quien no somos.

No hay nada más bello que un ser auténtico; el ser uno mismo, como cuando somos niños. Volver a nuestras raíces nos hará sentir libres, sin vergüenza, ser originales en todo lo que hacemos. Cuando somos auténticos atraemos a nuestra vida sinceridad, aunque puede gustarnos o no, pero nos hace reales. Cuando somos auténticos y no permitimos que la manipulación entre en nuestras vidas logramos relaciones maravillosas. Cuando somos auténticos tocamos el corazón de la gente y llegamos a lugares inimaginables; entonces, por qué no empezar a probar cómo se siente ser YO, ser uno mismo.

“Ya no soportaré más algunas cosas, no porque me haya vuelto arrogante, sino simplemente porque llegué a un punto de mi vida en que no me apetece perder más tiempo con aquello que me desagrada o hiere.

No tengo paciencia para el cinismo, las críticas excesivas y exigencias de cualquier naturaleza. Perdí la voluntad de agradar a quien no agrado, de amar a quien no me ama y de sonreír para quien no quiere sonreírme”.

Pues ya no lo soporto, no poder ser feliz solo por miedo al ¿qué dirán?, ya me cansé, la gente siempre hablara de ti, sea bueno o malo hablarán igual, en vez de aprovechar las múltiples maneras de conectar con los demás, prefieren dedicar buena parte de su tiempo libre en expresar actitudes negativas sobre la gente que les rodea y hay veces que ni siquiera se dan el tiempo de conocerte. Se trata de personas que juzgan y critican a los demás de manera constante y sistemática.

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