Agora La Pelicul

Amor de unos, tragedia de otros

Ágora, la película, ganó siete premios Goya en 2010, incluyendo mejor guión original para Alejandro Amenábar y Mateo Gil, lo que la convirtió en la segunda película más premiada de la XXIV edición de los Premios Goya de la Academia de Cine español. Apenas ahora se estrena en Colombia y nuestro columnista filósofo la toma como tema de su columna de esta semana.

OPINIÓN

Dentro de las teorías aristotélicas sobre la construcción de la trama, hasta la lingüística estructural rusa en JurijLotman y la narratología soviética de Vladimir Popp, un ingrediente esencial en el drama y en cualquier tipo de historia es el conflicto. Quizás no exista nada más entretenido que ello, o inclusive, nuestra existencia es un reflejo de una lucha contra el prójimo, el universo, Dios o la nada.

Durante el siglo XIX y XX, uno de los principales intereses de la historia fue el descubrir las raíces de lo que se llamó “el milagro griego” o el día en que nació Occidente. Razón, ciencia y filosofía tuvieron, según varios historiadores, origen en el seno del Mar Adriático. Sin duda alguna, y como trato de justificar en un libro que publicaré a finales de este año, si existe dicho milagro seguramente aconteció en el Ágora y no solamente de Grecia, sino en todo el mundo.

La traducción del termino griego más que denotar un lugar*, era predicado de lo que acontecía en ese allí. Traducido como reunión, en el ágora convergía la religión, la cultura, la política y el comercio. Ninguno estaba aislado del otro y se sostenían entre sí. Aun hoy en la plaza de Bolívar convergen los poderes ejecutivos, legislativo, judicial y la religión que hasta 1990 era del Estado; ya no existe el mercado o quizás tiene un espacio pequeño en cada una de las estructuras que lo rodean.

El filme Ágora refleja la coyuntura religiosa que en el siglo V configuraría doce siglos de edad media. Aunque muy bien documentada, la película no respeta totalmente la linealidad de la historia real de los acontecimientos; sin embargo, lo hace con el objetivo de seguir principios estéticos y leyes de la narratología.

Por ejemplo, la muerte histórica de la filósofa Hipítia de Alejandría aconteció de forma brutal, en la plaza pública donde fue descuartizada. Sin duda el director prefería darle un funeral más digno de heroína que de mártir, en honor a la solemnidad que la filosofía representa en el filme, ante el extremismo religioso cristiano y el pagano. Sin duda es un asunto de gusto pero con mucho sentido.

La filosofía es etimológicamente una historia de amor, amor al amor, y personalmente soy testigo de ello. Quien ha visto novelas, se puede percatar que la raíz del conflicto en todas ellas es el amor. El amor de los cristianos por su religión, el amor de los paganos por la suya etc. El ágora es la unión obligada de amores, adhesiones y creencias.

Sin embargo, y aunque muchos difieran con esto, es imposible tolerar los amores de los otros. La historia y los noticieros son testigos de ello. Amar nunca es algo pasivo. El amor enciende el corazón y este los impulsos. Inclusive varios neurólogos y psiquiatras estarán de acuerdo que lo que mato a Hipitiafue la amígdala (las emociones) del cerebro de los cristianos del siglo V.

CLIPS

Ágora (del griego ἀγορά, asamblea, de ἀγείρω, reunir) es un término por el que se designaba en la Antigua Grecia a la plaza pública de las ciudades-estado griegas (polis). Se supone que es un espacio abierto, centro del comercio (mercado), de la cultura y la política de la vida social de los griegos. Estaba normalmente rodeada por los edificios privados y públicos más importantes, como las stoas (pórticos columnados), pritaneos (oficinas administrativas), Bouleterión (edificio para las reuniones de la boulé) y balaneia (baños). Los precedentes históricos se remontan hasta las epocas de las plazas de la Creta minoica, en donde se han localizado las primeras ágoras.

Más tarde, resurge tras la caída de la civilización micénica y ya desde el siglo VIII a. C., llegando a ser una característica esencial de toda polis, animadas por una gran actividad comercial. A partir de ese momento, el ágora (situada en la ciudad baja), sustituirá en importancia a la institución del palacio fortaleza (situado en la acrópolis) y será el centro político urbano.

Las ágoras arcaicas están estrechamente relacionadas con los santuarios religiosos y las actividades de entretenimiento, como fiestas, juegos y teatro. Con el paso del tiempo el ágora llegó a ser el centro de las polis, tanto desde el punto de vista económico y comercial (como sede del mercado), desde el punto de vista religioso al encontrarse allí los lugares de culto del fundador de la ciudad o de la deidad protectora o desde el punto de vista político al ser lugar de reunión de los ciudadanos para discutir sobre

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