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Analisis Del Libro 1 La Docta Ignorancia

lisariveiro9 de Septiembre de 2014

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Análisis del libro I de

La docta ignorancia

Nicolás de Cusa

“La conciencia de mi ignorancia es, no lo que pone término a mis investigaciones, sino la causa que las provoca” (Kant, 1787)

Elisa Riveiro

Seminario de filosofía 3° nocturno

Profesor: Nicolás Moreira

Introducción

En el siguiente trabajo voy a realizar un análisis de los principales temas tratados por Nicolás de Cusa en el libro I de la Docta Ignorancia (1440).

Resulta extremadamente interesante el análisis gnoseológico que realiza, exponiendo los limites de nuestro conocimiento y cuales son las causas de este.

La Docta Ignorancia es el conocimiento de nuestra propia ignorancia, que se transforma en posibilidad para comprender lo incomprensible. Dentro de lo incomprensible se encuentran varios aspectos como la verdad absoluta, la esencia de las cosas, etc. que se traducen en el conocimiento de Dios.

¿Como se comprende lo incomprensible? Debemos partir conociendo nuestros limites, para entender que lo incomprensible nos trasciende. No vamos a alcanzar un conocimiento absoluto y plenamente objetivo pero a través de la razón, por medio de recursos como la analogía, el simbolismo, las metáforas, etc. podemos comprender al máximo absoluto; Dios.

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El máximo absoluto, Dios, es infinito. En este primer libro explica como sirviéndonos de las matemáticas podemos comprender la infinitud de Dios.

Saber es ignorar

En el capitulo I Nicolás de Cusa comienza a plantear su teoría del conocimiento.

Todos los hombres por naturaleza desean saber, ya lo planteo Aristóteles en la Metafísica. De Cusa retoma esto considerando que para alcanzar la sabiduría es necesario reconocer nuestra ignorancia. Cuando uno comprende su ignorancia comprende y quiere conocer. De esta forma la ignorancia se convierte en docta. Debemos tomar conciencia de la finitud de nuestra razón.

Pero, ¿En que medida somos ignorantes?; ¿Cual es el problema con el conocimiento? El problema esta en el modo a través de cual conocemos. De Cusa afirma que todo conocimiento supone una comparación con algo presupuesto como cierto. Todo conocimiento en el marco de lo finito se realiza por medio de analogías, por medio de proporciones comparativas; dentro del marco del más y del menos; mientras que lo infinito, en tanto que en él está ausente toda proporción, escapa a nuestro saber.

El ámbito del conocimiento humano es la proporción comparativa, lo que esta por fuera de esto nos es incomprensible. Todo conocimiento es un proceso relacional por el que se llega a lo desconocido a partir de lo conocido, lo cual implica una relación de proporción (semejanza, distinción, comparación, etc.) entre ambos términos.

La proporción implica el numero, conocer es medir, calcular; sólo lo medible cae bajo el dominio de nuestra razón. Ello constituye la prueba de

su limitación. La razón en tanto que medida no puede traspasar los limites que al avanzar en el conocimiento se le exige; no hay proporción alguna entre Dios- infinito y lo finito.

Pero si las semejanzas y diferencias, las concordancias y las discordancias de lo finito pueden comprenderse, lo absoluto e infinito, lo que como tal está por encima de toda comparación nunca podrá caer dentro del sistema de conceptos lógicos tradicionales que nos conducen siempre de algo finito y limitado a algo también finito y limitado.

Nicolás de Cusa nos propone una forma de pensar y conocer lo absoluto, lo infinito, pero ese pensar no puede ni debe sustentarse en la lógica tradicional. Se debe trascender la razón humana para acceder a lo incomprensible.

Así, saber es ignorar, ya que la experiencia brinda un conocimiento legitimo, pero tal conocimiento no es exacto y puro, ya que por más que progrese, nunca alcanzará lo absoluto; siempre tendrá una meta y un fin relativos; allí no se encuentra la verdadera exactitud, sino que por más precisa que sea una afirmación o una medición, siempre puede y debe ser superada por otra aún más exacta.

Por lo tanto este saber que es proporción comparativa es ignorar; es ignorar aquello de lo que escapa la proporción: la esencia.

“Así, pues, a ningún hombre, por más estudioso que sea, le sobrevendrá nada más perfecto en la doctrina que saberse doctísimo en la ignorancia misma, la cual es propia de él. Y tanto más docto será cualquiera cuanto más se sepa Ignorante.” (De Cusa, Nicolás, 1440)

La verdad como inalcanzable

Con respecto a la verdad Nicolás de Cusa analiza lo que el hombre puede conocer desde su finitud, teniendo en cuenta que todo el conocimiento humano supone una comparación con algo presupuesto como cierto. ¿Como se comprende la infinitud? no hay proporción alguna entre Dios-infinito y lo finito. No es posible alcanzar la verdad, al Máximo Absoluto1, por medio del entendimiento finito.

“La verdad no está sujeta a más o a menos, consistiendo en algo indivisible que no puede ser medido con exactitud por ninguna cosa que no sea la misma verdad (...) el entendimiento, que no es la verdad, no comprende la verdad con exactitud, y tampoco puede comprenderla aunque se dirija hacia la verdad mediante un esfuerzo progresivo infinito (...). Es evidente, pues, que nosotros no sabemos acerca de lo verdadero, sino que lo que exactamente es en cuanto tal, es algo incomprensible y que se relaciona con la verdad como necesidad absoluta, y con nuestro entendimiento como posibilidad.” (De Cusa, Nicolás, 1440)

Es muy interesante el desarrollo de su postura al considerar la verdad como verdad única. Por supuesto es, que esta verdad única esta absolutamente concentrada en Dios, es Dios.

La verdad como tal no esta sujeta a proporciones ni comparaciones más que con ella misma, el ser humano no puede conocer la verdad de las cosas, las esencias, porque su modo de conocer es a través de analogías, comparaciones por medio de proporciones.

Planteadas así las cosas... ¿Que posibilidad de conocimiento tenemos?;¿Que es lo que conocemos?(ernest)

Una cosa es lo que las cosas son en si y, otra, lo que nosotros conocemos de ellas. De Cusa toma conciencia de la inadecuación existente entre nuestro conocimiento conceptual y la verdad con exactitud. El proceso de conocer es una búsqueda y aproximación constante a la esencia.

“El entendimiento no comprende a la verdad con exactitud” El no conocer la verdad de las cosas nos permite indagar en ellas. Esto hace que nuestros conocimientos se enriquezcan cada vez más. El conocimiento preciso agota la inteligibilidad de su objeto, lo cual sólo es posible a Dios.

“Conviene, pues, que seamos doctos en alguna ignorancia por encima de

nuestro conocimiento, para que, ya que no captemos la exactitud de la

verdad, al menos vayamos hacia ella y veamos lo que no podemos

comprender” (De Cusa, Nicolás; 1440)

De que modo se debe comprender a Dios

Dios como coincidencia de opuestos, infinito, Máximo absoluto y Uno.

La teoría de Nicolás de Cusa es una mezcla de teología catafática y apofática, mayormente apofática. Nombrar a Dios a través de atributos implicaría hacerlo descender del plano ontológico y hacerlo cognoscible para la humanidad en la medida que es sujeto de comparaciones. Sin embargo De Cusa no plantea la imposibilidad de su comprensión, lo que hace es colocarlo por fuera de nuestro entendimiento.

Para comprender a Dios:

“...es preciso elevar el entendimiento sobre la fuerza de las palabras y no quedarse en las propiedades de los vocablos: éstos, ante tantos misterios intelectuales no pueden acomodarse con propiedad manifestando constantemente la raíz de la docta ignorancia con la exactitud incomprensible de la verdad.”(De Cusa, Nicolás; 1440)

LENGUAJE

Por más que debemos elevar nuestro entendimiento sobre la fuerza de las palabras para comprender a Dios, De Cusa igualmente debe utilizar el lenguaje para referirse a Él pero aclara en que sentido utiliza ciertas palabras o expresiones y como es que se las debe interpretar.

Cuando Nicolás de Cusa se expresa para referirse a Dios intervienen varios asuntos que es necesario aclarar.

Partiendo de lo que entiende San Anselmo de Canterbury: “Dios es aquello de lo cual nada mayor puede ser pensado”, Nicolás De Cusa se refiere a Dios como el Máximo Absoluto.

Como nuestro modo de conocimiento es por relaciones proporcionales, a través de nuestra razón entendemos y comparamos a Dios con lo máximo, pero este máximo no debe ser entendido como una magnitud, ya que si asumimos a Dios entendido como una magnitud se vuelve comparable y comprensible.

Lo máximo absoluto lo abarca todo, todas las cosas están en él, no admite diferencias, relaciones ni oposiciones. Las oposiciones solo tienen razón de ser en aquellos en donde se admite algo que excede y algo que es excedido, dentro de la finitud. El conocer en términos de oposiciones es propio del razonamiento humano. Pero entendiendo a Dios como aquello de lo cual nada mayor puede ser pensado, nada lo excede, no se admiten

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